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Default ambiental: qué significa para la Argentina y cómo se soluciona

Expertos aseguran que si todo el mundo viviera como se hace en el país, se necesitarían casi dos planetas para abastecer los recursos naturales que se requieren

28 de junio, 2022 - 14:52

El castillo de Elmau, en Baviera fue el escenario escogido para realizar la cumbre del G7 donde el presidente Alberto Fernández fue invitado a participar y a mantener encuentros bilaterales con los distintos líderes mundiales. 

Durante estas reuniones Fernández aprovechó para mencionar el compromiso de Argentina "con el tema del cambio climático" y señaló la injusticia que significa para muchos países emergentes el modo en que se trata esta problemática, ya que "el hemisferio sur es proveedor de oxígeno", 

En paralelo a lo que sucedía ayer dentro del castillo de Elmau, unas 9.000 personas se manifestaron, pidiendo más contundencia por parte de los líderes mundiales para combatir el calentamiento global, uno de los principales factores que han influido en el “default ambiental” en el que el mundo está entrando y que, según explicó el ex presidente de Greenpeace Juan Carlos Villalonga en el programa Metaverso, “mide cuánto estamos consumiendo de recursos y lo comparamos con la capacidad que tiene el planeta de regenerarse y de recuperar esos recursos”.

De esta forma, expertos aseguran que si todo el mundo viviera como lo hacemos en Argentina, se necesitarían casi dos planetas para abastecer los recursos naturales que sostienen nuestro sistema de producción y consumo.

¿Y la solución?

En cuanto al cómo salir del default ambiental, Villalonga hizo hincapié en la energía que consumimos, que un 80% proviene de combustibles fósiles, por lo que recomendó una transición energética que “es una transformación de enormes proporciones y requiere mucho dinero” de modo tal que “tiene que ser acompañada por cada uno de los sectores de la economía”.

Siguiendo esta línea, el ex presidente de Greenpeace analizó también el tema de los biocombustibles a raíz del faltante de gasoil que atraviesa actualmente el país y consideró como “un error garrafal,ambiental y de previsión” la decisión del año pasado de modificar de 10 al 5% el corte de biocombustibles en las naftas y el diesel.

Frente a estos planteos, Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación en el ministerio de Ambiente de la Nación, y asesora presidencial explicó durante una entrevista con los periodistas Gabriel Landart y Rebeca Miranda que el país trabaja en diferentes ejes, uno de los más importantes es la transición energética, para virar hacia una economía con bajas emisiones o neutralidad, pero también en la necesidad de lograr una transformación dentro de la sociedad, con acceso a la información pública para tener un cambio de paradigma. 

Y agregó: “no podemos pensar en justicia social si no hay justicia ambiental, porque los más perjudicados por la crisis climática son las personas más vulnerables, todo el desarrollo económico que llevemos adelante tiene que tener esa perspectiva y que sea sostenible”.

 

Ciudades sostenibles

Nicolini recordó que el gobierno nacional trabaja con planes de acción climática que permiten consensuar una visión común del desarrollo sostenible y establecen consensos sobre cómo impulsar las transiciones necesarias para lograrlo.

Un claro ejemplo de esto fue el programa de “Ciudades Sostenibles: inversiones integrales bajas en carbono y conservación en ciudades argentinas” que comprende a la Ciudad de Mendoza, Salta, Mar del Plata, Buenos Aires y Ushuaia. El objetivo es trabajar en proyectos que puedan tener intervención en el territorio y poder invertir para trabajar en conjunto con las ciudades que son los espacios territoriales que están más cerca al ciudadano y que nos posibilita poder dar respuesta concreta a la crisis del cambio climático. 

Tal como explicó la funcionaria, dicho programa tiene tres ejes, por un lado la mitigación de los gases de efecto invernadero; conservar la biodiversidad y disminuir la contaminación y desgasificación de los suelos.

Esta acción climática consta de una inversión total de más de 200 millones de dólares y el Fondo Mundial para el Medioambiente contribuye con 23 millones de dólares.

En síntesis, estos problemas globales requieren de una acción colectiva. Por lo tanto, cuanto más tarde la sociedad civil y política en actuar, más difícil será asegurar un futuro sostenible y habitable para todos.