|01/09/22 12:50 AM

Gorbachov: cuando la mano que ostenta el poder trata de cambiar

El último secretario general de la Unión Soviética buscó la apertura y transformación de la extinta potencia 

01 de septiembre, 2022 - 09:19

La partida de Mijail Gorbachov ha causado en mi persona un cierto grado de nostalgia. El último líder de la Unión Soviética es, en cierta forma, uno de los símbolos de una época de profundas transformaciones sociales, en un concierto global que clamaba por abandonar un antagonismo que tenía a Estados Unidos y la URSS como sus regentes.

El estilo Gorbachov

Su impronta rompió con la coyuntura de los modelos de corte inflexible, totalitario y grisáceo que caracterizaron a los "sóviet supremos" como máximo órgano decisorio y al presidente del Presídium como su brazo ejecutivo. "Gorby", tal cual se lo apodaba amigablemente en esos años, fue parte de una corriente de pensamiento liberal y pluralista que ponderó los sistemas democráticos en reemplazo de los regímenes estamentales; la apertura económica y el aumento del comercio fue el preámbulo del advenimiento de la globalización y la sociedad de la información en los años 90´.

 

No me interesa enfocarme en los hechos descriptivos que marcaron su conducción. Los mismos han sido tratados en numerosos sitios informativos. Creo que lo más provechoso o interesante es analizar su relación con el marco de poder que lo tuvo como ejecutor de un momento convulso del Kremlin, que fenecía ante su propia complejidad existencial.

Gorbachov siguió el camino de ascenso tradicional dentro de la estructura política del partido comunista hasta llegar a la instancia decisoria de más alto nivel: el Politburó del Comité Central. Su extensa trayectoria y su corta edad en comparación con los otros miembros del "círculo rojo", cuando se incorporó a la mesa jerárquica, tan solo 49 años, lo catapultaron al máximo cargo de toda la unión de repúblicas.

Al frente de la URSS

Al asumir, en 1985, trató de articular una serie de reformas estructurales, económicas y de transparencia de la gestión del Estado llamadas "Perestroika" y "Glásnot". Sin embargo, no es mi intención como ya dije, abordar estos tópicos. El nuevo secretario general, desde su comprensión del entramado burocrático existente, buscó descomprimir y modernizar relaciones de fuerza interna que no podían superar y resolver décadas de doctrina ideológica socialista, un modelo de producción anticuado y anti-ganancial, más una preponderancia de un aparato militar inmenso y con funciones de centinela del "status quo" interno y de las naciones satélites de Moscú. A su vez, el extenso conglomerado bélico destinado a enfrentar, en un duelo titánico y hasta aniquilatorio, la amenaza del capitalismo occidental demandaba una ingesta insostenible de recursos del Estado, en detrimento de una necesidad urgente de un mayor presupuesto en materia de salud, vivienda y beneficios sociales.

Su visión

"Mijail", comprendió que estos aspectos se convirtieron en un "grillete" ante cualquier posibilidad de transformación y en una "bomba de tiempo" , en cuenta regresiva, hacia la implosión de un sistema que ya no podía regenerarse a si mismo. 

El impulso de su intento de reforma encontró mas adeptos "fronteras afuera", gracias a su política de apertura internacional, que aliados en el interminable laberinto de intereses, privilegios y dádivas que beneficiaban a la denominada "Nomenklatura" o, entiéndase, la elite partidaria que ostentaba los escalones mas altos de la "cuestión pública".

 

La caída

El desastre nuclear de Chernóbyl fue prácticamente un golpe de "Knock-out" a los ya fragmentados planes de "Gorby". La enorme demanda de recursos financieros, humanos y logísticos hirió gravemente  la delicada economía del país. La falta de transparencia e intentos de ocultar los aspectos mas preocupantes de la fuga radioactiva dañaron  la credibilidad del mandatario.

En 1989, la caída del "Muro de Berlín" puso a prueba la respuesta de un Estado que bajo otra conducción hubiera recurrido al despliegue de tropas y a la represión. Hecho que si ocurrió en los alzamientos lituanos y en otros focos menores de insurrección. Cuando despuntaban los últimos días de diciembre de 1991, el intento de golpe de estado en Moscú, que fuera desarticulado por Boris Yeltsin, obligaron a Gorbachov a dimitir como secretario general. Un poco después se disolvió la URSS.

La voluntad de cambiar el manejo del poder

Argentina vive momentos donde las personalidades que tienen ejercicio efectivo del poder se encuentran enclaustradas en un sesgo negacionista con respecto a dar oportunidad a otras formas de entender la realidad que golpea día día. El recurso de autojustificación es la asignación de culpas y culpables, como un salvoconducto, antes que tomar acción alguna que implique voluntad de cambio.

 

Es de esta visón de presente, que celebro una perspectiva del pasado. Mijail Gorbachov distó mucho de ser un líder ejemplar, su brújula moral perdió su norte en varios hechos de su mandato pero trató de reconfigurar la URSS y llevarla a un mundo nuevo que indefectiblemente cambió. Su fracaso fue evidente pero ¿saben que? es de destacar el intento, la actitud volitiva de romper lo que no nos permite avanzar...como individuos...como sociedad...como Nación y entender que "la mano que ostenta el poder" debe actuar fuera de los mas inflexibles parámetros que la hayan configurado y que, inclusive, son su fibra íntima. 

El progreso de un sistema político y las estructuras conductuales que lo cimentan parten desde la apertura al cambio y esa búsqueda de cambio surge de muchos intentos fallidos...y reconozco a los que lo intentan...y más si tienen el poder de transformar una sociedad...y Mijail no esquivó ese desafío...el fracaso y sus consecuencias es otro capítulo de las relaciones internacionales.