Grafología
La grafología, el estudio de la personalidad a través de la escritura, sostiene que 'cómo escribimos revela cómo somos'. Esta disciplina analiza aspectos como la forma, tamaño, presión, legibilidad, inclinación y velocidad de la escritura, así como la ubicación del texto en la página, para desentrañar rasgos inconscientes de nuestra personalidad.
La singularidad de nuestra escritura
Desde que aprendemos a escribir, desarrollamos un estilo único que evoluciona con el tiempo, funcionando casi como una huella digital que revela nuestro interior. La grafología permite analizar nuestra escritura y firma para conocer el subconsciente y los motivos detrás de nuestras acciones. Aunque no es una ciencia exacta, es una herramienta útil para entendernos mejor y mejorar nuestras relaciones.
Los filósofos griegos ya relacionaban la letra con la personalidad. Demetrio de Falera decía que "la letra expresa el alma", y Aristóteles afirmaba que "la escritura es un símbolo del habla y ésta un símbolo de la experiencia mental". En la antigua Roma, Nerón identificaba traidores mediante su letra. En China y Japón, desde tiempos antiguos, se utilizaban principios grafológicos para descubrir el carácter de las personas.
Significado de las mayúsculas
Para la grafología, las letras mayúsculas están directamente relacionadas con el YO y el ego de una persona, reflejando su percepción de sí misma, nivel de aspiraciones y autoestima. Esto afecta su relación con el entorno y lo que espera de los demás. Las minúsculas, en cambio, representan a los otros. Escribir en mayúsculas indica una personalidad con una coraza protectora, revelando aspectos profundos del carácter del escritor.
Análisis detallado
Según la grafóloga Sandra Cerro, quien escribe siempre en mayúsculas se esconde a sí mismo. "El escribiente se reviste de una coraza protectora, de un escudo que impide la penetración en su verdadera forma de ser y actuar. Oculta su realidad. No muestra más que una máscara de sí mismo, una pose artificial de cara a la galería", sostiene la experta.
La falta de velocidad y de ligaduras en este tipo de escritura frena la agilidad mental y la espontaneidad, limitando el fluir natural. "Frena la emotividad, la sencillez y la llaneza propias del ser humano", añade Cerro. Además, la escritura en mayúscula muestra una persona fría e impersonal, que trata de esconder a su YO menor, con el que no se siente identificado o al que simplemente pretende ocultar.
Si las letras mayúsculas presentan formas afiladas, con angulosidades marcadas y presión fuerte, puede indicar una personalidad autoritaria, orgullosa y narcisista, que busca imponerse y destacarse a toda costa. Sin embargo, Cerro advierte que siempre es importante contextualizar una escritura en mayúscula antes de interpretarla grafológicamente.
