|22/11/22 08:55 AM

Murió Pablo Milanés

El cantautor cubano tenía 79 años. Falleció en Madrid, luego de que se agravara una enfermedad oncológica

Por Redacción

22 de noviembre, 2022 - 09:06

El cantautor cubano Pablo Milanés murió en la madrugada de este martes, a los 79 años, luego de que se agravara su estado de salud. El músico venía luchando contra una enfermedad oncológica, y la noticia fue confirmada en Facebook por la oficina artística del cantante.

Con gran dolor y tristeza, lamentamos informar que el maestro Pablo Milanés ha fallecido esta madrugada del 22 de noviembre en Madrid. Agradecemos profundamente todas las muestras de cariño y apoyo, a toda su familia y amigos, en estos momentos tan difíciles. Que descanse en el amor y en la paz que siempre ha transmitido. Permanecerá eternamente en nuestra memoria”, se lee en el comunicado.

Milanés estaba hospitalizado desde hacía varias semanas con una inflamación en la vesícula biliar y una infección en el riñón, que lo obligó a cancelar varios conciertos. Eran el corolario de una serie de infecciones recurrentes, que en los últimos meses venían afectando su estado de salud.

La nota publicada en sus redes indicaba que "esta situación clínica es secundaria a una enfermedad oncohematológica que sufre desde hace varios años, y que le exigió instalarse en Madrid a fines de 2017 para recibir el tratamiento".

La historia de un referente

Milanés, una de las voces más reconocidas de la música cubana, fue fundador y artífice del sonido de la Nueva Trova junto a otros reconocidos artistas como Silvio Rodríguez y Noel Nicola.

 

 

Autor de canciones emblemáticas como "Yolanda", "Ámame como soy", "Yo no te pido", o "El breve espacio en que no estás", fue admirado y querido por compatriotas y por artistas y público de varios países, que hicieron suyas sus creaciones. De joven, Milanés musicalizó los poemas de Nicolás Guillén y José Martí, y con el tiempo fue cincelando una imagen de sensiblidad que le permitió gestar el "filing" propio del bolero y de la música tradicional cubana. Fue también el responsable de rescatar a viejos músicos cubanos, como Compay Segundo, al tiempo que ofrecía un puente entre generaciones y estilos.

Era dueño de una de una voz privilegiada, y tenía un don supremo para la interpretación. Podía llegar a notas agudas, a las que la mayoría no alcanzaba, y con su forma poética de cantar, de aparente sencillez, tocaba el alma del público. Músicos de toda hispanoamérica versionaron sus canciones y compartieron escenario con él, como forma de admiración general que supo crear.