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Pelotazo en contra

Sin tener un plan concreto, el Gobierno nacional no ha logrado bajar la inflación y así sus probables candidatos a pelear en las elecciones ven disminuidas sus aspiraciones de conservar el poder 

04 de junio, 2023 - 22:00

La inercia después del salto de abril, que según el INDEC llegó al 8,4%, sumada al incremento en los precios de los alimentos en mayo, muy por encima de ese índice, son algunos de los factores que impulsaron la inflación el último mes, cuyo índice será dado a conocer el próximo miércoles 14, en plena rosca política por las candidaturas, aunque ya se prevé que será mucho más alto del esperado por el Gobierno nacional.

Todos los esfuerzos para domar la suba de los precios de productos y servicios hasta ahora han sido insuficientes, por no decir estériles y en la mayoría de los casos, inútiles.

Así lo ponen de manifiesto los análisis de algunas consultoras privadas, que estimaron que la suba de precios minoristas en mayo se ubicó en torno al 9%, aunque otros economistas, más pesimistas (habrá que ver si también realistas), la hacen llegar a cerca del 9,5%. Si esto llega a ser así, la suba de precios sería la más importante y persistente desde la hiperinflación de 1990.

Lamentablemente, esto se verá reflejado en las estadísticas de pobreza del primer semestre del año, que volvería a los niveles de 2020, es decir, en torno al 42 o 43%, según los observadores económicos.

 

Una canasta que pesa cada día más

Más de tres años después de asumir y a poco de llegar a su fin, el Gobierno nacional, sigue sin un plan económico y a la deriva, tomando medidas que hasta ahora siempre han fracasado. Una de las últimas fue ampliar el programa ‘Precios justos’ haciendo extensiva su aplicación también en los comercios de barrio, lo que se anunció la semana que pasó sin mucho entusiasmo.

Con esto se busca aplacar el humor social, sobre todo cuando la semana que pasó llegó con una noticia nada agradable: con los aumentos de mayo, la canasta básica alimentaria llegaría a 127.600 pesos, un monto al que una gran mayoría de argentinos no llega y siguen sumidos en la indigencia, mientras que el costo de la canasta básica total –que marca la línea de pobreza– quedó en 231.404 pesos contra los 203.361 pesos de abril y 191.000 pesos de marzo.

De esta manera, lo que está claro es que la suba de precios en la Argentina se ha estabilizado en un ritmo bien por encima del 7% mensual, dejando muy lejos la promesa del 4% hecha en 2022 más como una expresión política que como una convicción.

Inclusive, hay un componente inercial muy importante que se nota en los productos de consumo masivo, un efecto al que se sumó en mayo la actualización de las tarifas de energía, algo que no se repetiría en los próximos meses y que, entonces, podría contribuir a que la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se desacelere unas décimas, aunque no tanto como para festejar ni para tirar manteca al techo.

De todas maneras, mirando hacia adelante se estima que la inercia inflacionaria continuaría en junio, porque se observa un régimen de alta inflación y una de sus características es que el traslado a los precios es muy rápido, sobre todo al de los alimentos básicos.

 

Madura el knock out...

De esta manera sigue fresco el recuerdo de abril, cuando las estimaciones privadas esperaban incluso hasta un punto menos que el durísimo 8,4%, pero todavía nadie –ni los más pesimistas– se anima a arriesgar un índice de dos dígitos, el umbral psicológico de los 10 puntos, lo que terminaría de ensombrecer el panorama electoral.

Esta realidad es como un golpe de knock out que complica al Gobierno de cara a las elecciones generales de este año –PASO de agosto mediante– y conspira contra las aspiraciones del ministro de Economía, Sergio Massa, de presentarse como único candidato a presidente por el Frente de Todos.

Es por eso que el titular de Hacienda espera con ansiedad que el dato sobre mayo no lastime más su plan, para que sus contrincantes en el propio espacio no se envalentonen tanto como para desafiarlo y dejarlo fuera de toda posibilidad. O que Cristina Kirchner, al ver que se encamina al fracaso le suelte la mano y opte por otro candidato.

Es que el mismo día en que se difundirá el dato del IPC vence el plazo para la presentación de alianzas para las elecciones primarias y cuatro días después se hará el congreso del Frente Renovador, espacio del que el ministro de Economía es referente. Por otra parte, faltarán diez días para que se cumpla el plazo de presentación de las listas con los precandidatos que competirán en agosto.

En este contexto, Massa espera que un acuerdo con Brasil, el resultado del reciente viaje a China y la renegociación que necesita desesperadamente conseguir en el Fondo Monetario Internacional le puedan dar un respaldo de los sectores de poder, para lo cual está trabajando con envidiable tesón.

Sin embargo, debería tener en cuenta que la evolución de los precios es el verdadero termómetro social que finalmente será el protagonista a la hora de elegir entre el menú de candidatos que se presentarán en las PASO, lista de la que él aspira formar parte.