¿Pulgar arriba o abajo para Massa? El impacto de su rol en el gabinete
El líder del Frente Renovador fue elegido como superministro, en medio de una marcada crisis social, económica y política
Los recientes movimientos dentro del Gobierno nacional, que posicionan a Sergio Massa como superministro de las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, generan expectativas no solo en el terreno de la política, sino también en el ámbito social y financiero, con repercusión casi inmediata en los mercados.
Según una reciente medición de CB Consultora, quien estaba al frente de la Cámara de Diputados de la Nación, roza el 31% de imagen positiva por sobre un 62,4% de negativa. No obstante, creció el visto bueno en 13 de las 24 provincias durante julio, lo que lo termina posicionando como el candidato con mejor reputación dentro del Frente de Todos.
Si bien se decía que las novedades en el Gabinete llegarían este fin de semana, aseguran que los movimientos se registraron con anticipación par ver cómo reaccionaba el mercado, no como ocurrió con la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, que se dio un sábado y se vio el impacto recién el lunes.
El analista político Facundo Cruz habló en El Interactivo, de Ciudadano News, de los cambios en el Gabinete y señaló que, "esta idea de un superministro, o un ministro por encima de sus pares, es más bien una percepción del rol de liderazgo que se ejerce. Pensamos que se puede comportar como superministro si concentra muchas decisiones. Todavía no sabemos, hay que ver cómo se ubica Alberto Fernández en esta dinámica".
¿Antesala de un llamado de elecciones anticipado?
Sostuvo, en tanto, que el equipo de Gobierno "no está organizado" y que le "cuesta encontrar puntos en común".
"La ciudadanía ha llegado a un punto donde considera que esta es la última chance que le queda a un Gobierno", aseguró el especialista.
Frente a la crisis social, política y económica que atraviesa la Argentina, surgieron opiniones en algunos sectores sobre la posibilidad o necesidad de adelantar las elecciones presidenciales, a realizarse en el 2023. Esto ocurrió por última vez en el 2002, por el entonces presidente Eduardo Duhalde.
Lo cierto es que el adelantamiento de las elecciones sería inconstitucional y, según Cruz, no están dadas las condiciones para comparar plenamente la actual crisis a la ocurrida en el 2001.
"Hoy tenemos un problema de deuda, de inflación, ambos atados a la falta de credibilidad, no hay reglas claras. Por eso traer una figura (la de Massa) con la que el mercado se siente cómodo, el sector privado y corporativo, trataría generar mayor credibilidad en la economía", puntualizó el profesional.