Cómo proteger a nuestros amigos peludos de la tos de las perreras

Los perros, como nosotros, también pueden sufrir las consecuencias del frío. Aunque su pelaje nos haga pensar que están abrigados, la realidad es que pueden contraer la tos de las perreras y necesitar atención veterinaria.

¿Qué es la tos de las perreras?

La tos de las perreras es una enfermedad viral que afecta las vías respiratorias altas. Se propaga fácilmente y presenta síntomas como tos seca, decaimiento, fiebre y falta de apetito. Aunque suele aparecer en invierno, no debemos subestimarla.

Cuidados y tratamiento

En la mayoría de los casos, la tos de las perreras se resuelve en pocas semanas sin tratamiento especializado. Sin embargo, es crucial que un veterinario confirme que no es más que un simple resfriado. Si persiste, se puede administrar un antitusígeno para acelerar la recuperación.

Los veterinarios señalan que los síntomas incluyen tos seca, ronca y expectoraciones de flema. En ocasiones, la tos parece arcadas, como si el perro intentara expulsar algo.

Prevención y cuidados

Para proteger a tu perro, vacunalo anualmente y visita al veterinario regularmente. Proporcionale una manta, cama o abrigo para las frías noches de invierno. Recordá que la 'tenencia responsable' implica mantenerlo en un ambiente limpio, seco y cálido.

Si tu perro presenta tos de las perreras, consultá al veterinario para un diagnóstico preciso. El tratamiento puede incluir antiinflamatorios, antibióticos, hidratación y reposo.

Prevenir es clave: las vacunas quíntuple y séxtuple protegen contra el adenovirus canino tipo 2 y la parainfluenza canina. Además, existe una vacuna contra la bacteria bordetella bronchiseptica.

Evitá que tu perro se exponga demasiado al frío y la humedad. Abrigalo con un chaleco o resguardalo en días desapacibles. ¡Cuidemos a nuestros fieles compañeros!