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Inteligencia Artificial en las campañas, ¿ángel o demonio?

En la Argentina se ha observado por parte de los partidos políticos un aumento en el uso de esta tecnología y comienzan a valerse de ella para llegar al votante, pero despierta dudas su utilización

21 de mayo, 2023 - 10:36

La inteligencia artificial (IA) ha dado un vuelco a la forma de plantear las campañas electorales. No podía ser de otra manera porque está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana y en diversos campos, y por supuesto la política no podía ser la excepción.

Es que a través de decenas de operaciones y comunicaciones que realizamos a diario, aún de manera inconsciente, los potenciales votantes dejamos rastro, y el rastro es información, algo muy valioso para los partidos políticos, especialmente en una campaña electoral. Desde dar a conocer la imagen del candidato para las personas que no lo conocen hasta para hacer cambiar de opinión a quienes tengan una percepción negativa.

El uso de la inteligencia artificial en estos casos no es nuevo. Ya en 2016, durante las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los encargados de la campaña de Hillary Clinton la utilizaron para recolectar y analizar datos de los votantes, identificar patrones y desarrollar una estrategia de campaña personalizada para cada elector. Del mismo modo, el entorno de Donald Trump la utilizó en la recolección de datos y en la gestión de su campaña en redes sociales.

En ese sentido, en la Argentina se ha observado por parte de los candidatos y partidos políticos un aumento en el uso de esta tecnología que maravilla al mundo y comienzan a valerse de ella para llegar al votante.

En principio, la IA es utilizada principalmente para la segmentación y análisis de datos, lo que les permite a los candidatos y partidos políticos obtener información valiosa sobre los votantes, sus preferencias y necesidades. Esto, a su vez, les permite diseñar estrategias de campaña más efectivas y personalizadas, dirigidas a públicos específicos.

Además ha servido para analizar la presencia y el impacto de los candidatos en las redes sociales, lo que permite a los partidos políticos adaptar sus mensajes y estrategias en función de los resultados obtenidos.

Sin embargo, su uso en la campaña electoral también ha generado ciertas preocupaciones. En particular, existe el temor de que los algoritmos utilizados puedan sesgar la información y perpetuar prejuicios y estereotipos, lo que podría influir en la toma de decisiones de los votantes.

La utilización de la inteligencia artificial puede tener un impacto significativo en los resultados finales de las elecciones según se tenga más posibilidad de llegar a los votantes.

Por eso es fundamental que se preste atención a los posibles riesgos, aunque –como siempre- los argentinos ya partimos tarde para que se adopten medidas para asegurar un uso responsable y transparente en la política. Lo positivo es que ya comienza a generarse un debate, por ahora incipiente, en torno a sus implicaciones y beneficios.

En nuestro país, el uso de la inteligencia artificial en la campaña electoral se ha centrado, por ahora, en el análisis de datos y en la identificación de patrones para elaborar estrategias más efectivas. Para eso algunos partidos políticos han invertido en tecnología destinada a obtener información sobre los votantes, sus necesidades, intereses y preferencias.

De esta manera, pueden segmentar el electorado y dirigir mensajes específicos a cada grupo, lo que les permitiría ganar más adhesiones y obtener más votos de manera eficiente y rápida. Esto, a su vez, permite mejorar la eficacia de la campaña y el rendimiento de los candidatos.

Por otro lado, la utilización de la inteligencia artificial también ha tenido un impacto en la presencia de los candidatos en las redes sociales, las que se han convertido en un espacio clave para la campaña electoral, y el uso de la inteligencia artificial ha permitido a los partidos políticos analizar y medir el impacto de los mensajes en ellas. Esto les permite adaptar sus discursos y estrategias en función de los resultados obtenidos y mejorar su presencia en línea.

Uno de esos casos es el de la provincia de Córdoba, donde el equipo del gobernador Juan Schiaretti utiliza un sistema de llamadas personalizadas que comienza con un “Hola, buen día fulano de tal...”. Y acto seguido lanza una serie de argumentos destinados a posicionar al probable candidato con vistas a una posible postulación a la presidencia.

El sistema causa curiosidad y llama la atención, pero a los cordobeses les inquieta el hecho de estar incluidos en un sistema desconocido de datos y eso les hace temer que sean utilizados para otros fines.

Es que una preocupación importante es la privacidad de los ciudadanos, ya que la utilización de la inteligencia artificial implica la recolección y el análisis de grandes cantidades de datos personales, lo que puede generar riesgos para su seguridad.

En este sentido, es importante que se establezcan regulaciones claras y adecuadas para su uso en la campaña electoral. Esto podría incluir, por ejemplo, la obligación de obtener el consentimiento explícito de los votantes para la recolección y el uso de sus datos personales, así como la implementación de medidas de seguridad para protegerlos.

Precisamente este es otro de los grandes interrogantes que sobrevuelan sobre su uso, que tiene que ver con cómo consiguen estos datos las formaciones políticas.

Como la discusión sobre la transparencia en el uso de la inteligencia artificial en estas lides todavía está en pañales por estas tierras, son los partidos políticos los que deben responsabilizarse en cuanto a las herramientas que utilizan y la información que recopilan y analizan.

Por otra parte, un aspecto importante a considerar –aunque es muy difícil- es la necesidad de asegurar la igualdad en el acceso a la tecnología, ya que no todos los partidos políticos tienen los mismos recursos para invertir en herramientas de inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas.

Por eso es importante que se garantice la igualdad de oportunidades y recursos para todos los actores para que la campaña electoral sea justa y equitativa y no queden afuera los partidos “pobres”.

Como vemos, el uso de la inteligencia artificial en la campaña electoral es una realidad cada vez más presente en todo el mundo, incluyendo la Argentina. Pero si bien esta tecnología puede tener beneficios para los partidos políticos, también presenta ciertos riesgos que deben ser abordados mediante la regulación adecuada.

En última instancia, es importante garantizar que la utilización de la tecnología que se va imponiendo sea transparente y justa, y también respete la privacidad de los votantes para que a la larga no se convierta en un retroceso y una frustración.