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Estas son las inhumanas torturas que sufrió Lucio Dupuy

La madre del niño y su novia son las acusadas de las vejaciones que vivió el niño que incluyen abuso sexual, quebraduras y hambre

Por Redacción

27 de enero, 2023 - 22:43

El 2 de febrero a las 12 del mediodía se conocerá el veredicto de los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora respecto al asesinato de Lucio Dupuy. Magdalena Espósito, su madre y Abigaíl Páez, la novia, están acusadas y podrían recibir la condena de prisión perpetua. Estas son las evidencias principales en su contra:

 

Las lesiones

La autopsia la presentó Juan Carlos Toulouse, el médico que realizó el estudio del cuerpo de Lucio. Afirmó que el niño falleció a causa de una "feroz golpiza" y presentaba "lesiones en varias partes del cuerpo", informó el portal Infobae. Además, explicó que había sido víctima de abusos sexuales "recientes y de vieja data" tenía "un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días”.

“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte”, expresó el médico. La autopsia mostró que Lucio murió a raíz de una hemorragia interna provocada por una paliza. Al igual que Fernando Baéz Sosa, Lucio tenía la suela de una zapatilla marcada en la espalda. que se determinó que pertenecía al calzado de  Abigaíl Páez, la novia de la madre. “Abigail Páez lo pisó con tanta fuerza en su espaldita que, probablemente, le reventó el corazón junto a distintos órganos”, explicaron.

Además, expusieron que el cuerpo evidenciaba “signos compatibles con abuso sexual”. En esa sintonía, los allanamientos en la casa de las imputadas llevó al secuestro de varios elementos como ropa de la víctima, las acusadas y una serie de juguetes sexuales. Los estudios de ADN mostraron que tenía rastros genéticos de la madre y la novia pero también del niño.

 

Las conversaciones

Durante el juicio se mostraron los chats entre las acusadas. En estos relataban los castigos a los que sometieron al menor. “Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”, se leyó en uno de los mensajes, enviado a pocos días del homicidio. 

 

El falso robo

La noche del asesinato, con el niño ya muerto, la novia se dirigía al hospital con el cuerpo en brazos. Se cruzó con un vecino que intentó realizar RPC al menor. Cuando le consultó qué había ocurrido, Abigail Páez aseguró que habían “entrado ladrones” y le “habían pegado”.  El testigo aseguró que la madre había repetido la historia. 

Para justificarse, la novia aseguró: “yo nunca dije eso de manera oficial. Se lo dije al hombre que nos ayudó por vergüenza, para no contarle lo que había pasado”. Magdalena, por su parte, comentó que  “ya estando en la comisaría” escuchó a  “alguien mencionó algo de un robo”.


 

Los dibujos del niño

Se realizaron pericias psicológicas en los que había hecho en el colegio. Allí, las psicólogas detectaron características propias de abuso sexual, como que en muchos solo aparecían las personas de la cintura hacia arriba. Además, muchas no tenían ojos.

Una de las psicólogas, Lorena Roggero, explicó que, mediante los dibujos, Lucio “gritaba su dolor”. Las personas dibujadas, no tenían ojos y representaba la necesidad de Lucio de “no ver” la violencia que sufría en su casa.

 

Mentiras varias

Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez declararon durante el juicio oral. Según cree la fiscalía mintieron descaradamente. Según su relato, fue un día “normal”. A las 19.40, Abigaíl llevó a Magdalena a su trabajo y dejaron sólo a Lucio. “Lo despedí y él todavía estaba con vida”, aseguró la madre. Abigaíl contó que volvió y le dio “unas pataditas en la cola” por un “moco” que se había “mandado Lucio” y murió por esos golpes. Claramente, todo esto contradice la autopsia.

El examen del cuerpo de Lucio arrojó ue su muerte se produjo tres horas antes del momento en que lo llevaron al hospital. Es decir que murió, o por lo menos estaba agonizante, cuando su mamá todavía estaba en la casa. Sin contar que no falleció por “unas pataditas en la cola”.

 

Los testimonios

Más de cien testigos pasaron por el juicio, incluidos los abuelos y el padre de Lucio. De sus relatos se pudo develar el camino a la tragedia.

Una vecina contó que escuchó golpes y llamó a la policía pero nadie hizo nada. Luego relató que otro día oyó una de las acusadas decir: “sacale la ropa y cagalo a palos, dejalo marcado porque lo mato yo”.

El abogado de la familia paterna aseguró que “Lucio pasaba hambre. Además de todo lo que le hacían, no le daban alimento”. Esto se sostuvo en lo comentado por madres de compañeros del niño que hicieron referencia a que comía mucho cuando iba de visita.

 

Lesiones reiteradas

Entre finales de 2020 y el día de su asesinato, el 26 de noviembre de 2021, Lucio fue atendido decenas de veces en distintos hospitales. Las causas: golpes y fracturas en su cuerpo. Sin embargo, esto no encendió las alarmas de ningún médico.

El 15 de diciembre del 2020 fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa. Tenía traumatismos en miembro superior. A los tres días se presentó en el Hospital Molas por fractura de muñeca y mano.

El 22 de enero de 2021, llegó a una posta de salud del barrio Río Ateuel. Otra vez presentaba un traumatismo en uno de sus brazos. El 1 de febrero volvió al Hospital Evita de Santa Rosa con traumatismos en el cuerpo. El 23 de marzo, a menos de dos meses desde la última visita, volvió al Evita, esta vez con una fractura ósea en un dedo del pie. Le había tirado el dedo para atrás hasta romperlo.