Opinión

¿Para qué sirven los liceos militares?

Ha llegado la oportunidad para que tanto las autoridades de las Fuerzas Armadas como los integrantes de la comunidad educativa le devuelvan a esas instituciones su misión primigenia.

Emilio Luis Magnaghi

Por Emilio Luis Magnaghi

20 Agosto de 2024 - 10:00

Por estos días viene resonando la pregunta que le da título a esta nota, especialmente tras una reciente resolución (N° 795/2024) del Ministerio de Defensa que argumenta que busca restituir los liceos militares en su misión original y para lo cual fueron creados.

Al efecto veamos qué expresó un especialista, el periodista Bryan J. Mayer, a la sazón un exliceista. "Nosotros tenemos en total en la Argentina nueve liceos militares: seis son del Ejército Argentino, dos son de la Armada y uno de la Fuerza Aérea, que se encuentra en Funes, Santa Fe. Sobre la distribución, de la Armada tenemos uno en Vicente López y el otro en Misiones. Del Ejército Argentino tenemos, prácticamente, desde el Norte en Tucumán hasta el Sur, el Liceo Militar General Roca, que está en Chubut, pasando por distintas provincias como la propia provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y también podemos mencionar el caso de Mendoza", indicó.

"Nueve liceos militares que tienen el objetivo de formar ciudadanos de bien que se preparen durante su secundaria para insertarse después a la carrera universitaria o en la vida profesional que decidan, y que mantengan siempre con ese barniz, con esa instrucción militar que han tenido. Un espíritu de cooperación y de cercanía con las instituciones militares desde el lugar que ocupen en la civilidad dentro de la sociedad. ¿Por qué también tengo que destacar esto? Porque en ningún momento el objetivo de los liceos militares fue formar militares o ser un semillero para el Colegio Militar de la Nación, por ejemplo, en el caso del Ejército Argentino", agregó Mayer.

Los liceos son un semillero para el Colegio Militar de la Nación.

"Cuando pienso en mi promoción, la número 64 del Liceo Militar 'General Belgrano', un solo camarada siguió la carrera militar sobre 24. Estamos hablando que, además, la media histórica nunca ha superado el 5% de cada una de las promociones aquellas personas que siguen luego la carrera militar", concluyó el periodista.

Excelente exposición a la que suscribo totalmente, pues también soy un egresado del Liceo Militar 'General Espejo', de nuestra querida provincia de Mendoza. Ahora, uno puede preguntarse por qué a estas alturas tiene que salir a explicar estas cosas, que deberían estar más que claras. Sencillamente, porque hay una porción -seguramente minoritaria, pero políticamente importante- de nuestra dirigencia política que no solamente no está de acuerdo con el pensamiento expresado por Mayer, sino que aboga por el cierre o la simple "civilización" de la educación militar que imparten nuestros liceos.

Esa gente, que fue gobierno, desde lo políticamente correcto argumenta que no es lícito ni provechoso preparar jóvenes en eso que hemos denominado "educación militar", y que pasaremos a explicar a continuación.

Etimológicamente, la palabra "educación" procede del latín ēducātiō ("crianza"). Asimismo, la palabra educación tiene la voz latina ēdūcāre, que significa promover el desarrollo (intelectual y físico) del educando, es decir, desarrollar las potencialidades propias del educando.

Por otro lado, "militar" es el término que adjetiva y califica a la educación de la que estamos hablando, y que como tal se integra a las Fuerzas Armadas del  país. Su misión fundamental —aunque no exclusiva— es defender la soberanía y la integridad territorial del país al que pertenece mediante el uso de la fuerza de las armas.

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Como bien dice la definición "no exclusiva", la educación militar ha probado no ser sólo esencial para su menester principal, cuál es preparar a los jóvenes para la defensa armada de la Patria, sino también de proveerlos de una serie de hábitos, tanto intelectuales como físicos, que los hagan aptos para cualquier otra actividad humana superior.

En los liceos se imparten hábitos, tanto intelectuales como físicos, que los hagan aptos para cualquier otra actividad humana. (Foto: Liceo Militar 'General Espejo')

Esto es tan así que las principales monarquías europeas, desde una lejana tradición, pero que aún se mantiene en muchas casas reales, es la de que sus herederos adquieran la preparación básica para sus futuras tareas en diversos institutos militares de sus propios reinos, o incluso extranjeros, como ha sido el caso de numerosas monarquías del mundo árabe y asiático.

El lector ajeno a toda experiencia militar se preguntará el porqué de tales decisiones de gente que tiene a su alcance de la mano la totalidad de las ofertas educativas de sus respectivas naciones. Veamos:

1º) La educación militar es de carácter integral, porque no solo educa la "mente" de sus educandos, sino también forma sus "cuerpos", por aquel viejo lema latino de "mens sana in corpore sano".

2º) Educa en base a las exigencias del liderazgo, de tal modo que enseñando a obedecer a sus educandos, los prepara para el arte de saber mandar. 

3º) Instala el espíritu de trabajo en equipo entre los que la reciben, bajo el concepto de que sólo puede mandar quien, primero, está dispuesto a servir a sus compañeros y que el grupo es siempre más importante que el individuo.

Podríamos seguir con largas argumentaciones educativas y pedagógicas, pero no queremos aburrir con ellas a nuestros lectores. Baste ejemplificar con una anécdota perfecta.

Cuando corrían los años de los gobiernos que buscaban cerrar o modificar a nuestros liceos militares y tenían lugar las elecciones a gobernador en nuestra provincia (23 de octubre 2011), los tres candidatos a ocupar ese honorable puesto, que pertenecían a tres partidos políticos diferentes (radical, demócrata y peronista), tenían en común que eran egresados del Liceo Militar 'General Espejo'

Algunos años han pasado desde esa elección y nuestro querido liceo provincial no ha estado ajeno al deterioro sufrido por nuestro sistema de Defensa. Por eso mismo es que creo que ha llegado la oportunidad para que tanto las autoridades de las Fuerzas Armadas como los integrantes de nuestra comunidad educativa, no sólo le devuelvan al liceo su misión primigenia, sino también que le otorguen los medios, tanto materiales como humanos, para cumplir con esta importante misión.

Que así sea. 

El Doctor Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.