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Pata Pila, la ONG premiada por su aporte contra la desnutrición infantil

El presidente Diego Bustamante, que recibió el precio como mejor emprendedor social del año, contó de que se trata el trabajo

Por Redacción

13 de mayo, 2022 - 18:37

Pata Pila es una ONG argentina que busca combatir la desnutrición infantil e integrar a las familias y comunidades en situación de pobreza extrema de la Argentina.

En abril pasado, el presidente de Pata Pila, Diego Bustamante, fue premiado como el mejor emprendedor social del año por su trabajo en la prevención de la desnutrición infantil.

"Pata Pila es una asociación civil que armamos en principio con el objetivo de acompañar a las comunidades originarias del norte de Salta. Nacimos ahí en el 2015 propio de muchos años de visita e interacción con las comunidades. Fuimos diseñando algunas estrategias y armamos estos centros de prevención de desnutrición infantil junto con estas camionetas que son centros móviles como para cubrir la región", explicó Bustamante en diálogo con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por Facebook y YouTube de Ciudadano News).

"En medio de este trabajo surgió gente de Mendoza que venía y acompañaba. Ahí decidimos abrir otro proyecto en San Rafael, donde trabajamos en dos asentamientos que también comparten el nivel de vulnerabilidad con las comunidades de Salta al no tener servicios, agua, infraestructura en el barrio como para tener una vida de piso digno. Buscamos recursos, contratamos equipos de profesionales, en Pata Pila somos 75 profesionales que se ponen al servicio para la resolución de cuestiones diarias de las familias", sostuvo.

Diego Bustamante, presidente y director general de Pata Pila.

-¿Durante la pandemia se recrudeció el estado de vulnerabilidad de las personas?

-En muchos casos sí, porque a un nivel de acceso a la salud que era bajo, imaginate cuando se cerró. La brecha entre comunidades más vulnerables se amplió mucho, eso hizo que no haya controles de enfermedades importantes, ni controles de embarazadas ni otras vacunaciones. En las comunidades tan vulnerables se les afecta mucho más la vida en materia de salud.

-La pandemia hizo que se rompiera eso y, por otro lado, la situación económica, se cortan las changas. Se perjudicó la salud y el pequeño movimiento que hay. Además, se elevaron los problemas de violencia doméstica y el consumo problemático.

-Desde Pata Pila, como trabajamos mucho con los Ministerios de Salud, a las dos semanas de la pandemia salimos. Hicimos visitas domiciliarias como para no juntar a la gente en operativos. Nos poníamos mamelucos o lo que fuera para hacer lo necesario. El Covid es el menor de los problemas que tiene la gente en estos asentamientos, desde un lugar calentito y la panza llena uno se pregunta cómo no usan barbijo.

-Eso pasa en todos los estándares. Solo cuando uno se vincula en serio, conoce, escucha la dinámica interna del lugar, que en cada barrio es distinta. El estar con la gente te hace cambiar las ideas, paradigmas, incluso las resoluciones a los problemas. Ahí te das cuenta cómo las estrategias de escritorio no terminan funcionando, tanto en la política como en fundaciones o empresas que quieren trabajar con barrios vulnerables.

-¿Cómo abrazaste el premio?

-En principio soy reacio a los precios. Los que estamos en la acción social sentimos varias cosas, por un lado, que lo hacemos con vocación y amor y, por otro, no buscamos reconocimiento y aplauso. Entonces, uno toma perspectiva y dice 'qué bueno que alguien te reconoce el proyecto de 7 años', de irme a vivir al norte con mi mochila, con 2 mangos, golpear puertas. Hoy 75 personas trabajan y cobran un sueldo para dedicarse a atender a familias en los asentamientos más pobres del país. Todo eso tiene que ver con dedicar mucho tiempo, ser muy creativos para convencer a la gente, para que la gente done, para ser asertivo en  la ayuda.

-En Pata Pila entendemos que nuestro trabajo es de cambio cultural, inmersión social. Tenemos perspectiva de trabajo serio, no porque otras ONG no lo tengan, no lo vemos como que vamos a ayudar… es una deuda que tenemos, no nos bancamos el dolor y la pobreza de la gente. Estamos dispuestos a dar la vida en esto.