La aparición del VAR en Argentina data de marzo del 2022, pero en el mundo lo hizo en la Copa del mundo de Rusia en 2018. El problema es cómo se utiliza en nuestro país donde se manipula en función de la cara del cliente y de los intereses que pueda implicar.
Es por eso que nos acostumbramos a gritar goles que luego no se convalidan, que quedan atragantados con el famoso delay de bandera.
Las líneas trazadas de la posición adelantada que nunca son claras o creíbles, hacen que la desconfianza crezca entre los protagonistas (jugadores, técnicos, periodistas e hinchas).
Hay que sumar además el temor de los futbolistas o entrenadores a alzar la voz en contra de los fallos arbitrales por temor a las represalias.
Todo se transforma en un cóctel explosivo que atenta contra el juego y se habla más de las actuaciones de los jueces, que de lo poco que producen los futbolistas dentro de la cancha.
Que nos devuelvan el viejo fútbol
Aclaro que estoy a favor de la ayuda tecnológica en el deporte, pero de la forma en que se usa en nuestro campeonato prefiero volver al error humano.
Por ello, quiero recuperar el fútbol con el que crecimos, donde el festejo de gol era uno solo y no teníamos que esperar minutos para abrazarnos con la persona que estaba al lado nuestro.

