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800 millones de habitantes encima de la desigualdad y el cambio climático

Solo el 10% de la población es responsable de casi el 50% de los gases contaminantes. Para detener la debacle ecológica se debe dar equidad a la distribución de los recursos

17 de noviembre, 2022 - 22:45

Damián, así se llama el recién nacido que redondea la cifra oficial de personas que habitan el globo terráqueo en 8.000 millones. El neonato tuvo su primer hálito de aire el pasado 15 de noviembre en Santo Domingo, capital de República Dominicana.

Este dato reviste un valor simbólico, no solo respecto a una simple matemática del crecimiento demográfico global, sino también a las características vinculadas al compendio de desigualdades y oportunidades para cada ser humano del planeta.

 

Informe del IPCC

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), publicó un informe donde señala que la huella de carbono medioambiental no tiene una relación directamente proporcional entre regiones más densamente pobladas y concentración de emanaciones contaminantes o con una distribución de hábitat humano más diversificado que esté en consonancia con ecosistemas socio-habitacionales más sustentables.

El documento muestra como se encuentra repartida la población mundial de acuerdo a la geografía continental. Asia concentra el 61%, África el 17%, Europa 9%, América central y sur el 8%, Norteamérica 4.5% y Oceanía el 0,5%.

En consecuencia, sería lógico suponer que de acuerdo a los valores antedichos habría una similar envergadura de gases contaminantes. Lo llamativo del informe es que el 10% de la población mundial con los niveles de renta más altos son responsables de casi el 50% de las emanaciones, aproximadamente 800 millones de habitantes. En cambio, prácticamente 4.000 millones de personas dentro del escalón más bajo de riqueza per-cápita solo emiten el 12% de los tóxicos. En una simple suma dejaría al resto de 3.200 millones con la cifra de casi el 38%.

 

Uno de cada diez

Mas allá de los fríos números relacionados a la arena medioambiental, es importante reflexionar o mínimamente dejar el disparador que uno de cada diez habitantes son lo que más participación tienen en los porcentajes de huella de carbono y en el crecimiento de los valores de desigualdad social.

 

 

Es así, que mientras más recursos ostente, consuma y malgaste ese 10% más pudiente, generalmente con asentamiento en los países denominados más desarrollados, más escasez e impacto degradatorio tendrá sobre las naciones y regiones más vulnerables, subdesarrolladas y expuestas a las consecuencias de los fenómenos climáticos, el acceso a los alimentos, vivienda digna y en síntesis una mejor calidad de vida.

 

 

Proyección demográfica

Se especula que la población mundial alcanzará un máximo de entre 10.400 y 12.000 millones en 2100, considerando que el ritmo de crecimiento demográfico mundial está disminuyendo desde la década de 1970 y que cayó por debajo del 1 % por primera vez en 2020, según datos facilitados por la ONU.

Finalizando, la batalla contra la degradación planetaria no puede abordarse desde una simple variable de conservación y no aumento de la temperatura global, sino que debe interpretarse como un enfoque integral donde se deben cambiar hábitos de consumo para acortar las brechas que nos dividen y generar un marco cosmopolita de verdadera equidad.

Una decisión que queda a consideración de cada cual, donde es esencial entender que la prosperidad humana no puede medirse desde una buena calidad de vida de las minorías por sobre el perjuicio de los que están en una realidad más endeble. Al final, la necesidad de la mayoría puede terminar consumiendo el bienestar de unos pocos. Las décadas venideras serán el veredicto.