|01/06/23 07:13 AM

Cómo estar a la izquierda y no perder amigos

Los conceptos engañosos en torno a las ideologías hacen que surjan prejuicios, los que muchas veces impiden comprender y aceptar lo que puede ser una buena propuesta

01 de junio, 2023 - 07:17

Es triste reconocer que en las últimas décadas el debate político y la confrontación de ideas se ha limitado a denostar al oponente, a no escucharse y, si es posible, evitar que se exprese. Es un fenómeno que se da en todo el mundo y en la Argentina se intensifica.

La dicotomía

Atenuada por el tiempo y el desgaste, la dicotomía peronismo – radicalismo, pasamos por el oxímoron democracia – dictadura y ahora fue apareciendo una equívoca antítesis liberalismo – populismo. En el fondo se trata de expresar que del lado que uno está representa al bien y el de la vereda de enfrente sintetiza el mal.

Dejando lado la ilusa pretensión que alguna vez las partes se entenderán o cederán pacíficamente ante la demostración de los errores propios, es necesario tratar de entender la más reciente, que nada tiene de reciente, dicotomía que nubla el pensamiento de muchos connacionales: la derecha y la izquierda.

En primer lugar, tanto un concepto como el otro se usa con mayor frecuencia como denostación que como referencia ideológica, siempre con el objetivo de simplificar para ahorrarse el esfuerzo de pensar un poco.

 

Un antagonismo entre izquierda y derecha que no conduce a nada

El mejor ejemplo es calificar de comunista a toda la fauna que reporta desde la socialdemocracia hasta los más severos regímenes unipartidistas que alguna vez creyeron ser la encarnación de la clase obrera oprimida.

Del otro costado ante la más leve mención de derecha inmediatamente se pretende aludir al fascismo, al nazismo y a los intereses de la oligarquía.

También, hay mucho de cierto que las clases ricas se sienten mucho más cómodas con la derecha porque podría ser una protección ante cualquier intento confiscatorio de la propiedad privada por parte de un Estado trocado en bolchevique.

Asociaciones perniciosas

Hoy el equívoco más pernicioso es asociar al kirchnerismo con la izquierda, pues muy poco tiene de ella porque, mientras en la cúpula pacta con poderosas corporaciones, en el discurso se considera intérprete de los intereses de los pobres (ya no tanto de los trabajadores), siendo que cada vez hay más pobreza y la supuesta orientación redistribucionista brilla por su ausencia.

La reciente cumbre de jefes de estado de Brasilia, mostró que en la construcción de organismos internacionales multilaterales las ideologías quedan fuera de lugar. A tal punto que el derechista Luis Lacalle Pou coincidió con el izquierdista Gabriel Boric, coincidieron en su diatriba contra el régimen dictatorial de Maduro y además criticaron con argumentos a la errática política exterior de Lula Da Silva.

 

Boric y Lacalle Pou mostraron coincidencias mas allá de sus bases ideológicas

No es democracia o dictadura

Volvamos a la más dramática y seria de las contraposiciones, en el marco de lo que es democracia o dictadura, lo que se debe confrontar seriamente es que si quienes se van a hacer cargo de dirigirnos, no van a mentir, no se van a disfrazar de lo que no son, que van a respetar la democracia y las instituciones y que sobre todo no se van a manejar con el miedo, que es lo que más paraliza el pensamiento y frena las buenas intenciones.