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Sin minería por falta de consenso social, se debería fortalecer la producción agrícola

Sin la posibilidad de concretar por ahora nuevos emprendimientos de extracción metalífera, la solución pasa por buscar alternativas posibles

17 de diciembre, 2020 - 07:28

Desde sectores productivos frutihortícolas han comenzado a aparecer fuertes señales a la golpeada economía regional primero, provincial, después. Con emprendimientos que tienen objetivos claros, aprovechamiento y cuidado del recurso hídrico, además de fuerte atractivo para fuentes de trabajo.

Recordando lo que el gobernador Rodolfo Suarez le respondía hace poco a medios del Grupo Cooperativa sobre que “si no hay consenso social, no se avanza con la idea de instalar en Mendoza la explotación minera metalífera”, pudimos comprobar que el tema de Mendoza también pasa en provincias como Catamarca y La Rioja, donde sí hay minería, muy cuestionada y donde no hay consenso social. 

Allí, los gobiernos provinciales, con muchos problemas económicos y acrecentamiento de la pobreza y la desocupación, decidieron diversificar su matriz económica por medio de la producción agrícola. Un aspecto que los ha movilizado hacia nuestra provincia en busca de asesoramiento sobre el aprovechamiento hídrico, tipo de cultivos y aumento de hectáreas productivas.

Uno de los sectores que están haciendo punta de lanza en esta movida es el de la cereza, fruta que incrementó su producción en cantidad y calidad, constituyéndose, junto a provincias patagónicas, en potencial opción para fuertes inversiones y grandes demandas de mano de obra.

 

El consenso social determina la matriz económica

Para profundizar el tema, El Ciudadano entrevistó el titular de la Cámara de la Cereza, Diego Aguilar, a quien se le preguntó qué pasó con la matriz productiva de las provincias que piden cambiarla.

Al respecto, el productor explicó que “luego de la reforma constitucional del año 1994, donde se otorga la propiedad del suelo y del subsuelo a las provincias, muchas de ellas, careciendo de una matriz productiva, decidieron incorporar dentro de su economía a la minería como motor de ella”. 

“Fue así cómo Catamarca, La Rioja y Chubut comenzaron con grandes emprendimientos mineros que resultaron ser extractivistas y muy contaminantes, dejando muy poco en la economía de esas provincias”, agregó.

 

—¿Fue mucho el perjuicio?

—Sí, literalmente, tierra arrasada en algunas localidades. Por eso, en el caso de Mendoza, fue señera la ley 7722 que prohíbe la minería a cielo abierto con materiales contaminantes para la extracción. Todo esto, porque aquí no existió el consenso social en la población para hacer minería a gran escala y se prefirió ampliar la matriz productiva hacia la agricultura.

 

—¿Eso es solamente en nuestra provincia? 

—En este marco de consenso social sí o consenso social no para la práctica de la minería a gran escala en el que se encuentra Mendoza y otras provincias, como La Rioja, nos están solicitando asesoramiento.

 

—Incluso tengo entendido que están viniendo a la provincia…

—Sí, ya nos han visitado en los emprendimientos que tenemos aquí y en la provincia de Santa Cruz. Ellos quieren replicar en territorio riojano lo que hemos alcanzado y están recibiendo asesoramiento de la Cámara de Cereza de la Argentina y la Cámara de Cereza de Mendoza. El objetivo es que podamos armar un proyecto de inversión en fruticultura para ampliar la matriz productiva de una provincia que está empobrecida por falta de actividades que incrementen su PBI genuinamente.

 

—¿Cambian tu condición de pobreza a través de la producción agrícola?

—Sí, en La Rioja, como en otras provincias del noroeste argentino creen que, más allá del empleo público y de esa minería, que no ha dejado nada, haciendo un uso adecuado de los recursos hídricos y el suelo puedan generar mano de obra y una economía interesante para esas provincias. 

 

Un sector productivo en camino de grandes inversiones

En cuanto a cómo vive el sector este año difícil, Aguilar expresó: “Estamos en el pico de la cosecha con su mayor volumen, donde hemos comprobado con agrado que ha sido un buen año para el cultivo de cereza. El clima nos ha acompañado, solo hemos tenido un par de episodios de lluvia al comienzo, que no generaron mayores daños”.

 

—¿Es decir que a pesar de todo el sector sobrevivió?

—La producción exhibió un aumento en los volúmenes, no solamente en cantidad sino en calidad de fruta, y esto hizo que las exportaciones se incrementen notablemente. 

“En cuanto a la pandemia, fue una gran complicación como lo fue para todo el arco económico productivo, tanto para cosecha como para empaques, porque los protocolos fueron restrictivos en cuanto a las actividades que había que hacer para conseguir las habilitaciones de los empaques en los centros productivos. No obstante, a todo esto, creemos que esta campaña va a terminar con buenos resultados”, consideró el productor.

 

—¿Tiene problemas de competitividad con las importaciones, como sí lo han tenido otros sectores frutihortícolas? 

—No, al contrario; desde la apertura del mercado chino a esta parte (tres años), la superficie de cultivo de la cereza en Argentina se incrementó levemente y en forma sostenida con 2.500 hectáreas. En ese sentido, si nos comparamos con Chile, ellos arrancaron hace diez años con 6.000 hectáreas y actualmente tienen 42.000 luego de la apertura del mercado chino. Por eso estamos muy motivados, ya que creemos que vamos a tener crecimiento parecido, la curva ascendente así lo demuestra.

 

—Un crecimiento interesante para nuestra provincia…

—No solo será para Mendoza, sino para las provincias de la Patagonia, además de San Juan, La Rioja, Catamarca y algunos valles cordilleranos interesantes para este cultivo. Con un punto sobresaliente, que es la contratación de mano de obra en forma intensiva, porque se requieren muchas personas para poder levantar la cosecha, ya que, no hay otra manera de llevarla a cabo. 

Las cerezas se cosechan una por una a mano, entonces desde octubre a febrero, todos los años se requiere de mucha mano de obra. Un aspecto muy importante para las economías regionales que están muy alicaídas por proyectos extractivos en las provincias que están absolutamente empobrecidas”, expresó Aguilar.