Opinión

La franquicia libertaria: ¿qué hay de puro en la fauna local?

La política no es inmune a las modas, y pronto el país se vio inundado de "liberales" y "libertarios", personajes que encontraron en la figura de Milei una oportunidad para reinventarse y subir a la ola del momento.

Damián Córdoba

12 Septiembre de 2024 - 17:53

Ahora varios dicen ser "libertarios" por estar en sintonía con el poder./ — redes

En la arena política, los actores se mueven como un camaleón adaptándose al color de cada rama. Cada uno, ansioso por no quedar rezagado en las tendencias, está dispuesto a flexibilizar sus principios, si eso significa mantener una tajada del pastel. 

En la política argentina, este fenómeno no es nuevo, pero la irrupción de lo que algunos llaman "ecosistema libertario" ha reconfigurado las reglas del juego, dejando a muchos preguntándose qué es lo que realmente representa. Milei llegó al poder tras una prolongada batalla cultural, donde su discurso se alimentó de las enseñanzas de von Mises, Hayek, Rothbard, algo del objetivismo de Ayn Rand, y del liberalismo clásico de Milton Friedman.

 Su ascenso fue meteórico, casi como un producto exitoso en el mercado que, al explotar, genera una oleada de imitadores. La política no es inmune a las modas, y pronto el país se vio inundado de "liberales" y "libertarios", personajes que encontraron en la figura de Milei una oportunidad para reinventarse y subir a la ola del momento.

 Para principios del 2023, ya existían cientos de agrupaciones "mileistas" o "libertarias". Las elecciones provinciales y municipales dejaron ver decenas de "referentes libertarios" o gente que decía que "hablaba con Milei" o "el círculo de Milei". 

Las fotos selfies con el líder cotizaban alto en los incipientes entornos de poder del "ecosistema libertario". Los espacios libertarios puros e inexpertos se vieron inundados de la resaca de oportunista, pungas de la política e infiltrados de los grandes partidos que, asombrados, no querían perder pisada de lo que acontecía en este nuevo monstruo que se gestaba. No faltaron los operadores de poca monta, punteros venidos a menos y relegados de otros partidos que coparon los espacios libertarios. 

Muchos de ellos en busca de su nueva gran oportunidad de vivir del dinero de los contribuyentes vistiendo orgullosos su remera del León. Para el mainstream, hoy en día, todos son igualmente "libertarios". Para colmo, muchos comunicadores poco informados utilizan "La Libertad Avanza" y el término "libertarios" como sinónimos o conceptos intercambiables. 

Alfredo Cornejo y Omar De Marchi, ¿ahora libertarios?/

Sin ánimo de profundizar demasiado en la ignorancia generalizada sobre el sistema político y electoral, muchos comunicadores que se dicen "especializados" en el tema, siguen sin comprender aún las diferencias entre partidos políticos, alianzas electorales y bloques de congreso (no es lo mismo expulsar a un diputado de un bloque que de un partido). 

Esta confusión no es banal. En las mismas elecciones había gente que buscaba afiliarse al "partido de Milei", desconociendo que ese "partido" era en realidad un frente electoral con múltiples partidos en el que cada uno de ellos contaba con principios e ideas muy diferentes entre sí. Esto es fundamental para entender por qué, para el común de la gente, todo aquel que acompañe al gobierno es considerado "libertario". 

La realidad es que el término "libertario" ha sido tan diluido que su significado original ha quedado enterrado bajo una avalancha de oportunistas. 

Lejos de la ideología antiestado de los pensadores libertarios de los siglos 19 y 20, hoy se etiqueta como tal a cualquier reciclado de la política que haya pasado por una boleta de Milei o que tenga una selfie con un banner de un león. La lucha por la "franquicia Milei" es feroz, y hasta una foto con la hermana del Líder o con el dueño riojano del partido neomenemista "La Libertad Avanza" puede ser interpretada como un certificado de pureza ideológica.

 En esta batalla descarnada por ser parte del poder que viene a quedarse, todo vale para mostrar esa lealtad inquebrantable al líder del movimiento. En este crisol de identidades ideológicas se encuentra un gobierno que, si bien está encabezado por un Milei que se autodefine como libertario, en realidad es un mosaico de corrientes diversas. Entre sus filas encontramos nacionalistas, fanáticos religiosos, nostálgicos de la dictadura, y otros especímenes que, ideológicamente, tienen poco o nada en común con los ideales libertarios. 

Lo que los une no es una convicción profunda, sino una oportunidad de acercarse al poder y combatir -dicen- a un enemigo común: el socialismo. El llamado "ecosistema libertario", "libertarios" o "LLA" es, en esencia, un espejismo. Una amalgama de intereses y oportunismos que poco tiene que ver con el ideario original. Y mientras la batalla por el control de esta franquicia continúa, lo que queda claro es que la ideología ha sido sacrificada en el altar de los trepadores y oportunistas de siempre.

 Para nosotros, los libertarios -verdaderos idealistas de la libertad- esta batalla recién comienza, recuperaremos las banderas que nos han sido arrebatadas, vamos a desenmascarar a todos aquellos tranzas de la política que utilizan la noble tarea de la función pública y los laberínticos sistemas burocráticos del estado para engordar sus propios bolsillos, ocultar sus rastros y diluir sus responsabilidades. 

No nos vieron venir una vez y ahora les caeremos con más fuerza y convicción. 

Damián Córdoba Afiliado - Congresal Partido Libertario Mendoza