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Mendoza recibe los primeros cascos de oxígeno para pacientes con COVID-19

Con estos elementos se busca reducir el personal médico que se necesita para asistir a un 'paciente covid'. Las experiencias en el país. Críticas y beneficios

08 de septiembre, 2020 - 12:24

 

Con una ocupación cercana al 90% de las camas en las unidades de terapia intensiva de los hospitales de Mendoza; el gobierno busca diferentes estrategias para aliviar la situación, pero no solamente de la ocupación sino también del personal médico que requiere cada una de estas.

Es por eso que a partir de hoy comenzarán a ser distribuidos en los hospitales y los primeros cascos o escafandras de oxígeno que adquirió el estado para reducir el personal médico que requiere la atención de un enfermo de COVID-19.

El martes de la semana pasada al gobernador Rodolfo Suárez había anunciado en una conferencia de prensa, desde la Casa de Gobierno, que nuestra provincia adquiriría 500 cascos ventiladores para pacientes que estén transitando algún estadio de gravedad del COVID-19

Se trata de un elemento que muchos especialistas aseguran que ayuda a pacientes con un cuadro sanitario crítico. Específicamente, la escafandra los ayuda a respirar y obtener una mayor oxigenación.

Estos elementos que comenzarán a ser entregados durante este martes tienen un valor que va desde los 400 a los 600 dólares, según informaba El Ciudadano.

"Estamos en proceso de compra urgente del caso de oxígeno que se están usando en otras provincias del país, para oxigenar y que es más útil que pronar a las personas", había anunciado el mandatario provincial.

Elementos del casco de oxígeno de origen nacional.

Se estima que durante esta semana se entreguen las primeras 60 unidades, ya que no se encuentra disponible en el mercado la cantidad que el estado mendocino adquirió. Aunque desde la empresa proveedora informaron que dentro de 10 días Mendoza ya podría contar con 200 cascos ventiladores en total.

Aquellos especialistas que aseguran que es un elemento beneficioso para tratar el COVID-19, relatan que se necesitan entre 3 y 4 personas (médicos y enfermeros) para rotar a los pacientes que están en camas de terapia intensiva. Con el casco de oxígeno esta práctica se vería sensiblemente reducida.

Hay que tener en cuenta que, además de la falta de camas de terapia intensiva, comienza a ser crítica la situación del personal de la salud médicos, enfermeros y también administrativos.

 

Beneficios del casco de oxígeno

La escafandra, cuenta con un puerto de inhalación donde se puede conectar una fuente de oxígeno y/o aire comprimido, y una manguera de ventilador mecánico no invasivo.

Por otro lado tiene un puerto exhalatorio que está conformado por una válvula que permite regular la salida de aire y la presión al interior del casco.

Casco de oxígeno. Fuente El Mercurio.

Además consta de un anillo que tiene en la base por lo que queda ajustado al cuello del paciente para impedir que escape el aire y un arnés evita que el casco se eleve producto de la presión, separándose del cuerpo.

  • Entre el 20 y el 40% de los pacientes que usan el casco con presión positiva de alto flujo no necesitan posteriormente un ventilador mecánico.
  • Gracias al casco el paciente no debe forzar tanto su musculatura para respirar y puede alcanzar mejores niveles de saturación de oxígeno.
  • Al interior del casco se produce una presión positiva (que es superior a la atmosférica) por lo que se puede llegar a suministrar 100% de oxígeno.
  • El dispositivo no necesita la intubación ni sedación del paciente, por lo que permite mayor movilidad y comodidad.
  • La persona que está utilizándolo, pueden ponerse de pie y realizar tareas básicas de forma independiente.
  • No contamina el ambiente y disminuye el contagio al personal de salud, además de ser reutilizable luego de una correcta desinfección.

 

Usados en Jujuy y Río Negro

Estos elementos ya fueron adquiridos por varias provincias y comenzado a utilizar en centros sanitarios, tal es el caso del sistema hospitalario de Jujuy.

Esa provincia compró 20 cascos ventiladores que fueron derivados al hospital Pablo Soria de San Salvador, allí comenzaron a ser operados por el personal de enfermería que previamente fueron capacitados.

El gobernador Gerardo Morales explicó que estos cascos permitieron "bajar cerca del 80% el requerimiento de llegar a un respirador" y estimó que "el sector privado también podrá utilizar esta alternativa".

 

 

Mientras que la provincia de Río Negro adquirió 100 dispositivos que comenzaron a ser distribuidos en Allen y Cipoletti. Según explicó la directora del hospital Francisco López Lima, Ana Senesi,  la función de los cascos es "proveerle los pacientes oxígeno de alto flujo y evitar que lleguen a utilizar un respirador".

Por su parte, el secretario de Relaciones Institucionales del Ministerio rionegrino, Miguel Ledesma, agregó que "se mejora hasta un 50% la evolución del paciente y reduce la posibilidad de intubación".

Según informó, "la oxigenación de alto flujo a través del casco ha sido de gran ayuda para enfrentar al COVID-19 en diferentes partes del mundo".

 

Críticas

Existen asociaciones médicas que no ven con buenos ojos el uso de estas herramientas. En diálogo con El Interactivo, noticiero digital de El Ciudadano TV,  Armando Dubin quien es miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) había asegurado que el uso de escafandras es muy controvertido, "no va a cambiar el curso de la enfermedad" advirtió el especialista.