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Ajo crudo: propiedades, beneficios y formas de consumirlo

Se trata de uno de los alimentos mejor considerados desde tiempos antiguos.

Ciudadano.News

Por Ciudadano.News

26 Septiembre de 2024 - 18:55

El ajo ha sido un alimento valorado no solo por su sabor, sino por sus propiedades medicinales desde tiempos inmemoriales. Su origen se sitúa en Asia Central, pero rápidamente su uso se expandió a civilizaciones como la griega y la egipcia. 

En Grecia, se lo utilizaba no solo para mejorar la salud, sino también para prevenir diversas enfermedades. En el antiguo Egipto, su consumo era tan fundamental que, cuando a los trabajadores que construían las pirámides se les suspendió su ración diaria de ajo, se desató lo que se considera la primera huelga laboral de la historia.

Cómo consumir ajo crudo

El ajo crudo es sumamente versátil y se puede integrar de múltiples formas en la cocina. En la tradicional dieta mediterránea, por ejemplo, se consume de manera muy sencilla: un diente de ajo pelado y frotado sobre una rebanada de pan crujiente, que luego se acompaña con un toque de aceite de oliva virgen extra. Otra práctica popular entre algunas personas, sobre todo mayores, es consumir un diente de ajo entero en ayunas, como si fuera una pastilla, con el objetivo de aprovechar al máximo sus propiedades. 

Además, el ajo crudo es protagonista en platos frescos y saludables, como la ensalada de tomate aliñado que se prepara en algunas regiones del sur de España. Para hacerla, se mezclan tomates picados con ajo finamente troceado, sal, perejil y aceite de oliva. También es ingrediente esencial en salsas famosas como el mojo picón de las Islas Canarias o el pesto italiano, donde su sabor potencia los demás ingredientes.

Beneficios del ajo crudo

Numerosos estudios científicos respaldan los efectos positivos del consumo de ajo crudo sobre la salud. Este alimento es rico en prebióticos, que son esenciales para estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en nuestro sistema digestivo. 

Los compuestos organosulfurados, como la aliina y la alicina, no solo le otorgan su característico aroma y sabor, sino que también están detrás de muchos de sus beneficios para la salud. Estos compuestos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y potencian los mecanismos de defensa natural del cuerpo. Además, el ajo tiene un impacto positivo en el metabolismo del azúcar, ayudando a regular los niveles de glucosa en sangre. También es fuente de sacáridos, compuestos que proporcionan energía rápida, lo que lo convierte en un alimento energizante y nutritivo.

Por otro lado, investigaciones recientes han sugerido que el ajo podría tener propiedades antioxidantes, ayudando a combatir los radicales libres que dañan nuestras células y favoreciendo la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y los niveles de colesterol LDL. Incluso, algunos estudios exploran su capacidad para prevenir ciertos tipos de cáncer, gracias a su efecto en la eliminación de toxinas y la mejora del funcionamiento celular.

Desventajas del ajo crudo

A pesar de sus numerosos beneficios, el consumo de ajo crudo tiene un inconveniente muy conocido: el mal aliento que deja. Esto se debe a los compuestos de azufre que permanecen en la boca tras su consumo. Sin embargo, existen varios trucos para mitigar este efecto. Masticar hojas de menta fresca, hierbabuena o perejil puede neutralizar el olor.

 Comer una manzana luego de ingerir ajo también resulta efectivo, ya que sus compuestos naturales descomponen los residuos de azufre. Otra opción es enjuagarse la boca con una mezcla de agua y bicarbonato de sodio, que ayuda a eliminar los olores. Si no se dispone de mucho tiempo, el clásico chicle puede servir como una solución rápida para refrescar el aliento y estimular la producción de saliva, lo que facilita la eliminación de las partículas de ajo.

Una alternativa interesante para quienes desean evitar el mal aliento, pero no quieren renunciar a los beneficios del ajo, es el consumo de ajo negro. Este producto, que es el resultado de un proceso de fermentación del ajo crudo, tiene un sabor dulce y una textura suave. 

Además, aunque conserva gran parte de sus propiedades saludables, tiene una menor cantidad de compuestos organosulfurados, lo que elimina el mal aliento y el picor típicos del ajo crudo. El ajo negro también ha ganado popularidad por sus potentes efectos antioxidantes y su capacidad para mejorar la circulación sanguínea.