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No hay mal que por bien no venga II

Ante el freno para construir Portezuelo, existe una batería de proyectos para enfrentar la crisis hídrica de Mendoza y maximizar los resultados de las inversiones que permitan mejorar la matriz productiva: tecnificación, investigación y capacitación en técnicas de riego, mejoras en la gestión integral del agua, potenciar la Dirección de Minería,  retomar el proyecto Potasio Río Colorado e incrementar la explotación hidrocarburífera  en Vaca Muerta, entre otros

20 de mayo, 2022 - 07:43

Le recordamos al lector que en un artículo anterior explicamos las complicaciones derivadas para la pronta concreción de la obra denominada Portezuelo del Viento. También recordamos, que antes de continuar con la propuesta de lo que creemos que debería hacerse, afirmamos que es necesario establecer un marco conceptual adecuado y que se debe tener en cuenta que:


1º El agua es un derecho vital, tanto para los individuos como para otras organizaciones como los estados provinciales y nacionales. Además, de que para muchos especialistas su creciente escasa disponibilidad va a estar en el centro de los conflictos geopolíticos del presente y del futuro.
2º Los mendocinos tenemos que reconocer y aceptar, que el agua tiene un carácter transfronterizo y extraterritorial.
3º Mendoza gasta muy mal su agua. Pues, la masa de la obtenida es destinada a la agricultura (59%), seguida por la asignada al consumo humano (33%) y una muy pequeña porción a la minería e industria (4%), la que incluye a la explotación petrolera. Pero si analizamos los ingresos provinciales comprobamos que el más importante proviene de la minería e industria (24%) y no de la agricultura (6%). Por otro lado, sabemos que cada mendocino recibe unos 400 litros de agua por persona por día, lo que está muy por encima de los estándares mundiales que establecen esa cantidad en 250 litros. También, que más del 50% del agua obtenida no llega a destino por el obsoleto sistema de distribución y que otro tanto se desperdicia por el arcaico sistema de riego por manto que se emplea en la masa de las plantaciones rurales de la provincia.

Llegado a este punto no cabe otra cosa que preguntarse: ¿qué hacer con los fondos recibidos para la construcción de Portezuelo del Viento y los que nos faltan por recibir? Ante el hecho indubitable de que el proyecto sufrirá una inevitable y larga demora. Por lo que han comenzado a surgir otras alternativas al mismo, a saber:


● Que se construya tal como está previsto.
● Que se construya el proyecto inicial y que consistía en una presa de menor altura, pero que se la complemente con la obra de trasvase al río Atuel.
● Que se emplee el dinero recibido por parte de la Nación para Portezuelo del Viento  para otros fines tales como créditos a pymes provinciales.
● Que se invierta ese dinero para la ejecución de otras obras hidráulicas menores como la presa de El Baqueano y para mejorar el actual sistema de distribución de agua, tanto potable como para riego.

Obviamente, cada uno de estos modos de acción está apoyado por distintos grupos políticos y empresariales que representan intereses legítimos, pero parciales y que no siempre están en consonancia con las variables de factibilidad y de aceptabilidad. Sin mencionar su aptitud para satisfacer o no al bien común provincial.

Por tal motivo, nuestra propuesta se orienta por sobre los mencionados intereses y apunta a una batería de proyectos que permitan enfrentar la crisis hídrica que sufre la provincia, junto con otras regiones del mundo y que permita el aprovechamiento, lo más racional posible, de un recurso que todo hace prever que cada año será más escaso. A la par de que buscamos con nuestra propuesta maximizar los resultados de las inversiones que pudieran ayudar a mejorar la matriz productiva de la provincia, no sólo en función de la escasez mencionada, también que se aproveche para impulsar a otras actividades productivas.


1. Relacionado con el necesario (ahorro del recurso hídrico: (1)
● La tecnificación del riego: para mejorar la infraestructura y eficiencia del uso del agua de riego. Lo que implica: recuperar suelos afectados con problemas de drenaje y salinidad, mejorar el riego e incorporar tierras a la agricultura, tratar aguas, residuales y utilizarlas para fines agrícolas.
● La investigación y la capacitación en técnicas de riego: para mejorar tecnologías de riego. A los efectos difundir paquetes tecnológicos integrados de riego, capacitar organizaciones, investigar y validar tecnologías que combinan altos rendimientos en sistemas de riego (enfatizando en métodos de riego convencional mejorado y presurizado de alta eficiencia, prácticas de manejo de agua, ensayos de rotación de cultivos y variedades mejoradas, tolerantes a la salinidad en suelos con problemas de drenaje, etcétera).
● La mejora en la gestión integrada de los recursos hídricos: por ejemplo, mediante la promoción de programas provinciales de apoyo a la participación de los municipios en la gestión del agua de riego. Además, concientizar a los consumidores a evitar el derroche. Imponer el uso medido del agua.
● Adoptar medidas ambientales relacionadas con el riego: tales como  reducir contaminación de aguas residuales y de descargas que afecten fuentes, combatir la erosión, regular calidad y aprovechamiento del agua subterránea, etc.

2. Relacionado con el apoyo a otras actividades productivas distintas a la agricultura:
● Potenciar a la actual Dirección de Minería dependiente del Ministerio de Economía y Energía de la Provincia, especialmente desde su conformación humana y asignación presupuestaria para estar en condiciones de generar y administrar los recursos humanos técnico-profesionales que nos permitan no solo controlar la actividad minera de bajo perfil del pasado, sino las del futuro. Lo que implica que se vuelva a dar un debate serio sobre la minería en Mendoza, en particular en la zona de Malargüe.
● Retomar el proyecto minero Potasio Río Colorado ubicado en el Sur de nuestra provincia. Ya se ha producido el traspaso de Potasio Río Colorado a la Provincia, por lo que debe impulsarse y financiarse el avance de ese proyecto que permitirá suplir la falta de fertilizantes por la salida del mercado de Ucrania y de Rusia, que son sus principales productores.
● Incrementar la explotación hidrocarburífera en la zona mendocina que corresponde al Yacimiento de Vaca Muerta: por las mismas razones que las señaladas en el punto anterior.

Ya explicamos en otro artículo anterior que a “A toda oportunidad la  pintan calva”. Ha llegado la hora de tomar decisiones. Pues, nuevamente, a nuestra provincia parece que una de ellas se le está escapando de las manos, porque nuestros dirigentes parecen haber caído en una suerte de parálisis por análisis. Al respecto, hay que recordar que no decidirse es ya haberse decidido y no, precisamente, de la mejor forma. Porque en toda situación hay un elemento irremplazable y no son los medios humanos o materiales necesarios para enfrentarla de la mejor manera, sino el tiempo. Pues una vez ido nadie nos los puede devolver.


(1) Estas medidas han sido tomadas del “Informe de Gestión del Agua de la Cuenca del Río Mendoza” realizado por el ingeniero Edgardo Frigerio, superintendente del Departamento General de Irrigación en el 2010. Es decir, bastante antes de la emergencia hídrica que nos afecta y que como vemos muy poco de lo propuesto se ha realizado 12 años después.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.