|04/09/23 10:02 AM

Cuando llegaban al país los buques de la esperanza

Millones de inmigrantes llegaron a la Argentina con la esperanza de “hacerse la América”, como se decía de quienes venían en busca de mejores horizontes y más tranquilidad

04 de septiembre, 2023 - 10:05

La Argentina de mediados del siglo XIX se caracterizó como potencia económica, y desde que se inició como nación, en 1853, fue vista con buenos ojos por miles de inmigrantes que partieron principalmente desde Europa.

Esto produjo en nuestro país una masiva migración de italianos, españoles, franceses, alemanes, polacos, rusos, lituanos, ucranianos, suecos, turcos, sirios libaneses y de otros orígenes, incluyendo también a los británicos. En su mayoría llegaban a estas tierras con la esperanza de tener mejores perspectivas de vida.

El objetivo de algunos era trabajar duramente para hacerse ricos; otros, en cambio, solamente buscaban un lugar donde vivir en paz en tiempos convulsionados por diferentes guerras que se producían en el continente europeo.

Fue tanta la cantidad de personas que partieron a América que muchos pueblos, especialmente del sur de Italia, quedaron con muy pocos habitantes en esas localidades, e inclusive algunos desaparecieron.

Jóvenes, adultos y hasta familias enteras compraban sus pasajes con los pocos ahorros que tenían y viajaban hacia el continente americano en diferentes líneas marítimas.

La travesía duraba más de un mes y la mayoría de los inmigrantes viajaban en tercera clase y algunos pocos lo hacían en segunda. Al llegar al territorio nacional, los inmigrantes, que por lo general venían por el Atlántico, arribaban al puerto de Buenos Aires. Luego de presentar los pasaportes y otros requisitos migratorios, en su mayoría se hospedaban en el Hotel de Inmigrantes, donde recibían una ración suficiente de comida, dormían en amplios salones y eran curados de sus enfermedades.

Posteriormente, en su mayoría, se quedaban en la ciudad y muchos otros se trasladaban en ferrocarril hasta las diferentes provincias argentinas.

Nave de la Messageries Maritime, una de las empresas utilizadas para viajar desde el Viejo Mundo en busca de progreso

 

Los franceses, primeros

Durante este proceso migratorio fueron varias las líneas marítimas que llegaron a nuestro país, pero la más destacada era la Société Génerale de Transport Maritimes (SGTM), de origen francés. Esta empresa fue fundada en Marsella en 1865 y dos años después, la sociedad inició sus primeros viajes a Sudamérica con un servicio a Brasil, inaugurado el 15 de septiembre de ese año, con la partida del vapor Bourgogne hacia Río de Janeiro.

En 1868, la SGTM extendió su servicio al Río de la Plata y por más de 60 años la compañía realizó casi ininterrumpidamente viajes a la Argentina trayendo a millones de inmigrantes, especialmente de nacionalidad italiana y española.

Entre sus naves se encontraban el Bourgogne, el Picardie, el Aquitaine, el Espagne, Les Andes, el France, el Córdoba, el Plata, el Paraná, el Salta, el Mendoza, el Alsina, el Pampa, el Campana y el Formosa.

Cientos de migrantes recién llegados al puerto de Buenos Aires, junto a uno de los buques procedentes de Europa

 

Italianos a la mar

Una empresa que estaba entre las más utilizadas por los italianos y españoles fue La Veloce Navigazione Italiana a Vapore, compañía que fue creada a mediados del siglo XIX. En este caso, para realizar la travesía sudamericana los buques partían de Génova.

Su flota estaba constituida por barcos como el Nord America, el Sud América, el Matteo Bruzzo, el Europa, el Citta di Genova, el Napoli, el Duchessa di Genova, el Rosario, el Città di Genova, el Rio Janeiro, el Montevideo, el Città di Milano, el Venezuela, el Umbria y el Italia.

Además, había otra compañía, denominada Italia Società di Navigazione a Vapore, que fue fundada en Génova el 6 de mayo de 1899 para operar con un servicio de pasajeros y de carga entre Italia, Brasil, Uruguay y Argentina. Esta empresa italiana era controlada por la línea alemana Hamburg American Line (Hapag).

Entre sus navíos se destacaron el Toscana, La Plata, el Antonina, el Ravenna, el Siena, el Bologna, el San Paulo, el Brasile, el Italia (que había sido comprado a la empresa La Veloce), Ancona y el Verona.

El Hotel de los Inmigrantes, donde eran alojados los europeos recién llegados

 

En menor escala

Los alemanes también montaron una gran empresa de servicio marítimo en Sudamérica, y a partir de 1872 se establecieron en la Argentina. En uno de sus itinerarios, los buques partían de la ciudad de Hamburgo pasando por Brasil, Montevideo y, como destino final, el puerto de Buenos Aires.

En este caso se destacaron los buques Prinz Adalbert y Prinz Oskar, los que unieron a Génova con Buenos Aires. En ellos llegaron al país miles de inmigrantes italianos, españoles, polacos, rusos, lituanos, ucranianos y de otros orígenes.

En menor escala, la empresa de origen británico Royal Mail Lines transportó a miles de irlandeses, galeses, ingleses y escoceses que se establecieron en diferentes colonias argentinas.

La llegada de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) produjo que el flujo inmigratorio quedara interrumpido, pero se debe destacar que miles de estos migrantes de las principales nacionalidades que participaron en ese conflicto regresaron a sus países de origen y se incorporaron a las fuerzas armadas beligerantes como voluntarios. Entre los que retornaron se encontraban alemanes, británicos, franceses e italianos.

Esta contienda también hizo que las empresas pusieran sus naves a disposición del estado para utilizarlas como transportes de tropas o como buques hospitales.