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La relación entre las siestas largas y el riesgo de padecer Alzheimer

El médico José Manuel Viudes dio detalles sobre la investigación que vincula a la enfermedad con dormir más de lo recomendado

Por Redacción

19 de abril, 2022 - 14:38

Para muchas personas la siesta es sagrada y un hábito muy común considerado útil para lograr recuperar energía para lo que resta del día; pero en muchos casos el problema radica en la duración de la misma.

Según un estudio científico realizado por investigadores del Brigham and Women's Hospital de Boston (EEUU), las siestas excesivas predicen un mayor riesgo de padecer Alzheimer en el futuro. Además, sufrir Alzheimer aumenta la duración de las siestas durante el envejecimiento.

Al respecto, José Manuel Viudes, gerontólogo e inmunólogo, indicó en Metaverso por Ciudadano News que se hizo un estudio longitudinal por primera vez y que “a mil pacientes se les puso un reloj que mide la frecuencia cardíaca y el ritmo del sueño, el famoso sueño REM. Se vio que los pacientes que dormían más de una hora de siesta e incluso más de dos horas, cuando los revisaron, los interrogatorios con respuesta a la historia clínica se relacionaron con que tenían más Alzheimer los que más dormían”.

Además, ponderó un trabajo de la NASA que evaluó a los pilotos de avión que hacían viajes largos, de más de doce horas, y que dormían siestas cortas. La conclusión de este estudio fue que "dormir 26 minutos de siesta demostró que tomaban mejores decisiones en cómo aterrizar un avión", reconoció Viudes.

 

 

A pesar de esto, el gerontólogo confirmó que “dormir la siesta es un hábito psicológico, que uno podría cambiar como muchas maniobras que hace para cambiar rutinas, y eso tardaría un mes en lograrse". De esta forma, el profesional enfatizó: “Dormir la siesta es una decisión psicológica, no un pedido del cuerpo”.

 

Las etapas del sueño

Para entender todo este proceso que ha sido materia de estudio, es necesario conocer que “el sueño tiene dos etapas. Uno, el sueño no profundo, que es la fase 1, 2 y otro, el sueño profundo que es la fase 3. Si entramos al sueño profundo, el sueño REM, durante el día, cambiamos el ritmo circadiano del sueño vigilia. Entonces, si forzamos el cuerpo para dormirnos y lo llevamos al sueño REM, empezamos a alterar nuestro ciclo cronobiológico y vamos a dormir peor de noche, porque el sueño REM es uno en 24 horas y si vos lo usas a la siesta, de noche te va a costar encontrarlo y no vas a tener un sueño tan profundo y reparador”, comentó.

Además, Viudes agregó: “Si de jóvenes no dormimos profundamente de noche como hay que dormir, lo vamos a pagar de viejos y vamos a dormir más horas de siesta. Esos pacientes que durmieron mal durante la juventud envejecieron su cerebro, porque alteraron su ciclo cronobiológico circadiano. Entonces, esos cebreros están más desgastados y llegan a la etapa adulta con más demencia y trastornos cognitivos. Por lo tanto, duermen más para recuperar lo que ya es tarde para recuperar”.

 

Recomendaciones

Finalmente, el profesional brindó una serie de recomendaciones a tener en cuenta. Así, remarcó que en invierno, donde los días son más cortos, advirtió que “sería mejor no dormir la siesta y dormir más temprano, porque lo que importa son las 8 horas finales de sueño y si son de noche mejor”.

”Cuando uno termina de comer sería ideal hacer una caminata de baja velocidad. Así nos sacaríamos la modorra, volvemos a casa, nos tomamos un café y seguramente habremos evitado una siesta más”, agregó.

Además, indicó: “Si uno duerme 30 minutos no entra al sueño REM, pero sí al sueño 1 y 2 que relaja la mente. Si uno hace eso descansa, pero al no entrar al sueño REM el despertar es rápido y la modorra es menor".