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Trabajo integrador, creativo y solidario a partir de una idea digna de imitar

Bruja Blanca elabora indumentaria y accesorios con descartes de la industria textil   

25 de julio, 2022 - 22:31

A veces no hay que recorrer grandes distancias ni adentrarse mucho en el tiempo para ser testigos de qué cosas buenas hace la gente, con propósitos solidarios, con conciencia de comunidad y también vinculado a la sustentabilidad ambiental y económica. 

Desde 2018 surge la idea de recomponer los daños que se le causan al ambiente con los residuos de algunos rubros industriales, en este caso, el sector textil que cuya actividad deja deshechos que tardan muchos años de desintegrarse, mientras tanto producen una contaminación a la cual no se la había prestado atención.

Con esta explicación, Cecilia Vallejo nos introduce en el mundo de Bruja Blanca, una idea que tuvo su fundamento en tres pilares importantes, reducir los efectos contaminantes de determinado rubro industrial, establecer redes sociales de solidaridad y crear una fuente de trabajo de la que participan directa e indirectamente muchas personas.

La propuesta ya concretada desde hace cuatro años consiste en la confección de auxiliares de la indumentaria, accesorios  y artículos de utilidad práctica, todos ellos realizados por una diseñadora especializada en el ramo y el aporte de quienes se vayan sumando al proyecto inicial. 

Cecilia, creadora y directora general de Bruja Blanca nos describe el trabajo que comienza con la obtención de residuos de tapicería, que son telas de alto contenido de poliéster, cuyos recortes ya no tienen ninguna utilidad. Con el aporte de Victoria Palmada, Diseñadora de Indumentaria. Diseña cada accesorio, y asesora en la imagen general de la empresa. Inés Zavaleta, Técnica en Diseño de Indumentaria. Desarrolla los prototipos y conduce el equipo de costura.

De esa conjunción de conceptos y talentos, se obtienen mochilas, bolsos, carteras, morrales, y a medida que van quedando recortes, obtenemos porta cosméticos, cartucheras, scrunchies o colines y con los últimos pelos de tela, llaveros. Todos productos de alta calidad estética y buen gusto que ya han participado en importantes desfiles de modelos.

Pero no todo queda en este punto, el trabajo del emprendimiento está vinculado al aporte de talleres sociales integrados que nuclean a personas especiales, con distintos grados de discapacidad como también el valioso aporte de un grupo de chicas trans nucleadas en un taller que acerca su aporte integrándose a la vez a un quehacer que les reporta identidad y autovaloración.

El sentido social y de cooperación de Bruja Blanca también se evidencia con la asociación con la cooperativa La Raña Tela que se ocupa del lavado del material que se va a utilizar en la confección. 

La creadora de Bruja Blanca demostró su destacable convicción de que los nuevos tiempos requieren una manera diferente de enfocar la transformación de un material de descarte en algo estéticamente bello, elegante y en cuya producción participaron manos expertas o simplemente voluntariosas pero que ponen todo el afecto y el afán de realización, quizá, desde una situación de gran vulnerabilidad.

Un punto destacable que presenta Bruja Blanca y su creadora es la amplitud de posibilidades que se abren para integrarse al trabajo. Pues a partir de contar con el aporte de los talleres integradores en los que se desempeñan personas a los que les ha sido difícil integrarse a la sociedad, también se nuclean en un taller propio al que se suman mujeres y pueden agregarse hombres. Se trata de profesionales del diseño o estudiantes avanzadas.

“Por nuestro lado, hemos ido conformándonos con Sandra Sánchez, Marta Álvarez, Carina Correa, Virginia Rojas, Mónica Citón, Fernanda Corbalán, Bratriz Rufino y Mariana Alfaro, cada una con una hermosa historia de vida, y circunstancia para estar presente en Bruja Blanca”. “Nos inspiramos en la creatividad, el diseño y el respeto por el medio ambiente. Como así también, en todas aquellas ‘brujas’ que en épocas pasadas, buscaban el bien a través de la transformación”, nos relató Cecilia Vallejo con entusiasmo.

Los avatares de la economía argentina ponen ciertas dificultades, como es el acceso a insumos importados, en este caso los avíos necesarios para cierres, ganchos y broches.

Rápidas para superar las dificultades transitorias, el proyecto presente apunta a obtener las bolsas de café que llegan al país y pueden ser aprovechadas. Las diseñadoras están confeccionando ahora bolsas de compras combinando distintos tipos de textiles. Esto se facilita dado que, como nos contaba la técnica en diseño Inés Zabaleta, con el método de trabajar con módulos, los cuales se recortan, se combinan de acuerdo a la idea de diseño y luego cada colaboradora los arma con sus propias máquinas.

Bruja Blanca también tiene su salida comercial a través de 5ta House, en Maldita, frente a Palmares  o también en la tienda virtual que se puede apreciar en Instagram @brujablancatienda.