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La seguridad en tiempos de lo virtual

Vivimos en un mundo electrodependiente. Uno que exige el funcionamiento de varias variables para poder funcionar, ya que la falta de la concurrencia de una sola de ellas, basta para que todas las demás colapsen.

Por Redacción

17 de junio, 2019 - 10:37

Este domingo, Día del Padre, los argentinos recibimos un aviso de lo que nos puede deparar el futuro.

Vivimos en un mundo electrodependiente. Uno que exige el funcionamiento de varias variables para poder funcionar, ya que la falta de la concurrencia de una sola de ellas, basta para que todas las demás colapsen.

Sin electricidad, no hay teléfonos, no hay ascensores, no hay agua, no hay ciberdefensa. Llegado a este punto, solo lo sencillo promete éxito.

Tampoco, seguridad física. Más vale prevenir que curar, como quedó evidenciado en la proliferación de asaltos pirañas en las autopistas de Buenos Aires cuando se fue la luz. Van algunos tips:

1ro: Simplifique su sistema de vida. Tenga un backup, en lo posible, para todo.

2do: Manténgase usted, sus familiares y su casa listos para afrontar una emergencia generalizada. Disponga de agua, comida y combustible para al menos 72 horas.

3ro: No olvide que su principal herramienta de supervivencia es una mente alerta.

Por el contrario, para el Estado la seguridad en tiempos de lo virtual se complica, ya a que a las amenazas tradicionales deben sumarle las nuevas y no convencionales.

Pero, antes de caer en una casuística inconducente que busque prevenir infinidad de situaciones, es el Estado quien debe adoptar algunos criterios rectores, a saber:

1ro: Crear una agencia estatal destinada a coordinar la acción de diversas reparticiones en caso de una emergencia. Si bien las leyes de Defensa y de Seguridad Interior prevén organismos transitorios ad hoc que se reúnen en caso de una emergencia grave, situaciones como la vivida exigen que tengan una existencia permanente.

2do: Disponer, en los niveles nacional, provincial y municipal, de planes de crisis y de contingencia para enfrentar situaciones como la del domingo pasado.

3ro: Exigir que provincias, municipios y los denominados servicios básicos esenciales (centrales eléctricas, hospitales, plantas potabilizadoras de agua, sistemas de control del tránsito aéreo, etcétera) dispongan de sus propios sistemas de emergencia y que puedan funcionar por al menos 72 horas sin apoyo externo.

Lo sucedido no ha sido más que un aviso respecto de que la creciente complejidad de la vida moderna nos trae comodidades pero también problemas asociados a ellas.

Ergo, no estaría mal que nos ocupemos.