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Reclaman un encuadre legal para la función de los acompañantes terapéuticos

Profesionales de esa actividad sostienen que hay personas que ejercen la actividad sin tener habilitación

13 de febrero, 2020 - 07:37

Desde hace mucho tiempo se viene denunciando en la provincia la práctica ilegal de una profesión que requiere título y una intensiva capacitación: la de acompañante terapéutico. Esto sucede porque no existe en Mendoza una legislación que encuadre esta tarea. 

Ser acompañante terapéutico requiere de muchos requisitos pedagógicos y sanitarios y de prácticas específicas con el paciente, desde niños con discapacidades suaves a severas, al igual que con adultos, también diferentes patologías y cuadros clínicos, edades y sexo, con un amplio campo en salud mental, discapacidad, educación, vulnerabilidad social, peritajes judiciales, tratamientos oncológicos, trasplantes y de pacientes terminales, personas con adicciones, con todo lo que esto implica. 

En una palabra, estamos hablando de un profesional que tiene que estar capacitado y encuadrado en una legislación que obligue a exhibir un título como cualquier profesión, que obligue al Estado, al sector privado y a las obras sociales que se allanen a ese instrumento jurídico y que además indique los honorarios profesionales que deben ser percibidos.

Es un tema muy importante para los cientos de profesionales de Mendoza, sobre todo porque en la Nación se está tratando un proyecto similar y la provincia de Santa Fe cuenta desde el año pasado con la Ley 13.970, que regula la actividad del acompañante terapéutico. 

A propósito, para el andamiaje jurídico santafesino, el acompañante terapéutico “es un profesional de nivel superior en el sistema de salud de la provincia, que merece consolidar su participación como integrante de los equipos de salud, una cuestión que impactará en la atención de un sector de la población, ya que ese profesional favorecerá el desarrollo biopsicosocial y autovalimiento de las personas, no solo en la recuperación de su salud, sino una mejor integración al medio familiar y social”.  

Compromiso legislativo para tratar una ley provincial 

El tema preocupa mucho a quienes ya tienen título de acompañante terapéutico, muchos de ellos psicólogos recibidos, quienes en un importante número llegaron ayer a la Legislatura para pedir un encuadre legal, y tuvieron eco de parte del diputado Mario Vadillo (PFP) y del propio vicegobernador Mario Abed.

La licenciada Romina Botto expresó al respecto: “Estamos agrupados todos los profesionales de Psicología con perfeccionamiento y capacitación como acompañantes terapéuticos, porque le estamos solicitando a la Legislatura una ley que reconozca la importante tarea de nuestra profesión”. 

Sobre la importancia de la herramienta legal que solicitan, Botto dijo: “Con esa ley queremos obtener una matrícula que nos dé una formalidad y que esto sea un beneficio para toda la sociedad mendocina". 

“Hoy por hoy el acompañamiento terapéutico es un servicio que se solicita para muchas áreas, como la educación, salud mental, adicciones, también con todo lo que tiene que ver con la salud perinatal y en ámbitos como centros de día, clínicas y cualquier sitio donde nuestra tarea especializada es vital para la persona que la requiera”, agregó.

A la hora de hablar de los compromisos legislativos, explicó que “uno de los legisladores que se ocupó de esta problemática profesional es el diputado provincial Mario Vadillo, quien tomó nuestro anteproyecto y lo ha presentado en la Cámara de Diputados. Después de la primera reunión, el legislador nos expresó que ni Mendoza ni otros pueden estar sin una ley que formalice una profesión muy importante y delicada”. 

Del mismo modo, Botto reconoció: “Quien también se ha interiorizado por nuestra problemática es el vicegobernador Mario Abed, que se ha preocupado en saber por qué esta profesión tiene un vacío legal y lo que implica por su alcance en todos los ámbitos de la provincia”.

Improvisación a la hora de tratar a un paciente

Al momento de destacar los inconvenientes de la falta de una ley, Botto destacó: “Sucede que se solicita para cualquier prestación una matrícula profesional, pero en la provincia no existe un reconocimiento legal de esa matrícula de acompañante terapéutico, algo que nos perjudica una enormidad, porque de más está decir que no podemos desempeñarnos y es un enorme problema para el usurario que nos necesita”. 

Y agregó que “como consecuencia directa de este vacío legal ocurre una serie de abusos de obras sociales e instituciones que otorgan la función de acompañante terapéutico a personas que necesitan trabajo y que no tienen el menor conocimiento de cómo asumir esa tarea que es puramente profesional. Sus honorarios son mínimos, no los que deberían ser percibidos”. 

“Y está el otro tema, el fundamental, el de la atención a la persona que hay que asistir, algo muy grave que debería preocupar a las autoridades y responsables de obras sociales. Es como darle un bisturí a quien no es cirujano y mucho menos médico”, consideró la profesional.