Henry Kissinger, 100 años pisando la arena internacional

El exsecretario de Estado, académico y pensador de las relaciones internacionales estadounidense, Henry Kissinger, cumplirá este sábado 27 de mayo los 100 años de vida. El exdiplomático goza de buena salud en el advenimiento de su centuria y mantiene una impronta considerable en el entretejido de la política global, generando, hasta el día de hoy, fascinación entre sus seguidores y rechazo entre sus detractores.

Acontecer con su firma

Con un claro protagonismo en los acontecimientos que marcaron la década de 1960 y gran parte de los 70’, este diplomático y funcionario, en ese entonces, es más que todo conocido por ser el artífice del fin de la Guerra de Vietnam, negociando los Acuerdos de París que cerraron un capítulo teñido de negro en la historia moderna de la Política Exterior de Washington.

Kissinger es, en nuestros días, todavía objeto de fuertes cuestionamientos, por asociarse su nombre al respaldo que el norte del continente le dio al golpe militar contra Salvador Allende en Chile (1973), y su presunta articulación y responsabilidad en la ejecución del Plan Cóndor, que caracterizó a las dictaduras sudamericanas de esos años. Estos regímenes antidemocráticos compartieron información y recursos para detectar, perseguir, torturar y sesgar la vida de miles de militantes políticos y guerrilleros que se enfrentaban al entramado castrense en los años 70’ y 80’.

Su aporte de pensamiento

Capítulo aparte, y menos conocido, son sus incuestionables aportes a los contenidos teóricos e instrumentación funcional de los modelos de interpretación de las relaciones internacionales. Los postulados de la Realpolitik (política realista), tuvieron, bajo la óptica del académico, una oportunidad para ser redimensionados y marcar el pálpito de la cronología de la Guerra Fría y los conflictos directos e indirectos que se derivaron de la bipolarización que reinó hasta 1991.

Uno de los ideólogos de los “Think thanks” modernos

También, fue uno de los primeros promotores de los “Think Thanks” (tanques de pensamiento) o laboratorio de ideas, como suele llamárseles, que potenciaron las bases formativas otorgadas en las casas de altos estudios a los analistas internacionales y politólogos. La iniciativa del exsecretario de Estado creció exponencialmente y evolucionó en Fundaciones y Centros de Pensamiento del concierto global, que han adquirido gran relevancia y ocupan un lugar de mucha influencia, cuando los mandatarios de los actores centrales del sistema mundial deben tomar decisiones catalogadas como críticas o sensibles.

Su amplia obra bibliográfica

Sean objeto de desprecio para unos o bibliografía seleccionada para otros, sus escritos como el icónico “Diplomacia”, u otros más recientes como ”Orden Mundial”, “China”, entre otros, no dejan de ser lectura obligada, resistida o empoderada, de cualquier opinólogo de las relaciones internaciones que se jacte de tener un cierto grado de conocimiento de lo que ocurre en la arena ecuménica.

Desde un joven Kissinger, que sorprendió con “Armas Nucleares y Política Exterior”, hasta el anciano de existencia casi centenaria que con 99 años aportó “Liderazgo”, el legado de su ejercicio no deja de ser inconmensurable, tanto desde el análisis de lo correcto como de lo deplorable de esos hombres que ostentaron una cuota de poder realmente importante y cambiaron, para bien o mal, la vida de muchos e inclusive, tal vez y sin darnos cuenta, la tuya y la mía.

Llamativamente, gran parte de su riñón literario relata sus experiencias a lo largo de más de 7 décadas, buscando el grial que desencripte los enigmas que esconden las estrategias de adaptación y triunfo en las mesas del quehacer de la sociedad global. En ese sentido, seas un fiel seguidor del exasesor de seguridad nacional o el silabeo de su nombre te cause algún tipo de náusea, es de común acuerdo que su derrotero es un material de valor incalculable en la construcción de actuales y futuros paradigmas mundiales.

Kissinger al día de hoy     

Pese a que sus apariciones públicas se volvieron más escasas con el correr de los años, algo lógico dada su avanzada edad, no deja de ser una especie de oráculo para muchos líderes de peso, que buscan, al menos, su presencia a través de videoconferencias, como lo hizo en el foro de Davos en enero pasado.

Su nombre, en cualquier mesa directiva, por más que solo sea a modo honorífico, es sinónimo de prestigio e influencia. Conserva, al día de hoy, desde sus oficinas en Nueva York y su consultora Kissinger Associates una relativa función de consagrador entre la élite de Washington y del extranjero, que busca tener un mínimo grado de aprobación en los fueros de discusión internacional.

Su legado

Mucho queda fuera de estas líneas, porque hablar de Kissinger en estado íntimo amerita un libro. Te agrade o no su existencia, no queda duda que fue un trotamundo de la política exterior.

Es así que, Heinz Alfred Kissinger, nacido el 27 de mayo de 1923 en la localidad alemana de Fuerth, en el seno de una familia judía, que cruzó el Atlántico rumbo a Estados Unidos, en 1938, escapando del régimen nazi, llegó a un siglo de existencia.

Me pregunto que sería de los anales internacionales si su humanidad hubiera caído en las garras de las legiones de Adolf… ¿Su vida, acaso, hubiese transcurrido sin mayor recuerdo que el de su entorno, hasta ser finiquitada en las cámaras del terror de Auschwitz-Birkenau?

Yo celebro que no fuera así, porque su transitar en la actividad gubernamental puede ser aprobada o reprendida, pero no deja de ser valorable.

Salud Henry, gracias por mostrarnos y enseñarnos sobre esa dualidad del poder, tanto de lo que se debe… Como de lo que no se debe hacer.