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A toda oportunidad la pintan calva

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha transformado abruptamente el escenario mundial. Aparte de los problemas humanos que provoca, el panorama económico pasa por un momento que, bien interpretado, nos puede dar la posibilidad de encarar proyectos de alto impacto

08 de abril, 2022 - 07:41

“A toda oportunidad la pintan calva” es un dicho muy antiguo, aunque interpretado en forma inexacta. Porque los romanos tenían una diosa llamada ‘Ocasión’, a la que pintaban como una mujer hermosa, enteramente desnuda, puesta de puntillas sobre una rueda y con alas en la espalda o en los pies, para indicar que las ocasiones buenas pasan rápidamente. 

Representaban a esta diosa con la cabeza adornada en torno de la frente con abundante cabellera y enteramente calva por detrás, para expresar la imposibilidad de asirla por los pelos en  las ocasiones después que han pasado y la facilidad de asirse a ellas cuando se las espera de frente.

La geopolítica de lo contracíclico

Lo decíamos hace poco, en febrero, cuando la guerra entre Rusia y Ucrania era sólo una posibilidad. En esa oportunidad hablamos de ‘La geopolítica de lo contracíclico’:

“Históricamente, nuestro hemisferio ha sido considerado, como menos desarrollado en comparación con su contraparte septentrional. Debido a la baja industrialización y a la relativa poca población existente, los niveles de contaminación son considerablemente más bajos que en el Norte. En las últimas décadas, la industrialización y desarrollo económico, han hecho que el Sur evolucione significativamente, pero sin alcanzar al Norte.

“La combinación de estas diferencias, tanto geográficas como astronómicas, ha configurado lo que en términos generales se denomina como contracíclico o como contraestación, por lo que el ciclo de las cosechas es inverso. De tal modo, por ejemplo, que un fruticultor de Río Negro o de Mendoza dispondrá de sus productos cuando en el Norte se dejaron de producir y viceversa.

“Por su parte, la historia de los conflictos cuenta que la gran masa de ellos se han producido en el Hemisferio Boreal más desarrollado, por lo que nos ha dejado abiertas ventanas de oportunidad a nosotros, los australes. Por ejemplo, durante las dos últimas conflagraciones mundiales, en las cuales la Argentina fue –mayormente– neutral, disfrutó de las ventajas de lo contracíclico. A saber:

“1º - Sus producciones, especialmente de alimentos, pueden continuar sin interrupción durante el desarrollo de estos conflictos.
“2º - En consecuencia, le ha permitido que al fin de los mismos se encontrara con un ahorro significativo de divisas fuertes, fruto de los pagos recibidos por estas exportaciones contracíclicas.

“Esta larga introducción nos permite entender, en toda su magnitud, lo que puede significar para el Hemisferio Sur, en general, y para la Argentina, en particular, que el conflicto en desarrollo en el Hemisferio Norte, particularmente, entre Rusia y Ucrania. También  entre los poderosos aliados como los EE.UU. y la OTAN que apoya al segundo.

“Los factores que hemos enunciado en ella, nos deberían advertir y prevenir respecto de que hay cuestiones geopolíticas subyacentes que podrían beneficiar a la alicaída economía de nuestro país. Por ejemplo, no es casual que el precio de la soja haya trepado a cerca de los históricos US$ 600 la tonelada. Lo mismo para otras commodities como los hidrocarburos, entre otros que podrían mencionarse. Lo primero, porque Ucrania es un gran productor de granos como nosotros y los segundos porque es la principal exportación rusa.

“Todo esto está sucediendo sin que nuestra administración gubernamental haya hecho nada en especial. Todo ha sucedido, como por casualidad, por los factores que hemos mencionado, por lo que cabe preguntarse: ¿qué es lo que habría que hacer para mejorar nuestra ventajas contracíclicas?”.

Dos proyectos de alto impacto

No vamos a prolongar la cita de nuestro artículo en el que proponíamos políticas de Estado para aprovechar nuestro carácter contracíclico. La guerra es, hoy, una triste realidad. Ya no hay tiempo para medidas profundas tendientes a cambiar nuestra matriz productiva. Pero, tal vez, sea el momento de acelerar y/o relanzar dos proyectos de alto impacto que pueden colaborar no sólo con el desarrollo nacional sino también con el de nuestra provincia. Veamos:

1º) La construcción de un gasoducto que una los yacimientos de gas no convencional en Vaca Muerta ubicada al Norte del Neuquén. Sabemos que la empresa estatal Ieasa (ex Enarsa) llamó a una licitación para adquirir las tuberías para la construcción de la primera etapa del nuevo gasoducto troncal Néstor Kirchner, que incluye el tramo desde Tratayen (Neuquén) hasta Salliqueló (Buenos Aires).  

El llamado a licitación tiene por objeto la adquisición de 656 kilómetros de tuberías para la construcción de la primera etapa del programa transporte.ar, que abarca al mencionado gasoducto presidente Néstor Kirchner y a otras obras complementarias.  Según los cálculos oficiales, generará un ahorro de divisas de US$ 1.465 millones por año por la sustitución de importaciones de gas natural licuado (GNL), de gasoil y de gas natural de Bolivia. 

Nosotros le agregamos que aquí se nos abre una posibilidad de exportar gas a países vecinos y al mundo cuando más lo necesitan por las sanciones impuestas a la empresa rusa gasífera GazProm, por lo que hay que prever su conexión con el puerto de San Antonio Oeste, como ya lo propuso la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras. 

2º) Retomar el proyecto minero Potasio Río Colorado, ubicado en el sur de la provincia de Mendoza: sabemos que el traspaso de Potasio Río Colorado a la provincia de Mendoza implicó un rediseño del directorio y del equipo ejecutivo que se puso al frente de la ahora PRC SA a Emilio Guiñazú, exsubsecretario de Energía, quien asumió la gerencia general y está acompañado de algunos nombres que hasta hace poco integraban el Gobierno.
Una de las primeras decisiones que tomó la nueva gestión fue cerrar las oficinas de Vale en Buenos Aires y reutilizar la que tenía en Mendoza, además de una serie de bajas en contratos, con lo cual se logró achicar los gastos un 35%.

Guiñazú afirmó en una entrevista al diario Los Andes: “Estamos en la preparación de la información para entregar a los inversores, como es lo geológico, inversiones hechas, infraestructura disponible, y proyectos de infraestructura necesarios que no se ejecutaron para que la evalúen”. 

Nosotros le agregamos que no hay tiempo que perder ya que el yacimiento malargüino, básicamente, contiene halita (cloruro de sodio) y silvita (cloruro de potasio), elementos fundamentales para la elaboración de fertilizantes vitales, por ejemplo para la agricultura de nuestro vecino, Brasil, que ha perdido a sus habituales proveedores pues se encuentran en Rusia y en Ucrania. 

Por otro lado, ambos proyectos tienen en común su proximidad geográfica tanto en sus lugares de origen como de su destino exportador, lo que implica la afectación exclusiva de una planta de producción de gas no convencional desde Vaca Muerta, con una extensión de 120 kilómetros y de una línea eléctrica de alta tensión. Además, la construcción de un tramo de red ferroviaria para enlazar al yacimiento con una planta de acopio y la construcción de una terminal portuaria propia, estas dos últimas obras en cercanías del puerto de Bahía Blanca. 

Como verán, se trata de dos oportunidades, bellas como la diosa romana Ocasión. No la dejemos escapar. 

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.