26 Diciembre de 2022 - 14:24
Convertido en uno de los personajes literarios más célebres de todos los tiempos, Drácula no fue una creación puramente ficcional del escritor Bram Stoker sino que fue inspirado en un príncipe real, cuya apariencia física podría develarse en los próximos meses gracias al trabajo de científicos que planean extraer biomoléculas históricas retenidas en una carta del siglo XV escrita por el aristócrata que la literatura transformó en el vampiro más famoso de todos los tiempos.
Los científicos israelíes Gleb y Svetlana Zilberstein, apodados como detectives de proteínas aunque ellos prefieren ser presentados como químicos históricos, están convencidos de que lograrán reconstruir la apariencia física del inspirador de la célebre novela de Stoker y también las condiciones ambientales en las que vivía.
El análisis de material genético hallado en una de sus misivas podría dar lugar a hallazgos determinantes para conocer detalles de la fisonomía del príncipe Vlad III de Valaquia, conocido como Vlad el Empalador o Vlad Drácula, héroe nacional de Rumania. "Nuestro trabajo es encontrar las huellas bioquímicas que quedaron desde el momento en que se creó el objeto histórico o cuándo fue utilizado por alguna figura histórica", explica Gleb Zilberstein.
"Cuando se encuentran 'biomoléculas históricas', comenzamos a analizarlas. Es decir, determinar la composición molecular y la edad de moléculas históricas. Principalmente, determinamos proteínas y metabolitos", prosiguió el científico.
Los estudiosos son oriundos de Kazajistán y durante los últimos 26 años han vivido y trabajado en Tel Aviv, Israel. Junto con el profesor Pier Giorgio Righetti, de la Universidad Politécnica de Milán, desarrollaron el análisis bioquímico utilizado para extraer proteínas de artículos tocados o usados por personas muertas hace mucho tiempo.
Su primer experimento fue en el manuscrito original de El maestro y Margarita, del escritor soviético Mikhail Bulgákov. Después de Bulgakov, trabajaron sobre Anton Chéjov, analizando la última prenda que utilizó y una carta.
Chéjov sufría de tuberculosis y usaba varias sustancias como analgésicos, pero murió de un derrame cerebral.
Para reconstruir la apariencia física y conocer más detalles sobre las condiciones en las que vivió el príncipe Vlad III de Valaquia, conocido como Vlad el Empalador o Vlad Drácula, científicos han desarrollado un sistema que utiliza plásticos ionizados en la superficie que se depositan sobre el objeto de estudio.
Estos plásticos absorben proteínas, otras biomoléculas y metales que pueden proporcionar información sobre enfermedades, medicación, alimentación y el entorno en el que vivió el famoso vampiro.
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