El pasado sábado por la tarde, un grupo de aproximadamente 10 activistas por los derechos de los animales se acercaron a la sede operativa de los mataderos "Ganadera Arenales" y "Faraón", en el sur del conurbano bonarense. El objetivo era, según declararon los propios jóvenes, realizar una "vigilia animal", un ritual pacífico de protesta que consiste en despedir al ganado que será ejecutado haciéndole compañía en sus últimos minutos de vida.
"Lamentablemente hoy, y pese al trabajo previo y la cordial presentación de nuestra pacífica actividad de vigilia, fuimos agredidos por el delegado y sus patoteros del matadero Faraón de la localidad de Monte Grande. Recibimos golpes, insultos y amenazas" escribió una de las activistas en redes sociales.