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Avanza una ley que posibilitará conocer el origen y el reencuentro de familias

A Mendoza solo le resta reglamentar y promulgar la Ley de Identidad de Origen, que fue impulsada en la ONG Colectivo Mendoza por la Verdad

01 de julio, 2021 - 07:30

La provincia estaría en las puertas de una ley única en todo el territorio nacional que visibilizaría ente los ojos de la comunidad los miles y miles de casos de personas que buscan, con sostenida desesperación, por años, su verdadera identidad genética o a esa hija o hijo que fueron robados al nacer. Todo un tema que, al penetrar en el mismo, se cae en la cuenta de que no estamos hablando de casos excepcionales o esporádicos, son miles de realidades que crecieron en el tiempo, como creció el inmundo negocio del tráfico de bebés o de aquellas historias poco claras alrededor de un nacimiento.

A Mendoza solo le resta reglamentar y promulgar la Ley de Identidad de Origen, que tuvo nervio motor en la ONG Colectivo Mendoza por la Verdad, una cuestión que coloca una vez más a la provincia en la vanguardia jurídica y de calidad institucional ante la Nación. Pero, más allá de ese aspecto, este instrumento jurídico entraría a marcar de lleno una respuesta concreta desde el Estado a personas que buscan su identidad y comenzaría a resolver miles y miles de casos de niños recién nacidos robados.

Esto último sería una espada de Damocles sobre el repudiable y añejo delito, como es la sustracción de niños, que involucra a muchos oscuros actores, que en buen número se esconden con trajes de jueces, médicos, policías, abogados y supuestos ilustres ciudadanos.

Quienes integran el Colectivo Mendoza por la Verdad sabían muy bien con lo poderoso que enfrentaban al proponer una ley, como la de identidad de origen. Pero también sabían que esos oscuros intereses están encaramados muchas veces en organismos públicos, única manera de entender por qué ha tenido tantas negativas con uno de los instrumentos muy importantes en la búsqueda, como es el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

 

La Ley de Identidad de Origen sería una respuesta de vida

Ampliando la mirada sobre este complicado asunto y para medir su magnitud, El Ciudadano tomó contacto con la abogada Guadalupe Álvarez, asesora legal del Colectivo Mendoza por la Verdad.

El objetivo es saber cuántos casos tiene detectados dicha organización hasta la actualidad, a lo que respondió: “Desde el inicio nuestra organización hasta el 2018 teníamos 1.000 personas en nuestros registros. Pero, el último año, y en lo que va de 2021, se incrementó el número de personas, llegando a 500 personas, debido al intenso uso de las redes sociales. Sobre esto último, se nota por las consultas diarias, que llegan a ser entre cinco y seis”.

—¿Cómo es en el resto del país?

—En Buenos Aires está la agrupación de víctimas Red de Parteras, que investiga 138 casos; Luján (Buenos Aires), 100; nacidos en Turdera, 200; Quienes Somos comenzó en el 2002 con 50 casos, hoy está en 2.000 casos. Está también el grupo Madres Buscadoras con más de 15 mamás; Te Estoy Buscando Patagonia tiene 24 casos; La Pampa, 40 casos registrados. En Santa Fe, el grupo de Nuestra Primera Página se ocupa del ADN ancestral y ya tiene más de 2.000 personas que se han hecho este tipo de estudio. En Córdoba está el grupo Nosotros con 35 casos trabajando activamente; Hermanos y Hermanas del Alma con 40 personas, de las cuales 22 son madres que están en situación de búsqueda de sus hijos e hijas. Otro dato es sobre trabajos de identidad biológica realizados en ámbitos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en donde se hicieron 1.800 entrevistas.

 

—¿Cuántos casos encuentran su verdad o identidad?

—Contando con la herramienta del ADN de tipo ancestral, algunos casos de personas que se encontraron: dos hermanas –de los mismos mamá y papá–, Débora y Victoria en 2016. También Elisa (90) pudo saber quién fue su madre biológica; María Soledad de Mendoza encontró a su familia biológica en octubre del 2016; Alicia pudo conocer parte de su origen al encontrar un sobrino en los resultados de su ADN. Además, se encontraron Claudia y Analía –tía y sobrina– que desconocían sus orígenes y pudieron descubrirlo a partir de conocerse en el 2017. Guillermo encontró su etnia con este ADN y, al publicar esos datos, apareció su melliza.

 

—Esto que usted relata es impresionante con mucha lucha e historias de vida.

—El caso de María Grazia, que encontró (2017) a sus dos hermanos gemelos, con el dato que ella y uno de sus hermanos se tomaron la muestra de ADN el mismo día y en el mismo lugar sin conocerse. Está también el caso de Mili que encontró a su madre y su historia partiendo de coincidencias genéticas con una prima lejana; o Carola, que también encontró a su familia luego de 16 años de búsqueda en 2019. Otro caso es de Marta, de nuestra provincia, que pudo determinar su posible padre biológico a través del estudio de ADN encontrando a un medio hermano y al hijo de un primo hermano.

 

—Por lo visto, este ADN ancestral es fundamental.

—Claro, tenemos el caso de Susana, que encontró a su hijo –que había sido robado– con el ADN de un nieto, el 4 de enero del 2020. Andrea pudo confirmar la persona que la gestó el 22 de enero del 2020. O el caso de una hija que vivía en otro país; confirmó quién era su madre biológica, el 28 de enero del 2020; también lo sucedido con Mariana, Daniela, Oriana y Victoria hermanas que se han encontrado en la provincia de Buenos Aires. Y siguen los nombres con rostros de personas que buscan su identidad de origen, como Marcela, Andrea Alejandra y Silvina. Hasta los últimos dos hermanos que se han encontrado en junio de este año en Buenos Aires.

 

Hoy la ley es la presea dorada por la lucha de miles de personas

Para la abogada Álvarez, no todo ha tenido, ni tiene final feliz, como ella resalta a nuestro diario: “Lamentablemente, no todas las personas encuentran su verdad. Los plazos, a veces, se aceleran. Como sucedió con Pamela Yazlle Diez, una gran mujer que integró el Colectivo y que recientemente falleció; como el caso de otra joven buscadora de verdad en Buenos Aires que murió de cáncer de garganta, o Alberto que murió buscando a su hijo o a su hija. Y así, Patricia, Gladys, Ana, Estela y Graciela, son algunas de las personas que en este último año no alcanzaron a conocer la verdad.

—Por todo lo expresado, ¿es imperiosa la ley?

—Estoy convencida de que la ley, como la que en breve entrará en vigor en Mendoza, será una forma de darles respuesta a toda esta cantidad de personas que se encuentran en situación de búsqueda de sus hijos, hijas o de sus orígenes. Será responder con una política pública preparatoria para sanar un poco todo el daño y el dolor que se les ha causado sustituyéndoles sus identidades, negándoles su verdad y, sobre todo, a aquellas mujeres a las cuales se les quitó la posibilidad de encontrar a esos hijos e hijas que con tanto deseo esperaban.