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La aplicación de ácido hialurónico y bótox a largo plazo, ¿tiene efecto rebote?

Los tratamientos con estas sustancias se posicionan como los más elegidos en medicina estética. Según los resultados buscados, pueden aplicarse en conjunto

17 de octubre, 2022 - 11:54

Si bien no es una novedad, en la actualidad, el ácido hialurónico se colocó entre los ingredientes de más éxito en cosmética y medicina estética. Lo que antes estaba al alcance de unos pocos, ahora se volvió de uso casi popular, pero es importante estar al tanto de los pro y contras que puede presentar la aplicación de este componente, mediante inyecciones. 

El ácido hialurónico es un tipo de azúcar molecular que se encuentra en distintas partes del cuerpo, desde la epidermis, cartílagos, ojos y muchos otros órganos y tejidos. No obstante, con el paso del tiempo la producción natural va disminuyendo y su presencia en el organismo, por ende, también lo hace. 

Esto significa que la piel pierde hidratación, lo que se traduce en una pérdida de elasticidad y firmeza, en simples palabras, provoca la aparición de arrugas y flacidez. En las articulaciones ocurre algo similar, ya que los cartílagos se hacen más rígidos, aumentando la posibilidad de rupturas y la sensación de dolor con cada movimiento a causa del roce entre los huesos.

 

Propiedades del ácido hialurónico

Una de las propiedades más importantes del ácido hialurónico es su capacidad de atraer y retener el agua. Según explicó a Ciudadano News el cirujano estético Julián Coria, este componente "genera volumen, ocupa espacio, y por eso se usa en diferentes áreas de la medicina".

Aseguran que una sola molécula de ácido hialurónico puede contener hasta mil veces su propio peso en agua y esta es una de las características que más enaltecen a los productos cosméticos que lo contienen. 

 

Normalmente, la rinomodelación con ácido hialurónico se realiza en una sola sesión.

 

Ácido hialurónico vs. bótox 

Con frecuencia se suele confundir al ácido hialurónico con la toxina botulínica —más conocida como bótox, por su nombre comercial—, pero sus efectos no son iguales. 

Ambos tratamientos tienen un efecto rejuvenecedor y, de hecho, pueden aplicarse en conjunto, dependiendo los resultados que busque la persona. 

Coria señaló que el bótox es una neurotoxina que actúa sobre las células musculares y bloquea su actividad, paralizando el músculo. Esto suele aplicarse en pacientes que presenten arrugas dinámicas, "que son aquellas que se producen producto de la contracción muscular de la mímica".

Además, remarcó que mientras el bótox suele aplicarse en arrugas dinámicas, el ácido hialurónico tiene un buen efecto sobre las arrugas estáticas, que son aquellas que están 'instaladas', debido al "quebrantamiento de la piel". 

 

El bótox suele aplicarse mayormente en el entrecejo, la frente y las patas de gallo.

 

¿Qué ocurre a largo plazo?

Consultado sobre los resultados, el especialista aclaró que ninguna de las dos sustancias tienen resultados definitivos

"Si bien se ha ido refinando la producción de ácidos hialurónicos, para que dure más cada aplicación, como es un componente natural, el cuerpo lo metaboliza. Y el efecto que tiene la toxina botulínica es el tiempo que tarda el cuerpo en regenerar nuevas conexiones nerviosas", puntualizó, advirtiendo que puede variar entre cuatro y seis meses

Esto significa que la duración en cada paciente es muy variable, "depende del metabolismo y también del lugar en donde se coloque. En zonas de menor movilidad, permanece más tiempo", advirtió.

Tanto el ácido hialurónico como la toxina botulínica si se dejan de aplicar con frecuencia, no tiene efectos adversos en el cuerpo, ya que el mismo "vuelve al estado basal". Lo que sí remarcó el profesional es que, en el caso de la segunda sustancia, "con el paso del tiempo quizás se necesiten mayores dosis para conseguir los mismos resultados".