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Tiene prisión domiciliaria pero volverá a la cárcel para tener sexo con su novio

Un fallo causa polémica en la provincia de Córdoba. La reclusa ya gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria. El estado pagaría por los traslados para su 'visita higiénica'

18 Abril de 2022 - 11:50

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Una mujer que fue condenada por el delito de ciberestafas y que goza del privilegio de la prisión domiciliaria fue autorizada por la Justicia a volver a la cárcel con el objetivo de visitar a su novio y tener sexo.

El caso judicial que generó polémica tuvo lugar en la provincia de Córdoba.

El llamativo fallo benefició a Johana Daniela Flores, quien en marzo de 2021 fue detenida y acusada de pertenecer a una banda dedicada a cometer estafas virtuales.

La presidiaria, desde su detención, solicitó -no sin mediar con diversas dificultades- continuar la pena desde su hogar.

Finalmente el derecho fue conseguido por Flores, gracias a que tiene hijos menores de 5 años de edad.

Un año después de conseguir el beneficio de la libertad condicional, la condenada fue por una nueva autorización judicial. La mujer instruyó a su letrado para que este enviara un documento pidiendo que esta pudiera regresar tras las rejas.

El objetivo del pedido fue que se le permitiera volver a prisión para poder tener sexo con su novio, que se encuentra detenido en Cruz del Eje.

El novio de Flores fue condenado a prisión perpetua por el crimen de un sereno y luego también fue juzgado por el mismo delito que su novia: estafar personas desde prisión, informó Clarín.

Sebastián Lascano, abogado defensor de Flores, destacó en pedido de su clienta que la mujer y el hombre habían entablado una relación meses antes de la detención de su defendida.

El letrado acreditó la información con los registros de visitas íntimas del penal; sitio en el que tuvieron lugar esas 'visitas higiénicas'; seis en total desde enero a marzo 2021.

El recurso de Flores fue rechazado dos veces. La primera por el fiscal Franco Pilnik, que detalló que el permiso, afectaría "el interés superior de los niños que en su momento fue el justificante de la concesión de la prisión domiciliaria".

Fue en una segunda instancia que la jueza de Control, Anahí Hampartzounian, finalmente autorizó a la mujer a dejar por unas horas la prisión domiciliaria para ir a verse con su novio.

El fallo que la autorizó a volver a la cárcel para tener sexo con su novio

La medida que fue citada por el medio Cadena 3, es para cumplimentar "el derecho de la imputada de ejercer libremente la sexualidad con quien era su pareja al momento de resultar privada de su libertad; debiéndose restablecer el vínculo para preservar el derecho a mantener las relaciones con sus personas más próximas, favoreciendo los vínculos sociales, especialmente los íntimos y afectivos".

El fallo detalla que no existen contradicciones con la prisión domiciliaria -punto que había enumerado el fiscal para rechazar la propuesta- y destaca que atendiendo los puntos marcados por el abogado de Flores, es atendible ya que su defendida cuenta con una red familiar cercana que puede cuidar a los menores durante esas horas.

El escrito concluye que "las razones que fundaron el otorgamiento de la prisión domiciliaria como una modalidad morigerada del encierro preventivo que sobre ella pesaba y el rol de cuidado de sus hijos menores asignado, no puede desconocer el ejercicio de otros derechos de la imputada que mitigan los efectos desocializadores de la prisión, como los derechos sexuales que Flores podría ejercer sin limitaciones más allá de las propias del encierro".

Una medida que no quedó clara -definida en el fallo- es si la beneficiaria del mismo, podrá trasladarse por sus propios medios a la cárcel para mantener encuentros con su novio o si será el estado el que pagará por estos traslados.

Por lo tanto, resta conocer si el permiso por lo tanto, permitirá que la imputada con prisión domiciliaria, se dirija por sus propios medios a la cárcel o si un móvil policial (del Servicio Penitenciario) será el que la recoja.

Según trascendió, el permiso otorgado será semanal; es decir que la mujer tendría derecho a una visita íntima cada siete días.