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CHARLAS DE DIVAN | ¿Por qué la soledad (en el fondo) es el miedo que más nos aterra?

A través de los años en mi experiencia clínica he llegado a la conclusión que el miedo que más profundamente nos afecta es el miedo a la soledad. ¿Por qué?

10 de agosto, 2019 - 15:08

Somos seres hechos de otros, toda nuestra identidad se ha construido en el espejo de los que nos rodean. El estar solo amanece a nuestra vida, muchas veces, como la más desestructurante de nuestras experiencias. Es como si la soledad nos robara los pilares de los que estamos hechos. Pero en realidad no es así. Es una cierta adicción a la presencia del otro lo que nos hace sentir de ese modo. Nos cuenta comprender que la compañía no está en la presencia del otro aquí y ahora, sino en la huella de bondad que el otro ha dejado en nosotros. Así surgió este chat con una paciente:
María: ¿Por qué sufrimos de apego?
María: ¿De qué se trata? ¿Cuál es la necesidad de no sentirse solo? ¿La soledad es mala?
Eduardo : ¡Guaw qué preguntas!
Eduardo : Apenas pueda te respondo.
María: ¿Está ocupado?
Eduardo : Yendo y viniendo, haciendo mil cosas.
Eduardo : El apego no se sufre, el apego es lo que nos construye, nos hemos construido como personas en los brazos de una madre y llevaremos ese modo de construirnos toda la vida hasta la tumba. Estamos hechos de «otros», otros que nos han moldeado en la vida.
María: Ese apego maternal
Eduardo : El problema con la soledad es que pensamos que la compañía es la presencia física del otro, y no, la compañía no es que el otro esté físicamente con nosotros, es la historia, el
moldeado que el otro ha dejado en nosotros.
María: ¿Y el apego afectivo digo a sentir la necesidad de no estar solos?
Eduardo : El apego maternal es el primer apego en base al cual se construyen todos los demás.
Eduardo : ¿Viste la película las The first 50 dates? ¿Adam Sandler y Drew Barrimore?
María: No
María: ¿Trata de eso?
Eduardo : probablemente la has visto y no te acuerdas
Eduardo : Mirá

Eduardo : Mira el tráiler.
María: Estoy segura que no.

Eduardo : ok, mira el trailer.
María: Siii claro me encanta.
María: Cada vez que la veo lloro mucho.
María: Es hermosa.
Eduardo : Bueno, ahí está la esencia de la «COMPAÑÍA» mostrada en negativo.
Eduardo : Ahora te explico.
Eduardo : En la escena final de la película la muestra a ella en un bote y llevan años juntos y tiene que ver un video para saber su historia juntos ¿te acuerdas?
María: Sí.
Eduardo : Bueno, la compañía no es la presencia del otro físico, sino la historia que tenemos con el otro, si ella no recuerda su historia con él, él no es compañía se despierta y comienza a gritar, como sucede en el trailer, el otro se vuelve compañía a través de una historia.
María: ¿Historia?
María: ¿Y si no existe tal historia?
María: ¿Que nombre se le da entonces?
Eduardo : La compañía está principalmente en la historia que construimos en relación a las personas que nos han amado.
Eduardo : No en la presencia física de esas personas.
María: Ok
María: Gracias por ser parte de mi historia
Eduardo : Siempre ha habido una historia de amor en tu vida, desde los brazos de tu madre al día de hoy, sólo que no sabes verla y por eso te sientes sola.
Eduardo : La historia está dentro tuyo, no allá afuera.
María: ¿Autoexaminandome?
Eduardo : Los otros que nos dan amor son regalos, dones, nadie te prometió que durarían para siempre, no estaba escrito en ningún lugar. Duraron lo que tenían que durar para poder
inscribir en ti una historia de amor.
María: Gracias
Eduardo : Bueno, te dejo un montón para pensar, esto equivale a una sesión.. al menos en intensidad… ja ja ja
María: Gracias voy pensar y analizar todo lo que dices para ver si logro disipar mis dudas.

Eduardo : Las dudas no se disipan intelectualmente, no necesariamente, ni principalmente por un análisis intelectual, es por eso que necesitamos un otro que entre en nuestra historia que esté entrenado para hacernos ver los tesoros impensables de riqueza que cargamos y a los cuales no les damos valor. Todos lo necesitamos.
María: Entonces pienso que deberías entrar en esta historia.
Eduardo : Sí, yo también.
Eduardo : Hasta mañana.
María: Buenas noches. Gracias.

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