|16/12/22 07:38 AM

¿Se vienen las monedas electrónicas estatales?

La aparición de las Monedas Digitales del Banco Central –o CBDC– ha originado divergencias de opinión en cuanto a sus beneficios o sus efectos negativos para la banca tradicional. Habrá que esperar para ver los resultados que sólo el tiempo revelará

16 de diciembre, 2022 - 07:38

El mundo financiero actual es el resultado de 4.000 años de evolución. Uno de sus instrumentos principales, la moneda, el dinero, viene cristalizando las relaciones entre compradores y vendedores, acreedores y deudores.

A partir del siglo XIII el metálico comenzó a ser reemplazado por papeles denominados letras de cambio, en el XVII grandes corporaciones comerciales introdujeron al bono como medio de ahorro y de pago, mientras que en el siglo siguiente surgieron las compañías aseguradoras y los fondos de pensión. Pero fue a partir de fines del siglo XX que todos estos beneficios se combinaron en carteras de inversión.

Si bien no puede negarse que aquellas sociedades que llegaron primero a estos instrumentos financieros les fue mejor, tampoco puede negarse que este ascenso no estuvo libre de sobresaltos, tales como crisis financieras, hambrunas y depresiones, en una extraña combinación de excesos de confianza seguidas por cisnes negros no previstos por nadie.

Un viejo chiste económico dice que los gurúes de la economía han pronosticado las nueve de las últimas dos crisis. Más allá del sentido del humor, a pocos les cabe duda respecto de la dificultad de acertar con los pronósticos económicos.

Hoy, parece ser que estamos al borde de otro salto cualitativo: el de las denominadas ‘Central Bank Digital Currency’ (CBDC, por sus siglas en inglés) o Monedas Digitales del Banco Central. Antes de analizarlas a ellas en particular, vale la pena rescatar que son muchas las teorías económicas que han buscado explicar sus crisis recurrentes. Aunque no han sido pocos los expertos que han creído encontrar en la Teoría de la Evolución enunciada por el biólogo inglés Charles Darwin una explicación plausible para ellas.

Citan en su apoyo los siguientes elementos coincidentes:

  1. Sostienen que las monedas son una suerte de ‘genes’ pues guardan en su memoria la evolución de las prácticas económicas.
  2. Reconocen que puede haber ‘mutaciones’ o saltos cualitativos, especialmente por la introducción de nuevas tecnologías.
  3. El mundo económico-financiero es brutalmente ‘competitivo’.
  4. También suceden en este mundo fenómenos similares a los biológicos, así como la ‘especialización’, la ‘selección natural’ y la ‘extinción’.

Una CBDC –también llamada moneda fiduciaria digital o dinero base digital– es una moneda de tipo virtual emitida por un banco central en lugar de un banco comercial o privado.

El concepto actual de CBDC se inspiró en el Bitcoin y en otras criptomonedas similares basadas en cadenas de bloques, pero se diferencia de dicha moneda virtual y de las criptomonedas en que una CBDC sería emitida por un Estado soberano.

Los CBDC se encuentran, actualmente, en su mayoría en la etapa de prueba, con algunos Estados más avanzados que otros. Según la jefa del Banco Central Europeo, nuestra conocida Christine Lagarde, más de 80 bancos centrales están analizando las monedas digitales.

El RMB digital de China fue la primera moneda digital emitida por una economía importante. A partir de julio de 2022, cuatro bancos centrales han lanzado una CBDC: el Banco Central de las Bahamas (Sand Dollar), el Banco Central del Caribe Oriental (DCash), el Banco Central de Nigeria (e-Naira) y el Banco de Jamaica (JamDex). Aunque varios han enfrentado graves inconvenientes por la falta de confianza del público en general.

