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Lo que dejó el Día de la Madre: la conmovedora historia de Nora y Juan Pablo

Bajo el hashtag #AdoptenNiñesGrandes, Nora realizó un extenso posteo que se volvió tendencia en la que cuenta que recientemente adoptaron a dos hermanitas que les revolucionaron de amor la vida.

Por Redacción

17 de octubre, 2022 - 09:41

El 16 de octubre se celebró en Argentina el Día de la Madre, una fecha muy especial en la que ayuda a reflexionar sobre la maternidad y sus diferentes opciones. Nora Vega conmovió en las redes sociales al contar su historia de adopción junto con su pareja Juan Pablo.

Bajo el hashtag #AdoptenNiñesGrandes, Nora realizó un extenso posteo que se volvió tendencia en la que cuenta que recientemente adoptaron a dos hermanitas que les revolucionaron de amor la vida.

"Te cuenta cómo empezó otra familia: la mía, con Juan Pablo hijas de 11 y 10. Hablamos de adopción y chiques reales, sin romantizar, sin prejuicios. Dale RT, seguí alentando el encuentro de los que todavía no se encuentran, pero se están buscando", comenzó Nora en su relato.

 

 

 

Y amplió: "Avanzando mis 30, en pareja hace mucho, la idea de ser mamá me seguía de cerquita y a la vez, la idea de tener un bebé, no. Pero acá estoy, maternando, así que: ni la maternidad tiene que ver con panzas, ni les hijes tienen que ser bebés, (necesariamente). Sí, se trata de deseo".

Nora cotó que cuando se imaginaba "con hijes, imaginaba haciendo cosas junto a chiques grandes: el mundo de pañales y chupetes no aparecía en mis visiones, no quería gestar. Mi compañero comprendió y acompañó esa decisión. Así que en plena pandemia nos anotamos, para dos hermanos, hasta 10 años".

En su relato, la flamante madre, explicó que querían hermanos, ya que "somos de familias numerosas. Mis hermanes son fundamentales en mi vida. Además, sabíamos que les chiques que esperan no suelen estar solos. Y quieren seguir juntos. La esperanza de poder evitar que al menos dos hermanes se separen me sigue sacudiendo".

 

 

 

 

Por lo tanto, en "febrero de 2021 fuimos aceptados como aspirantes. Y 3 meses después nos llamaron por una posible vinculación. Estábamos sorprendidos. Tener hijes a través de la adopción no tiene que ver (necesariamente) con la eternidad. Sí con el tiempo. Y eso depende de qué y cómo se espera".

Nora manifestó que en esa oportunidad "el Juzgado eligió otra familia" y que "fue tremendo", y que ese "día realmente me convencí de las mucho que queríamos una familia". Y pasado este tiempo, pudo  sentir que "lo necesitaba" y que se "había encariñado simplemente por saber sus nombres" y que lo importante en "transitar ese tiempo con calma", ya que "es necesario que la vida siga, aunque una ya esté pensando en sábanas con dibus, imaginando cumpleaños o planificando vacaciones".

En ese proceso, contó que también hubo un par de llamados a los que "dijimos que no con calma, y eso nos ayudó a seguir pensando nuestro proyecto de familia, 2 hermanes, hasta 10 años, sin discapacidades y enfermedades crónicas".

El fundamento fue que tanto ella como su pareja son docentes y ella es profe de ciegos, por lo que "sabía que las rutinas de una familia con un hije con discapacidad iba a ser mucho".

 

 

 

 

Sin embargo, "cuando nos llamaron por nuestras hijas, en mayo de este año, la menor tenía un problema de salud de larga duración que podía ser crónico. Nos llamaron sabiendo de nuestra negativa. Y aún así dijimos que sí". ¿Por qué dijeron que sí? "Porque tuvimos tiempo para buscar info sobre su enfermedad. Es cierto que un síndrome renal asusta un poco, pero sentimos que íbamos a poder con la rutina de cuidados (dieta, medicación y controles mensuales). Y porque tuvimos ganas. Es también desear."

El 10 de junio llegó finalmente el momento de conocerse, "en una oficina,cara de susto de hija de 10 a punto de 11. Cara de ¿estos son? de hija de 10. Fue la que rompió el hielo para pedir la palabra y decir: nombre completo, fecha de nacimiento y DNI. Aprendamos todos, la entrevista de tu vida eh".

 

 

 

 

 

Luego de dos semanas, "otra visita que incluyó quedarnos a dormir los 4 donde alquilamos (ellas vivían en ese momento a más de 300 km). Almorzamos afuera, dormimos siesta, paseamos, fuimos al super, hicimos la tarea, cocinamos y por primera vez las arropamos para ir a dormir".

"Seguimos por videollamadas. Volvieron a mostrar las carpetas, nosotros, el perro, la casa, la vereda. Pero hija mayor ¿y si yo no me quiero ir, y mi hermana sí? Hija menor ¿Y si yo me quiero quedar a vivir allá y ella no? Recuerdo, y el cuerpo se me desarma con su angustia".

 

 

 

Nora indicó que las pequeñas cambiaron su vida "ellas pusieron nuestro mundo de cabeza. Hija menor ese día dijo que iba a decirnos má y pá, que esta es 'mi' casa. Hija mayor también, pero en ella se veía esa tristeza (otra más) de pensar en dejar su escuela, sus seños, su ciudad. Sus amigues del hogar, que se despedían".

 

 

"Es eso: un duelo. No es una forma de decir, no. Y para nosotros, es fundamental saberlo y acompañarlos. Se acumula a veces el cansancio. La angustia cuando se abren a contar su historia. Y hay que estar. Y querer, y cuidar. Y cuidar es un trabajo. Y trabajar cansa. No es fácil".

 

 

 

"Hay muchas manitos que esperan. Desgastan la infancia, la adolescencia, acercándose a los 18 sin haber tocado tierra firme junto a una familia. La vida es un misterio inmenso. Y nadie debiera acudir en soledad al misterio. Anímense y vayan", concluyó.