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Las consecuencias de vivir pendientes del qué dirán

Quienes viven a merced de las opiniones ajenas, tienen un claro problema de autoestima y una gran dificultad para expresar sus propios puntos de vista

Por Redacción

02 de mayo, 2023 - 21:34

Tener una visión de las cosas distinta de la del resto es causa de angustia e incertidumbre. Es cierto que todos necesitamos la aprobación de los demás para sentirnos queridos y apreciados, pero cuando la única forma de autovaloración proviene de la opinión y la mirada ajena, corremos el riesgo de convertirnos en ser víctimas del ‘qué dirán’.

Quienes viven a merced de las opiniones ajenas, tienen un claro problema de autoestima y una gran dificultad para expresar sus propios puntos de vista; incluso sucede que, aunque los tengan, desconfían de su valor y cambian rápidamente de ideas pensando que la opinión de los otros es mejor que la propia.

 

El miedo al ‘qué dirán’

Su existencia nos suele hacer fracasar. Cuando tenés miedo al qué dirán, solés suprimir tus habilidades y/o talentos. Esto con el objetivo de no hacer el ridículo o evitar que piensen mal de nosotros. O, en su defecto, no querés que piensen algo contrario a lo que querés proyectar.

En sí no está mal preocuparse por tu imagen pública. Todos los hacemos en distintos niveles. Por alguna razón nos ponemos nuestra mejor ropa cuando visitaremos algún lugar en específico. Sin embargo, el problema con el miedo al qué dirán, es que te condiciona.

¿Cómo te condiciona? Pues tu forma de vida se moldea, acorde a la opinión pública. Incluso, tu mente está siempre llena de pensamientos, sobre lo que el otro tiene en la cabeza. Muchas veces, estos pensamientos son mal infundados. No es cierto que los demás están tan pendientes de nosotros como pensamos.

El miedo al qué dirán te manipula, y te hace sentir observado en todo momento.

La principal causa de la existencia del miedo al qué dirán, es una baja autoestima. Pero no te preocupés, con terapia esto se soluciona. Ya verás cómo poniéndote en manos de profesionales de la salud mental, superarás estos obstáculos. Pues pondrás todos tus talentos, a tu merced. Sin miedo, y sin ataduras.

Como habíamos mencionado, todos nos preocupamos en mayor o menor medida por nuestra imagen pública. Y, también por la opinión de las personas que nos importan. Hasta cierto punto, todo eso es válido. Quizás, lo que piense tu pareja, tu familia, tus amigos cercanos, sea relevante en tu vida. O, imprescindible.

Hasta ese punto no hay ningún inconveniente. El problema inicia cuando te preocupa lo que piense una segunda, tercera, o hasta octava persona. Ahí hace presencia el miedo al qué dirán, el cual suele aparecer robándote tu esencia, y libertad.

Es probable que el miedo al qué dirán siempre haya existido. Y, es que como sociedad siempre hay reglas y normas que van acordes a lo que es ‘correcto’. No hay ser humano que pueda librarse de ello, ya sea en el trabajo, en la familia, en la calle, siempre hay reglas.

La gente siempre espera que nos comportemos de una manera específica. Quien sale de ahí, corre el riesgo de caer en la boca de los demás.

 

Las consecuencias de sentirse juzgados siempre

De hecho, tiene bastante consecuencias. Todas son perjudiciales para tu salud mental, y tu estado de ánimo, además de que dificultan tu día a día. Te produce un desgaste mental y físico tan elevado, que cansa el cuerpo.

Imaginá a una persona que al hablar quiere sonar ‘bonito’ o intelectual. Esto, con el objetivo de que no piensen que es bruto. El miedo al qué dirán aparece, puede traicionarte y sonar pretenciosa.

La opinión de los demás, es sólo la opinión de los demás. La tuya, es la única que importa.

 

¿Por qué nos importa tanto la opinión de los demás?

Desde los inicios de la humanidad, siempre hemos vividos en grupos. Estos grupos crean sus reglas, y normas, y quien no las siga, puede ser reprendido. Por consiguiente, es una herencia evolutiva, para sentir que somos parte de algo.

Se dan dos tipos de procesos:

• Miedo al daño que no pueden hacer los demás: como tal, debés cuidarte; es bueno, válido, y loable. Sin embargo, el miedo al qué dirán suele hacer que veamos peligros donde no los hay. Por consiguiente, vivimos siempre alertas, y creando escenarios en nuestra cabeza. Esa sensación de que nos harán daño es una especie de paranoia, desprendida de esta fobia.

• Miedo a una mala opinión: no nos precipitemos, es normal sentir cierto resquemor, o tener alguna mal querencia con la opinión de los demás. Podés sentirte abrumado, avergonzado, o hasta triste. Es normal, no pasa nada.

El problema inicia cuando empezamos a vivir en consecuencia de la opinión pública. Es sumamente peligroso este proceso, porque confundimos la realidad, con lo que tenemos en nuestra mente. Todo esto afecta nuestro círculo social.

Si estás en un grupo que está criticando a otras personas, el miedo al qué dirán puede hacer que te unás. Todo con el propósito de sentirte aceptado, y que no te vean como alguien ajeno al grupo.