Algunos Estados también han emitido o han considerado emitir, criptomonedas, como Venezuela (Petro) y las Islas Marshall (Soberano). Estas criptomonedas a menudo se consideran con la intención de aumentar la independencia de un Estado de los sistemas financieros globales, como reducir la dependencia de una moneda extranjera o evadir sanciones internacionales. Otros, como El Salvador simplemente han comprado Bitcoins.

A pesar de tener ventajas potenciales, el de las CBDC sigue siendo un tema controvertido, ya que existen riesgos asociados con su implementación. Por ejemplo, la desaparición, o al menos una drástica reducción, del sistema bancario, pues, con la capacidad de proporcionar moneda digital directamente a sus ciudadanos, una posibilidad es que gran cantidad de clientes salgan del sistema bancario.

De hecho, en el siglo pasado, los bancos comerciales “crearon” dinero gracias a los depósitos de sus clientes, además de otras muchas formas. Lo hicieron sin la necesidad de tener grandes reservas de metálico, ya sea que usaran el método de reserva fraccionaria o el de reserva cero.

Por ejemplo, con el de reserva cero, los bancos comerciales de algunos países, tales como los EE.UU., Reino Unido y la Unión Europea, entre otros, ya no necesitan un requisito de reserva para la entrega de préstamos. De hecho, cada vez que un cliente (una persona, una empresa, etcétera) solicita un préstamo y ofrece una garantía (un automóvil, un bien inmueble, etcétera), el banco crea, temporalmente, un nuevo depósito (dinero), les presta este dinero a su cliente, y cuando el prestatario paga el préstamo más los intereses, se elimina el depósito inicial y el banco se queda con los intereses.

En el mundo real, la reserva cero y la reserva fraccionaria son casi lo mismo, porque los bancos pueden evitar los requisitos de reserva, lo que los vuelve más ágiles. Pero no ha dejado de producir graves problemas financieros cuando los bancos comerciales se excedieron en la entrega de créditos sin reserva o con reserva fraccionaria, como el caso de grandes bancos comerciales, como el Deutsche Bank de Alemania, el Santander de España o el Royal Bank de Escocia, que están enfrentando serios problemas de liquidez.

Para evitar estos inconvenientes se ha pensado en las CBDC, ya que permitirían operar en forma totalmente reservada, por lo que si una persona quiere esta forma de dinero, simplemente, la compra en el Banco Central mediante una transacción electrónica. En este caso, los bancos comerciales no crean deuda ni dinero nuevo y no ganan ningún interés, aunque para algunos expertos sólo se trataría de trasladar un viejo problema de la banca privada a la estatal, ya que no son pocos los bancos centrales acusados de emitir moneda en exceso y más allá de sus capacidades de pago.

Los clientes pueden considerar que la seguridad, la liquidez, la solvencia y la transparencia de las CBDC son ventajosas, lo que debilita, a la larga, la posición de los bancos comerciales en el mercado financiero. En casos extremos, esto podría precipitar posibles corridas bancarias y, por lo tanto, golpear las posiciones de financiación de los bancos.

Sin embargo, sus defensores afirman que con la introducción de las CBDC se seguiría un conjunto de principios básicos que permitirían reducir el riesgo de que todo el sistema exceda a los depósitos bancarios. Un Banco Central también podría limitar la demanda de CBDC al establecer un techo en la cantidad de tenencias.

Otra importante característica de la implementación de las CBDC es el hecho de que facilitarían las tareas de vigilancia y de control de la ciudadanía. Por supuesto, sus defensores argumentan que ello sólo perjudicaría a aquellos que realizan operaciones financieras ilícitas y que no desean ser controlados.

Volviendo a las características enunciadas más arriba respecto de la Teoría de la Evolución y los sistemas monetarios, está claro que la banca tradicional está lejos de ser un animal sin capacidad de raciocinio, y que como tal tiene excelentes armas y posibilidades, ya sea para dirigir el cambio, demorarlo u oponerse.

El tiempo, aunque creo que será poco, nos lo dirá.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.