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Retazos de actos de la Vendimia que dejaron importantes mensajes para analizar

En una atípica celebración, los discursos de los principales protagonistas tuvieron el condimento político que se esperaba, aunque el Gobernador lo hizo con mesura

07 de marzo, 2021 - 21:31

A lo particular que fue la celebración central de la Vendimia 2021, por los condicionamientos sanitarios que impuso la pandemia, se agregaron las diferentes visiones de lo que pasa hoy por hoy en la industria del vino y el infaltable condimento político que era de esperar estuviera en primera fila.

Fue cuando, para asombro de muchos, el gobernador Rodolfo Suarez hizo gala de un comportamiento político con estrategia y habilidad, que hizo que hubiera un intercambio de miradas de asombro, mezcladas con admiración, de los propios y de asombro y bronca de extraños, que esperaban desplantes al presidente Alberto Fernández por parte del mandatario provincial.

Mientras la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), atada a un sábado muy particular por la presencia de Fernández, tuvo un discurso moderado y conciliador del titular de la entidad para presentar el Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2030, Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina, hizo una presentación puntual y sin eufemismos de un difícil momento en el que el sector enfrenta la misma tormenta que soporta todo el arco económico y productivo del país.

En el medio de ambas puntas, se ubicaron tanto la política de reconciliación como la de más distanciamiento entre la Nación y Mendoza. Que exhibió a un Fernández ponderando con historia el nuevo Plan Estratégico 2030, al expresar: “Cuando Néstor (Kirchner) era presidente y Julio (Cobos) era gobernador de Mendoza, llevamos adelante el primer plan estratégico para la industria de la vitivinicultura. Lo hicimos convencidos de que la Argentina tiene un potencial enorme para desarrollar el vino”.

“Porque el vino argentino no es cualquier vino, es muy buen vino, eso lo sabemos los argentinos y lo sabe el mundo. Un mundo donde el vino llega signado por la calidad reconocida en el orden internacional, la misma que nosotros, en aquel momento dijimos, tenemos que darle fuerza y potencia a toda la actividad de la vitivinicultura. Muchos de los sectores que lo hacen, como los que producen uva y los que industrializan el vino, aparecen a veces separados, situación en la que nunca debieran estar”, agregó el Presidente.

Para el mandatario nacional, la unidad y los consensos deben darse con “la misma afinación con que la que se ejecutan instrumentos de una orquesta. Todo lo contrario, es un gran ruido en el que no se escuchan y no escucha nadie”, una expresión metafórica que utilizó para responder la posición bien clara que marcó en su discurso el Gobernador mendocino.

 

“Diálogo y consensos para dinamizar las soluciones”

El gesto de Suarez hacia el Presidente fue el de un gobernador que representa a toda una provincia ante la Nación y no de un político herido en su esencia como tal.

Y como ya lo había hecho ante el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, dejó en claro una vez más su impronta política que aplica en los intereses que le toca representar, los de todos los mendocinos.

Por eso quizá, en su discurso en el acto de la COVIAR, más allá de lo asombroso, tuvo autoridad moral y política para expresarlo como lo hizo.

Los dichos del titular del Poder Ejecutivo provincial aglutinaron lo que le pasa a la Provincia con la Nación y, a su vez, la relación de los últimos tiempos con la oposición local. Algo que dejó claro cuando dijo que “el diálogo entre las distintas vertientes políticas resulta indispensable porque es la base constitutiva de la democracia. También los consensos amplios que enlacen a todo el sector público con el privado”.

“Como dije en el reciente acto inaugural del Consejo Económico Ambiental y Social de Mendoza, los argentinos y las argentinas ya conocemos los dolores profundos que pueden producir las grietas. Es hora de ir por los beneficios que solo la unidad puede proveer para que podamos tener un programa de desarrollo que sea sostenido en el tiempo”, expresó.

Para el Gobernador, “los consensos amplios contribuyen a dinamizar las soluciones. A nadie escapa considerar que cuando en una sociedad hay mirada compartida los objetivos están más próximos. Solo así vamos a poder construir una economía con crecimiento y una convivencia armónica, donde las oportunidades de progreso abran nuevamente el camino de la movilidad social ascendente que caracterizó a los mejores capítulos de la historia de Mendoza”.

En un claro mensaje a la Administración nacional y lo que está ocurriendo en esa turbulenta relación entre ambos gobiernos, aludió a “la crítica y fundamentalmente coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Todos sabemos que los grandes instrumentos de política macroeconómica los maneja el Estado nacional y que las provincias tienen muy pocas herramientas para influir en el desenvolvimiento de la economía real”.

“Por eso, para que nuestra economía regional sea aún más sana necesitamos que los criterios de distribución de los recursos que hace la Nación con las provincias sean previsibles y mesurables. Porque solo así se puede planificar con eficiencia el desarrollo local en cada rincón del país y de paso, evidenciar quiénes son los que administran bien y quienes no, por respeto a los contribuyentes que son quienes financian el Estado”, consideró Suarez.

 

“El crecimiento no compensa la caída de la actividad”

En tanto, en un tardío almuerzo vendimial por la demora del Presidente en llegar al acto de la COVIAR, y en las instalaciones de la imponente bodega Trivento, habló la titular de Bodegas de Argentina. Con absoluta sinceridad, delante del Gobernador de la provincia, funcionarios y un puñado de representativos bodegueros, Patricia Ortíz mostró, quizá, lo más sincero de esta Vendimia, cuando dijo que “se nota un crecimiento que no compensa la inmensa caída que el sector que viene teniendo en los últimos diez años. Tanto la caída en facturación como en la rentabilidad que venimos teniendo atraviesan momentos complejos. Si bien creció el consumo por encima de los 20 litros este año, cosa que celebramos, el gasto por habitante registró su menor nivel desde el 2015”.

Para la empresaria, todo esto hizo centro en “el sector más débil, el pequeño productor. La conformación de la industria atomizada en cientos de bodegas se autorregula, pero con la pandemia comenzando la cosecha, se generaron incertidumbre y urgencias. Debimos aprender a gestionar con estrictos protocolos, equipos alternativos, trabajos remotos, ferias suspendidas, restaurantes y vinotecas cerradas, caída del turismo a cero”.

Más adelante en sus sinceras apreciaciones, Ortíz consideró que, “se debe seguir creciendo e innovando en una industria globalizada con desafío de mejora continua. Pero la vitivinicultura necesita políticas de largo plazo, disminución de la carga impositiva, poder reinvertir las ganancias para crecer, en lugar de tributarlas, y fundamentalmente tener previsibilidad para poder proyectar crecimiento”.