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Imputaron a un empresario por inventar un robo para echar a un empleado con cáncer

El dueño de un negocio de viajes turísticos en Puerto Pirámides, está acusado de fingir un robo para echar con justa causa a un trabajador que iba a ser operado por un tumor de tiroides

Por Redacción

15 de junio, 2022 - 11:27

Un importante empresario del sector turístico patagónico está acusado de inventar un robo para echar a un empleado enfermo de cáncer. La justicia chubutense labrará una investigación en torno a Héctor “Tiño” Resnik, por el delito de falsa denuncia.

Resnik acusó a un empleado por un robo. El único fin que tendría ese gesto sería tener una justificación para despedirlo. El trabajador, por su parte, atravesaba un tratamiento oncológico por un cáncer de tiroides.

La jueza La jueza penal Patricia Asaro fue quien imputó formalmente al empresario turístico.

“Repugna a las más elementales reglas humanas la conducta del denunciante Héctor Alberto Resnik, apodado ‘Tiño’”, había escrito en septiembre pasado Daniel Báez, el fiscal de Puerto Madryn que tomó la (presuntamente falsa) denuncia y la desestimó casi de inmediato, reportó Infobae.

Héctor "Tiño" Resnik (Ministerio Público Fiscal Puerto Madryn)

La denuncia del administrador turístico patagónico fue contra Juan Pablo Martorell (43), quien, por su parte, hasta que se declaró la pandemia a nivel mundial, era el capitán de la embarcación Yellow Submarine, un bote turístico semisumergible que navega las aguas de Puerto Pirámides para el avistaje de ballenas; y que pertenece a la empresa Southern Spirit.

El caso tuvo un sorprendente vuelco por no solo terminó con el rechazo del fiscal a la denuncia por robo que hizo Resnik sino que el acusador pasó a ser el acusado, ya que se activó un expediente contra el empresario y que tiene como clave, la sospecha de que el hombre, presuntamente armó toda la escena del robo para así despedir con justa causa a Juan Pablo Martorell.

“Resnik denunció en la comisaría de Puerto Pirámides el hurto de elementos de los galpones de su empresa ballenera y sindicó a Juan Pablo Martorell, que era el patrón de embarcación de la firma Southern Spirit”, detallaron fuentes judiciales de Puerto de Madryn

Juan Pablo Martorell era el capitán del Yellow Submarine

 

La relación laboral entre 'Tiño' y Martorell

El hombre acusado de haber perpetrado el robo, trabajó para Resnik en la última ella. Fuentes vinculadas a la investigación del caso aseguraron que la relación entre ambos era buena hasta que irrumpió mundialmente la pandemia de COVID-19.

Según la versión de Martorell, el empresario dejó de pagar los premios e intentó hacerles firmar a sus empleados la renuncia, en un contexto (pandémico) donde no había actividad turística.

El caso deja ‘cabos sueltos’ que usaron los fiscales Alex Williams y Juan Pablo Santos para continuar lo que inició Báez (quien pasó al Tribunal Superior de Justicia provincial), es decir sospechar de los hechos presentados por la supuesta víctima, que podría ser en realidad, el victimario.

Se les ofreció a las partes un plazo de seis meses para juntar pruebas, lo que conduciría a un eventual juicio al empresario. Al mismo tiempo, ya se desarrolla el juicio laboral porque, además, en esa instancia, Southern Spirit no reconoce a Martorell como trabajador, aunque hay fotos y testigos que afirman lo contrario.

Fue en abril de 2021 que la relación laboral entre los dos implicados escaló en contrapuntos, denuncias y contradenuncias.

A Martorell le descubrieron un cáncer de tiroides con metástasis mientras estaba en Córdoba, su provincia natal. El trabajador avisó de la situación a Southern Spirit y como respuesta recibió una carta documento que lo exhortaba a presentarse a trabajar. El empleado respondió con el certificado médico y a eso le sumó un reclamo de pagos pendientes y la falta de aportes jubilatorios desde 2015.

El patrón (Resnik) según el citado medio, negó que existían deudas de tal aporte. Y esa misma semana, según contó Martorell, pagó los aportes. No obstante, le avisó al empleado, quien ya tenía fecha para extirpar el tumor con carácter de urgencia, que había contratado a otro capitán.

La Policía allanó la casa de Martorell (que se encontraba en Córdoba) en Puerto Pirámides u que había quedado a cargo del cuidado de una vecina.

La mujer le avisó al hombre que la policía de Chubut había ingresado al domicilio con una orden judicial por una denuncia contra él por hurto de herramientas del Yellow Submarine, efectuada en la comisaría el 20 de julio.

Seis días después del allanamiento y con ese antecedente como excusa, el empresario del rubro turístico le envió a Martorell el telegrama de despido con justa causa por el robo. Sin embargo, según pudieron afirmar fuentes judiciales, los investigadores pudieron confirmar el armado de Resnik gracias a la confesión de un policía jerárquico, que admitió que el empresario le había pedido el favor de activar el allanamiento para perjudicar a la víctima y “sacárselo de encima”.

Medios locales dieron cuenta del allanamiento y del hallazgo de parte del botín que fue denunciado como robado en la casa de Martorell. Pero la denuncia para los fiscales, fue “inconsistente”.

“En ocho meses, el denunciante no advirtió los faltantes de los elementos que luego con precisión denunciara como sustraídos”, remarcó el fiscal Báez para sostener que Resnik usó ese faltante para acusar a Martorell y tener una excusa para echarlo.

“Yo resguardaba las herramientas porque son elementos que se usan en la embarcación. Como el barco no tenía cámaras de seguridad ni personas que lo cuidaran, los guardaba en mi casa porque estaban a mi cargo”, comentó Martorell, quien además agregó: “Era uso y costumbre que los empleados podíamos disponer de las herramientas porque en el pueblo no hay ferreterías”. Martorell aseguró que Resnik sabía que tenía las herramientas.

Consultado por Infobae, Resnik desmintió esta hipótesis de los investigadores y acusó a Martorell de tener otras causas por robo. Como ejemplo, citó un conflicto que se expuso en redes sociales entre el trabajador y una ex novia por ropa para chicos que se quedó el hombre y que luego devolvió. El ex empleado de Southern Spirit admitió esa disputa pero aclaró que nunca tuvo trascendencia penal, y que fue arreglado en su momento.

“Puerto Madryn es la ciudad donde los fiscales actúan en complicidad protegiendo a los delincuentes. En este caso resulta más que evidente que es una rara maniobra de la Fiscalía para beneficiar a una persona que utiliza su enfermedad como herramienta para victimizarse”, comentó Resnik a este medio, y acusó a Martorell de “inventar la historia” y ser un “gran manipulador”.

“O los fiscales involucrados son completamente incompetentes para investigar o son corruptos y están haciendo de sus decisiones un negocio”, dijo el empresario acusado de falso testimonio.

El trabajador acusado por robo, espera que llegue el juicio contra el empresario y esto no sucedería en menos de seis meses más; tiempo que tienen los fiscales para cerrar el expediente y enviarlo al debate oral. “No le deseo nada malo a nadie. Estoy en otra dimensión de la vida después de haber pasado todo lo que pasé. Viví algo así innecesariamente. Hay una ambición por la plata de su parte y no reconoció mi aporte a la empresa, y después me quiso sacar de encima haciéndome allanar unos días antes de entrar al quirófano. ¿Qué cabeza hay que tener? Espero que él lo reconozca en algún momento. Ojalá que sea una condena ejemplar”, dijo Juan Pablo Martorell.