|26/05/23 07:47 AM

Tres tristes tigres trillan trigo

Un felino viejo, otro adulto y uno inexperto pugnan por llegar a la Casa Rosada, pero la realidad muestra lo difícil que será, gane quien gane, dominar las complicaciones y acertar con las medidas apropiadas para que el país pueda resurgir

26 de mayo, 2023 - 08:22

No pude encontrar información exacta sobre el origen concreto del trabalenguas “tres tigres trillan trigo en un trigal”. Pero recuerdo perfectamente al profesor de oratoria que nos hacía repetirlo para mejorar nuestra pronunciación de la letra “r”.

Sí pude encontrar una versión más poética del mismo, que reza así: “Trota el tigre por la gruta,/ trota el tigre trin ton tran,/ trota triste la leona,/ triste trota la tragona,/ tris tos tras”.

Es más, creo que esta última se ajusta mucho mejor como introducción al tema que tenemos entre manos, cual es el de las próximas elecciones presidenciales, pues, como dice el trabalenguas, se trata de tres tristes tigres o de tres tercios, como argumentó “triste la leona” en el conocido programa de chimentos de la noche Duro de domar, para ser más exactos, en la señal oficialista C5N.

Efectivamente, según se va delineando a través de las poco confiables encuestas, pero consolidado por una multitud de indicios, las próximas elecciones presidenciales se las disputarán tres tristes tigres. A saber:

  1. Un tigre viejo representado por el oficialismo conformado por las diferentes franquicias del peronismo.
  2. Un tigre adulto que se hace llamar Juntos por el Cambio y que incluye a la centenaria UCR y al PRO.
  3. Un tigre no destetado y con una extraña genética proveniente del anarquismo y del nacionalismo católico.

 

Distintos pero no tanto

Empecemos por el primero de ellos, el más viejo y el que acredita más cicatrices y campañas en su haber. Es decir, el tigre que se dice peronista, pero que muchos no reconocen como tal, pues parece haberse quedado congelado en el tiempo entre los que fueron echados de la famosa Plaza de Mayo por su padre fundador, Juan Domingo Perón, y los que se fueron reivindicando el nombre de El Tío, Héctor J. Cámpora. Pero no ya en su nombre propio, sino como lo pidió su actual lideresa, CFK, en “los hijos de la generación diezmada”.

Seguimos por la bolsa de gatos -los que no dejan de ser, en última instancia, felinos- de Juntos por el Cambio. Una coalición que los llevó al gobierno de la mano del empresario Mauricio Macri, pero que ahora no acierta a unirse, con múltiples internas en todas sus corrientes y en todas sus circunscripciones.

Terminamos con el retador al título de tigre y que se autopresenta como un león (una ‘panthera leo’, es decir, un pariente muy cercano de los tigres), Javier Milei, con la reciente sorpresa de haber develado que su ADN político no proviene solo del libertarismo, sino también del conservadurismo de derecha, aunque bien puede tratarse de un mero camuflaje electoral. Por algo todos los tigres tienen sus famosas rayas para mimetizarse con su entorno.

 

Coincidencias y diferencias

Como no tenemos las capacidades que otorga el viejo arte de la adivinación para saber quién ganará tan reñida elección, llegados a este punto preferimos concentrarnos en lo que ya conocemos. Vale decir, en sus ideas o, al menos, las que ellos declaran tener. Vamos a ellos.

El tigre viejo reivindica el título de peronista, pero son –precisamente– los más leales a este pensamiento los que se lo niegan. En su lugar prefieren catalogarlos de socialdemócratas, pues, como lo reconoció el propio Alberto Fernández, le debe más a la poesía de Bob Dylan que a la doctrina justicialista.

Tampoco faltan los que los ubican a la izquierda de ese pensamiento, ya que fue la propia CFK, al reivindicar a la generación diezmada, la que abrazó esa postura, la de aquellos que hablan de la lucha armada de los jóvenes idealistas.

El tigre adulto de Juntos por el Cambio, que ya tuvo su experiencia de gobierno, no se diferencia mucho del anterior. Probablemente, solo lo haga en sus mejores modales a la hora de cazar y de merendarse a sus presas, pero en realidad se trata de una versión socialdemócrata solo un poco más educada, pues ambos, el Frente de Todos y ellos, comparten una visión económica común basada en el endeudamiento externo, el seguimiento de las recetas del FMI y el achicamiento del déficit y del Estado, aunque su relato, su discurso, sea más sincero sobre sus intenciones y varíe un poco en cómo se lo presenta.

Los primeros, como se sabe, obligados a hacerlo bajo la fraseología peronista “Patria, sí, colonia, no”, pero como ya lo han demostrado, son solo jueguitos para la tribuna.

El último de los tigres es el más difícil de definir, ya que, por un lado, no ha tenido nunca la oportunidad de administrar nada y, por el otro, ha hecho una extraña mezcla con duros contenidos conservadores, como la derogación de la ley del aborto y de la educación sexual en las escuelas y la libre portación de armas.

Queda por verse, en el caso de que se imponga en los comicios, si se trata de un gancho para cazar más presas o si están dispuestos a llevar adelante estas propuestas con todo lo que ello significaría.

 

¿Dónde están los jinetes?

Compleja como viene esta explicación, no podemos cerrarla sin puntualizar una complicación más, cual es que, excepto el último de los tigres, los dos anteriores no han definido sus candidatos.

Vale decir que no será lo mismo el tigre peronista montado por Massa –un socialdemócrata hecho y derecho– que por Wado de Pedro, y ni qué hablar si los verdaderos peronistas logran encaramarse sobre el mismo.

Lo mismo para Juntos por el Cambio, aunque con menores oscilaciones ideológicas, ya que no son tantas las diferencias entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, pero que las hay, las hay.

La diferencia fundamental entre ambos radica en la velocidad que desean imprimirles a los cambios. Más rápidos y violentos la primera, más tranquilos y consensuados el segundo.

Sea como sea, alguien tendrá que montar y cabalgar al tigre que resulte ganador en las próximas elecciones presidenciales para el bien de todos.

Que así sea.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.