Dudas
Seis personas, entre ellas tres estadounidenses, dos españoles y un ciudadano checo, fueron arrestadas en Venezuela bajo sospecha de participar en un presunto complot para desestabilizar al gobierno y generar actos violentos en el país. Según lo informado por el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, los detenidos estarían involucrados en un plan para atentar contra la vida del presidente Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del gobierno, incluyendo a la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
El operativo se realizó en un contexto de alta tensión política en Venezuela, especialmente después de las elecciones del 28 de julio, en las que Maduro fue reelegido en medio de fuertes acusaciones de fraude por parte de la oposición. Cabello detalló que, durante el operativo, se incautaron más de 400 armas de origen estadounidense, las cuales habrían sido transportadas con el objetivo de ser utilizadas en un supuesto intento de asesinato de las principales figuras del chavismo.
Entre los arrestados se encuentran los ciudadanos españoles José María Basua y Andrés Martínez Adasme, capturados en la ciudad de Puerto Ayacucho, al sur del país, en el estado Amazonas. También se detuvo a un ciudadano checo y a tres estadounidenses, uno de los cuales fue identificado como Wilbert Josep Castañeda, señalado como "militar activo" y líder de la operación, acompañado por Estrella David y Aaron Barren Logan.
El gobierno venezolano ha vinculado este complot con agencias de inteligencia extranjeras, apuntando específicamente al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España y a organismos de Estados Unidos. Cabello afirmó que los detenidos confesaron estar organizando la llegada de un grupo de mercenarios a Venezuela con el fin de ejecutar los ataques. Según el ministro, además de las armas, también se buscaba reclutar mercenarios europeos para llevar a cabo los actos terroristas.
Las detenciones ocurren en un contexto de creciente tensión diplomática entre Venezuela, España y Estados Unidos. En los últimos días, Venezuela había llamado a consultas a su embajadora en Madrid, tras críticas del gobierno español a la reelección de Maduro. Las relaciones entre ambos países se deterioraron aún más luego de que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se reuniera con el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien se encuentra en España solicitando asilo político y es requerido por la justicia venezolana.
A raíz de los arrestos, la embajada española en Caracas solicitó acceso a los ciudadanos españoles detenidos, exigiendo garantías para verificar su identidad y asegurarse de que reciban la asistencia consular correspondiente. No obstante, fuentes del Ejecutivo español negaron cualquier vínculo de los detenidos con el CNI, a pesar de las insinuaciones de Cabello.
El ministro venezolano aseguró que el plan fue orquestado con apoyo de sectores opositores y extranjeros, con la intención de fomentar el terrorismo en el país. Agregó que el gobierno venezolano tiene pruebas que vinculan a la administración estadounidense con este complot. Además, Cabello mencionó a la líder opositora María Corina Machado como parte de los actores implicados en esta operación.
Las acusaciones de Cabello se enmarcan en la narrativa del gobierno de Maduro, que ha denunciado en varias ocasiones presuntos intentos de intervención extranjera para desestabilizar su régimen. Mientras tanto, las investigaciones continúan y los detenidos enfrentarán cargos relacionados con terrorismo y conspiración, según lo establecido en la legislación venezolana.