Ciudadano News

La queja no es la solución

Es un mal común, una epidemia que puede atacarnos a todos y volvernos sombríos y desagradables. Es una tortura tanto para el que lo hace como para los que lo rodean

23 Febrero de 2022 - 07:31

quejas-discurso-mente-psicología
quejas-discurso-mente-psicología

Lo primero, antes de saber cómo dejar de quejarse, es conocer qué es la queja. La queja es un discurso interno (lo que nos decimos a nosotros mismos) o externo (lo que les contamos a otros), que se trasmite con la intención de expresar, aliviar un malestar, dolor, sufrimiento o con la intención de criticar algo o a alguien.

 

Expresar es bueno, pero diferenciemos entre:

Quejas funcionales o justificadas, que nos ayuda a recibir atención y apoyo cuando es necesario, y a detectar lo que no está bien para poner en marcha soluciones. Quejas disfuncionales, las que nos cargan de energía negativa, nos alejan de la búsqueda de soluciones y producen malestar y estrés entre las personas que te rodean.

 

Cuándo y cómo dejar de quejarse

Para saber cómo dejar de quejarse hay que conocer por qué se produce este comportamiento. Hay diferentes motivos: Porque lo hemos aprendido. Lo hemos escuchado desde pequeños de los padres o de algún familiar o de otras personas. Y sin darnos cuenta, continuamos con ello toda la vida. Por hábito. No sabemos cómo empezó, pero forma parte de nuestra manera de ser y relacionarnos. Por tener un tema del que hablar. En ocasiones es el camino fácil, que atrae la atención de otros y lo seguimos utilizando. El rol de amargado, a veces parece interesante (ya veremos que no). También puede que no sintamos que podemos hablar de otras cosas. Porque tendemos a ser pesimistas. Nos centramos en los aspectos negativos, fijándonos en lo que funciona mal o hacen mal otros o nosotros mismos, en vez de aquello que sí funciona o en lo que hacen bien. Porque somos perfeccionistas y exigentes. Esta tendencia y también tener expectativas elevadas sobre el funcionamiento o comportamiento de los otros hace que nuestra forma de medir sea más exigente. Por falta de empatía. La empatía es la capacidad de ponerse uno en el lugar del otro y cuando no lo hacemos, no entendemos al otro y nos quejamos de lo que siente, piensa, hace o le ocurre. Porque nos contagiamos de otros. La queja es contagiosa, como el bostezo, predispone a los demás a quejarse, y la conversación se convierte en un intercambio de quejas.

Consecuencias negativas de la queja

Cuando nos quejamos tenemos consecuencias negativas de las que en ocasiones no somos conscientes:• Favorecemos un estado de ánimo negativo. Cuando esto sucede, es más probable que interpretemos lo que nos pasa también de forma más negativa.• Creamos un mal ambiente entre nuestros amigos, compañeros, pareja, conocidos o familiares.• Los que nos rodean se cansan de nosotros, nos evitan, porqué no somos buena compañía, –de verás que a nadie le gusta estar junto a un amargado–. Tendrán menos ganas de quedar con nosotros. ¿Elegirías tomar un café con alguien que no sonríe y que se queja de todo?• Nos hace pasivos porque mientras nos quejamos no resolvemos.• No aprendemos nuevas formas de abordar los problemas.• La queja produce estrés en ti y en los que la escuchan o la 'sufren'. Y recordá que el estrés afecta a nuestra salud.

 

Las claves para dejar de quejarse

• Identificá si te quejás y por qué o para qué lo hacés.• Para detectar si es o no una queja, fijate en el tono en el que hablás. Cuando informamos o contamos qué nos pasa, hablamos normal, y cuando nos quejamos, el tono de voz es más apagado, triste, crítico, con rabia o enfado, etcétera.• Detectá sobre qué temas te quejás (tareas casa, salud, los demás, tú trabajo, haciendo críticas a los demás ….).• Sé breve en las quejas y extiéndete en hablar y comunicar aspectos neutros o positivos, por ejemplo, hablando de noticias de actualidad, el tiempo, vacaciones, viajes, libros, comidas, compras…• Aprendé o mejora la forma de hablar. Entrená habilidades sociales y de comunicación para expresar de forma adecuada los aspectos negativos de tu vida, pero sin que se conviertan en una queja continua.Expresá, pero no te quejés. 

Fuente: Área humana