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Claves de psicología: cómo aprender a identificar y manejar la soledad

Con la llegada de las redes sociales y medios digitales que satisfacen nuestras necesidades, la concepción de esta palabra fue cambiando en la sociedad

12 de octubre, 2022 - 16:04

“La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo”, destacó el poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer.

La necesidad de estar solos o solas, puede ser algo reparador para muchas personas que han estado inmersas en una rutina que tiene tareas o funciones que hicieron que estuvieran acompañados por un largo tiempo.

En esos casos, lo más probable es que la gratificación llegue al encontrar momentos para estar con uno mismo y entonces desmenuzar ideas, pensamientos o acciones que nos causan placer, sabiduría o algún tipo de gratificación.

En la semana en la que se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre) para desmitificar diversas dudas, reflexiones y soluciones en torno a la soledad, Silvia Jorajuria, licenciada en Psicología (Matrícula 1.558) que trabaja en el área de Salud Mental de OSEP, dejó a Ciudadano.News, un concepto interesante de entrada: “La soledad no es una mala palabra”.

En las redes sociales, suele leerse el término ‘soledad emocional’, ¿existe o es un mito?. Al respecto Jorajuria aclaró: “No existe la soledad emocional porque nosotros no somos emociones, somos seres que tenemos distintas esferas que se interrelacionan, es decir lo psicoafectivo comportamental; es esa relación entre los sentimientos, pensamientos y actos”.

La soledad suele ser descripta como: buscada, espiritual, profunda, voluntaria o feliz

“Si nosotros sentimos una emoción, en este caso sería la soledad, depende de como lo viva cada uno, esto va a generar ciertos pensamientos o conductas. Hay quienes pueden hacer una lectura que los lleve a aprender de esa experiencia, es decir más orientada a plantearse “con esto que vivo hoy, cómo me posiciono a futuro”, o de forma más culposa y en donde puede atribuirse la soledad a cuestiones personales donde puede haber una multiplicidad de interpretaciones, pero el punto que debe quedar claro es que la soledad es una experiencia que nos atraviesa enteramente (de forma comportamental, emocional e intelectual)”.

Para la experta, todos estamos condicionados por el contexto y la cultura en la que estamos insertos. “Pensándonos desde esta forma de crecer y de vivir, podemos trazar algunas diferencias culturales que también van incidiendo en la forma de relacionarnos”, aclaró Silvia Jorajuria.

 

Una modificación cultural profunda

La experta detalló que el hombre desde los inicios de la civilización, se acostumbró a depender del prójimo para poder subsistir y desarrollarse, en ese sentido había un concepto de la soledad y que este cambió con la llegada de la automatización de procesos educativos y gestión de necesidades o deseos, pero también de la intromisión de las redes sociales.

“Si uno piensa en los inicios de la civilización, se requería de un trabajo en conjunto para la recolección de frutos, cazar, etc, entonces se requería estratégicamente -para una cuestión de supervivencia- de los otros. Los tiempos fueron cambiando…” aclaró Jorajuria.

La clave para afrontar exitosamente la soledad puede estar en el modo en el que interactuamos con los demás y con nosotros mismos

 

Un ‘pequeño gran cambio’

La especialista puso el foco en tratar de sintetizar como el cambio cultural de roles y funciones humanas fue sufriendo variaciones y cómo esto ha incidido en nuestra percepción de la soledad.

“Hay mucha gente hablando de un cierto ‘contrato implícito o social’ que está vinculado a la institución de la familia. Entonces en esta forma cultural, se determinan situaciones de roles y funciones que están claros y definidos, en donde por ejemplo, el hombre tenía que salir y la mujer se quedaba a cargo del cuidado de la casa y de los hijos.

De esta manera, se daba una dinámica en la relación de las personas, en donde la interacción iba de la mano con la organización de ciertas instituciones y formas de vida”, comenzó detallando Jorajuria.

“Ahora estamos en un momento de transición cultural porque el desarrollo tecnológico marca una relación prioritaria con los dispositivos como celulares, tablets; entonces hay un desplazamiento de la relación con el otro, con las personas a una relación mayormente preponderante con los medios virtuales”, concluyó.

“Como en las civilizaciones primitivas, conseguir un alimento requería de la estrategia en conjunto, de la cooperación con otros y ahora hacés un llamadito telefónico y aparece el delivery rápidamente con la comida; o para aprender algo, ya que antes el aprendizaje era mediado por un docente o por los padres; es decir que era dispensado por adultos significativos y ahora directamente, con el acceso a la tecnología, disponemos de los reels, los tutoriales…"

Esto va mostrando el desplazamiento de conseguir algo a partir del otro o conseguirlo mediante lo que proporcionan los medios virtuales”, explicó la licenciada en Psicología.

“Jamás hallé compañera más sociable que la soledad”, Henry David Thoreau (1817-1862) escritor, poeta y pensador.

“El punto de la soledad es una cuestión de época que nos atraviesa y hay que desmitificar, es decir darnos la oportunidad de pensar y de vivir la soledad, porque la soledad, no es una mala palabra, el tema es que hay un mandato social a la interacción a estar con otros, que es válido y es necesario muchísimas veces, pero desde esa imposición es desde donde muchas veces uno se mira y mide con el parámetro de la exigencia social y se siente desajustado”, reflexionó Jorajuria.

La experta instó a tratar de “librarse” de ese mandato cultural que viene del exterior que puede resultarnos obsoleto o desajustado. “Hay una dinámica cultural que nos invita a otro modo de vivir y ahí está el gran desafío: cómo nos proponemos, creamos o inventamos, cómo honrar la vida (lo que narra la canción de Eladia Blázquez), cómo aprender a escucharnos, adoptar nuestros propios tiempos, vivencias; a escucharnos sin estigmas sociales”, explicó la licenciada en Psicología.

Para afrontar mejor la emoción de la soledad, que tiene una fuerte vinculación con los valores sociales,  la especialista en salud mental sugirió contextualizar las diversidades culturales que transitamos en nuestra época.

"Me encuentro solitario cuando busco una mano y sólo encuentro puños". Ralph Bunche (1904-1971), diplomático estadounidense.

“Una adaptación diferente de la realidad, es la clave para convivir mejor con la soledad y en donde esta, ya no depende que de que el otro nos dé, hable o escuche, sino que también estamos invitados a que nosotros seamos nuestros propios interlocutores y que se establezca una relación más íntima con nosotros mismos para así dispensarnos esa posibilidad de estar bien, conseguir gratificaciones, darnos regalos”, dijo la licenciada en Psicología, buscando encaminar una solución para la sensación de soledad frecuente que podemos experimentar.

“La soledad no es una mala palabra, es un momento transicional y cultural que nos invita a vivir esta experiencia de otra manera porque también, la inmediatez de las satisfacciones que dan las redes sociales, no retarda este contacto con el otro", opinó.

"Pero el punto es que, estando solo despojados de estas creencias culturales, podemos encontrar ese ‘termómetro emocional’ en el que podamos estar solos o elegir contactarnos con otros”, razonó la especialista.

Silvia Jorajuria resaltó que, en los medios de comunicación, la palabra ‘soledad’ suele aparecer como una experiencia traumática, pero, “este trauma viene determinado por la expectativa social”, explicó.

“No estoy invitando a que vivamos solos, sino a que revisemos esa interacción o ese modo de vincularse donde uno puede estar solo o acompañado, pero en donde la soledad no es una experiencia traumática”, concluyó la psicóloga.