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Cuando la realidad supera la ficción: ¿qué son los funerales espaciales?

Alrededor de 1.000 personas han sido enviadas al espacio tras su muerte. Un recurso cada vez más utilizado

Por Redacción

15 de agosto, 2023 - 14:56

Los funerales espaciales son una realidad y aunque resulte difícil de creer, se realizan desde 1992, pero por lógica, no son iguales a los terrestres. 

En un funeral espacial, parte de las cenizas de la persona fallecida, se introducen en una cápsula perfectamente hermética y sellada y se lleva más allá de la línea de Karman, el límite que marca dónde empieza el espacio exterior. Según dónde lleguen estos restos, la misión será más costosa.

La mayoría de los funerales espaciales que se han realizado han llevado restos humanos a la baja órbita terrestre o han permanecido brevemente a bordo de un vuelo suborbital. En los vuelos orbitales, los restos permanecen durante un tiempo en la baja órbita terrestre y arden en su reentrada, consumiéndose.

En cambio, en los vuelos suborbitales no se alcanzan velocidades suficientes como para que la fricción haga arder la cápsula, por lo que estos restos pueden ser recuperados tras el acto.

No obstante, por un presupuesto mayor está la posibilidad de llevar las cenizas hasta la Luna o incluso más allá. 

La idea de los funerales espaciales tiene cerca de un siglo de antigüedad y la mayoría de estos ocurren a través de empresas privadas, ya que la NASA tiene otros objetivos en mente y solo ofrece estos servicios ocasionalmente, como homenaje a personajes ilustres. 

El primer funeral espacial privado lo desempeñó la empresa estadounidense Celestis, con su vuelo Earthview 1, que despegó en abril de 1997. Un avión que llevaba anclado un cohete Pegasus despegó desde las Islas Canarias y llevó al cohete a unos 11 kilómetros de altura, donde lo soltó. El cohete despegó entonces, llevando los restos de 24 personas a una órbita elíptica de más de 500 kilómetros de altura. Cada aproximadamente 96 minutos completaban una órbita hasta que, más de 5 años después, en mayo de 2002, se produjo la reentrada, en la que se quemaron tanto el cohete como los restos humanos que contenía. En este vuelo se incluían los restos mortales de Gene Roddenberry y los del psicólogo y escritor estadounidense Timothy Leary, entre otros.

A la fecha, el funeral espacial más impresionante es el del astrónomo Clyde Tombaugh. Él descubrió Plutón en 1930 y parte de sus cenizas viajan a bordo de la nave New Horizons, de la NASA, que sobrevoló Plutón en 2015, sobrevoló el objeto transneptuniano Arrokoth y a día de hoy sigue alejándose del Sol, camino al espacio interestelar. Tombaugh es, por lo tanto, el primer humano cuyos restos saldrán del sistema solar. 

Un dato no menor, los funerales suborbitales cuestan más de 3000 dólares, mientras que los que llevan los restos de tus seres queridos a la Luna o más lejos todavía se sitúan alrededor de 12.000 dólares.