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La masonería, lejos del misterio y cerca de la sociedad

Más allá del misterio de otrora, la institución gana presencia pública y suma integrantes en todo el país, donde Mendoza no es la excepción

12 de septiembre, 2022 - 12:55

En el estado de convulsión que vive nuestra sociedad, atravesada por la crisis económica, los desacuerdos políticos y fuertes cuestionamientos institucionales, se han prodigado las voces de diferentes actores de la vida pública, tanto en carácter individual como de representación sectorial.

Sin embargo, hay voces muy importantes que aún restan escucharse, y entre ellas está la de los masones. Habiendo institucionalmente surcado toda la historia argentina, con miembros de la talla de San Martín o Sarmiento –los grandes constructores de nuestra Nación-, la tradición de discreción y aporte silencioso tal vez han pesado más, y en búsqueda de esa voz fuimos.

Ramiro Dall’Aglio ocupa el segundo cargo en importancia –Pro Gran Maestre, en la denominación interna– dentro de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, y sostuvo reuniones en Mendoza en el marco de la institución, como prolegómeno del gran encuentro que se realizó en San Juan en la casa de Domingo Faustino Sarmiento, en homenaje al prócer, quien fuera miembro de la logia.

En diálogo con Ciudadano News, Dall’Aglio explicó: “Nosotros tenemos una institución muy grande, que hoy está representada en las principales ciudades de las 24 provincias, con una membresía por la que debemos ser entre las organizaciones nacionales de las más grandes, de nueve o diez mil miembros, por lo cual tomar posición sobre de terminados temas es difícil”.

De todos modos, recalcó: “Lo hemos hecho en lo que hemos considerado que es relevante. Inmediatamente, sacamos un comunicado el jueves en la noche ante la situación desgraciada que vivió el país en el intento de magnicidio, o en su momento con la Ley del Aborto”.

“En cada tema que nos parece que como institución tenemos que tener una voz, lo hacemos”, continuó, expresando: “Valores a los cuales adherimos, de tolerancia, de fraternidad y de entender que las posiciones exactamente antagónicas tienen que encontrarse dentro de cada logia para ser confrontadas, y que cada uno aprenda de la opinión del otro”, esto en un ejercicio de concordia que está en la base del aprendizaje masón.

De todos modos, aclaró: “No consideramos que sea importante, ni para nuestra institución ni para la sociedad, estar sobre los temas de la coyuntura, constantemente tomando posición”, aunque “con los que creemos que tienen la relevancia para hacerlo, lo hacemos. Dentro de nuestra institución es muy importante generar debate sobre cada uno de los temas que atraviesan a nuestra sociedad”.

 

 

 

El valor del debate

Yendo a la cuestión de las divisiones internas, Dall’Aglio precisó: “Nosotros vemos una sociedad absolutamente fragmentada por una grieta, que pone en una lógica de amigo-enemigo al conjunto de los ciudadanos de la República. Y entendemos que lo que tenemos para aportar es un espacio neutral, de confrontación de ideas, de respeto de valores, donde intentamos juntarnos en ese espacio con dirigentes de los partidos políticos. Lo hacemos muchísimas logias en todo el país para encontrar acuerdos”.

Lo ejemplifica con una norma puntual: “Lo hemos hecho con temas, como por ejemplo la Ley de Educación Ambiental, donde encontramos que había 14 proyectos entre la Cámara de Senadores y Diputados y logramos condensarlo en uno que salió por unanimidad. En la Argentina esto de tener unanimidad, es realmente una situación muy extraña y muy difícil, pero lo hemos logrado con este tema, y con algunos otros estamos trabajando”. Vale recordar que la Ley 1.420 de Educación Común, Laica, Gratuita y Obligatoria también fue un logro de la masonería. 

 

Los prejuicios

La masonería siempre estuvo rodeada de un halo de misterio, alimentado por la discreción de los miembros, que llevó a que se tejieran infinidad de rumores. “Para romper ese prejuicio, lo que consideramos importante, constantemente hay una política de comunicación desde la Gran Logia, cosa que hace 15 o 20 años no la había, porque había una posición de secretismo”, destacó el entrevistado.

Esto tenía su explicación en “proteger a sus miembros para sortear procesos bastante complicados que nos ha tocado vivir a los masones, en la Argentina y en todo el mundo. Siempre damos el claro ejemplo de España, donde Franco creó una Secretaría de Combate, donde han fusilado a una gran cantidad de hermanos”, aclaró, agregando que en la Argentina “durante las dictaduras fue necesario mantener ese secreto. Del 2008 para acá se ha roto con esa tradición y se ha pasado un proceso de discreción, y tenemos una política muy fuerte de salida en los medios de comunicación. Pensar en esta entrevista 15 años atrás era realmente imposible y, a partir de que comunicamos, lejos de esconder lo que hacemos, creemos que es importante que lo sepa el conjunto de la sociedad, porque entendemos que tenemos como todas las instituciones mucho para aportar”.

Finalmente, a la hora de definir ese papel, Dall’Aglio precisó: “Lo que planteamos concretamente es la filantropía operativa, que significa estar en el lugar de la República, donde se necesita la acción concreta de ciudadanos para corregir, ayudar y colaborar”, y ejemplifica con una logia en Santa Fe, creando un centro de formación laboral para ayudar a jóvenes de los sectores sociales más pobres, o en Entre Ríos conduciendo el hospital público más grande y poniéndolo al servicio de la comunidad.

“La agenda es que sigamos fortaleciendo hacia adentro, discutiendo valores, mejorándonos como personas, discutiendo ideas, pero también para afuera tenemos mucho por hacer”, concluyó.

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