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Gasoil: el todo es mayor que las partes

La crisis global de los combustibles nos obliga a pensar en que hay opciones para darle solución con bastante rapidez. El biodiesel es una de ellas, por lo que no se entiende la reticencia para ampliar el porcentaje de ese producto que se puede agregar al gasoil con el fin de aumentar su volumen sin mayores costos

17 de junio, 2022 - 10:59

A estas alturas ya quedan pocas dudas de que estamos atravesando una crisis global de la cadena de suministros y que se ha ido concentrando en productos vitales, tales como los combustibles, los granos y los fertilizantes. Productos que, analizados en detalle, están todos vinculados con la extracción, la destilación y la distribución del petróleo, el viejo “oro negro”.

Los responsables de ello no son más que la pandemia del COVID-19, la ralentización consecuente de las cadenas logísticas y, ahora, la guerra comercial desatada por los EE.UU. y sus aliados contra Rusia y los suyos, a caballo de la invasión a Ucrania llevada a cabo hace cuatro meses por Moscú.

Por supuesto que el mundo no es plano y que cada región, cada nación, presenta sus peculiaridades a la hora de esta escasez. Hay algunos más resilientes que otros ante las crisis. Por ejemplo, aquellos que disponen de los recursos naturales y de la infraestructura para enfrentarla. Tal debería ser el caso de nuestro país, bendecido por Dios en lo que se refiere a los recursos naturales y que, a la par, dispone de una aceptable infraestructura para manejarlos. Al menos, en lo atinente a los combustibles.

Pero si todo esto es así, ¿por qué debemos sufrir la escasez de gasoil en nuestras bocas de expendio ocasionando serios problemas, no sólo a los particulares sino además ralentizando todos nuestros circuitos productivos?

Al respecto, un informe del Instituto Argentino de Energía (IAE) estimó que el déficit de provisión es de no menos de un 10%. Agrega que esto es un problema recurrente, pero que esta vez se agravó por errores en nuestra política energética. Veamos.

Sostiene el informe que el faltante no se debe a la falta de recursos fiscales sino más bien a lo contrario, a su dispendio en exceso. Al respecto, el presidente del IAE, Jorge Lapeña, expresidente de YPF y exsecretario de Energía, precisó que el aumento de los subsidios energéticos del primer cuatrimestre “excede largamente la inflación proyectada anual”.

Pero aclara que tanto dinero no sirvió, aparentemente, para solucionar un problema recurrente, ya que ese faltante, dijo, “debe imputarse a una producción doméstica de gasoil insuficiente del parque de refinerías para abastecer la demanda interna”.

Es más, explica que no sólo faltó el gasoil, ya que también faltó la previsión para su producción. Pues el déficit, dijo Lapeña, “no fue cubierto por importaciones de gasoil oportunas para abastecer el mercado, lo cual pone de manifiesto una falla en la programación de abastecimiento de la demanda por parte de los productores y una incapacidad de la Secretaría de Energía para implementar soluciones conducentes a solucionar el problema”.

Por otro lado, el informe señala que en abril las ventas de naftas y gasoil aumentaron 19,9% y 20,6% interanual y que durante los últimos doce meses, las ventas de gasoil fueron 16,2% mayores respecto a igual periodo anterior y las ventas de nafta 28,2% superiores. Pero la producción de YPF fue insuficiente y las empresas privadas no tuvieron incentivos dado el esquema de precios. “La producción de gasoil y naftas, en el mismo periodo, aumentó por debajo de la demanda: 7,4% y 18.4% respectivamente”, dice el informe.

Ante esta situación, al margen de mejorar nuestras políticas energéticas, se hace evidente la necesidad de producir más gasoil. ¿Pero cómo hacerlo cuando sabemos que el incremento de la exploración y la explotación petrolera no es algo que se logre de la noche a la mañana?

Increíblemente, la Argentina tiene a mano la solución casi inmediata de ese problema mediante el simple expediente de agregar una mayor proporción de biodiesel a nuestro gasoil. Así lo afirma Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), quien dice que “ante esta situación de escasez de gasoil, el biodiesel de libre competencia se presenta como una alternativa viable y de corto plazo. Argentina está importando gasoil, mientras tenemos a disposición plantas de biodiesel con alta capacidad ociosa que podrían salir a abastecer a precios de mercado”.

Sabemos que el biodiesel es un combustible que se elabora con aceites de origen vegetal, principalmente del maíz y de la soja. Además es un producto renovable, lo que lo hace mucho más amigable con nuestro castigado medioambiente.

Según Zubizarreta nuestro país cuenta con la materia prima disponible, con capacidad para sustituir la importación de más de un millón de toneladas de gasoil con un producto 100% de fabricación nacional, como es el biodiesel de soja.

Todos sabemos también que nuestro país es uno de los mayores productores mundiales de granos y aceites, especialmente, de soja, y al respecto Zubizarreta explica que “hace 15 años, a raíz de la demanda que se inició de este tipo de combustibles en los países más desarrollados, que buscaban mitigar el impacto ambiental de los combustibles fósiles, se creó toda una industria orientada a la exportación. Esta industria es moderna y genera dólares, pero además genera empleo y genera producción nacional y se exporta”.

Hoy por hoy, en la Argentina hay un corte obligatorio del 7,5% de biodiesel que debe ser incluido en el gasoil. Lamentablemente esto sufrió restricciones desde el exterior, en los países que nos compraban originalmente y que dejaron de hacerlo presionados por los EE.UU., que al ser otro gran productor de aceites lo hizo para proteger a su propia industria imponiendo altos aranceles a nuestras exportaciones. Y con lo que nuestra industria del biodiesel quedó ociosa en más del 50%.

Concretamente, la Secretaría de Energía ha establecido recientemente que el volumen máximo de biodiesel que puede contener el gasoil que se vende es del 7,5%. Pero la CARBIO plantea que no hay ningún inconveniente técnico para que esto se amplíe, es decir, llevar los volúmenes al 15% o hasta un 20%, por lo que plantea que se pueda sacar una resolución y permitir a las compañías petroleras, a discreción, sin imponer nada, que puedan optar por el biodiesel nacional y aumentar el volumen.

Es más, la CARBIO aclara que todo se puede hacer sin la necesidad de aumentar los costos de producción. Por su parte, cuestionó la resistencia por parte del lobby de las provincias productoras de petróleo que se oponen a una mayor inclusión de biodiesel en el gasoil.

Como sabemos, nuestra provincia es una gran productora de petróleo por lo cual recibe buenas regalías. Pero no nos consta que hayamos hecho lobby en contra de la inclusión de un mayor porcentaje de biodiesel en el gasoil que producimos.

Pero, haya sido como haya sido, creemos que la gravedad de la situación global, regional y nacional –y todo hace esperar que se agravará- nos obliga a adoptar el principio geopolítico de que “el todo es mayor que las partes”, pues también nosotros los mendocinos estamos sufriendo la falta de este vital combustible, por lo que no podemos oponernos a una medida que pueda solucionarlo.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.