Opinión
El salto a Primera para Gimnasia y Esgrima de Mendoza traerá nuevas exigencias y son algunos de los principales retos que el conjunto de Ariel Broggi deberá afrontar.
En la Liga Profesional, enfrentará a equipos con mayor presupuesto y planteles con otra jerarquía. Mantener la categoría será el objetivo principal en su primera temporada.
Para pelear necesitará retocar su plantel, con la base del ascenso y con jugadores de primera, apuntalando algunas posiciones para resistir el desgaste de la temporada. Deberá invertir en infraestructura y recursos. Aunque su estadio, el Víctor Legrotaglie, está habilitado para partidos de primera, tendrá que gestionar bien sus finanzas para ponerlo en condiciones de lo que requiere la máxima división de nuestro fútbol.
Gimnasia tiene que aprovechar el ascenso para fortalecer las inferiores y crear una base sustentable. Invertir en juveniles será clave para consolidar su lugar en Primera a mediano plazo.
Si el equipo logra mantener su lugar y crecer, podría aspirar no solo a la permanencia, sino a consolidarse como un protagonista a futuro.
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El año venidero será un antes y un después para Gimnasia. No es solo un regreso, es una nueva oportunidad para reinventarse, para soñar en grande y para demostrar que puede escribir una nueva página en su historia. La clave será que el club pueda equilibrar la ambición con la realidad deportiva para no desbordarse y no cometer errores que les cueste caro.
