España: se mató al saltar de un acantilado y su pareja filmó la tragedia
Las autoridades informaron que el deceso del hombre de nacionalidad holandesa se produjo de forma instantánea
Por Redacción
Un turista holandés de 31 años perdió la vida ayer jueves 12 de diciembre, luego sufrir un duro accidente al saltar desde la cima de un acantilado en los islotes de las Islas Malgrats, municipio mallorquín de Calvià (España).
A pesar de que hasta el sitio llegaron los sanitaristas del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU 061), nada pudieron hacer para salvar la vida del hombre que buscando hacer una acrobacia que iba a terminar en el agua del mar de Mallorca, salió mal y le terminó por costar la vida.
El hombre buscó que el momento de la ‘hazaña’ que se disponía a lograr quedara inmortalizado y le pidió a su pareja que registrara el salto con la cámara de su teléfono celular.
El registro audiovisual terminó oficiando como la prueba de lo que fueron sus últimos segundos de vida.
La pareja del turista que pagó con su vida la maniobra, se encontraba dentro de una embarcación muy cerca de la costa del acantilado.
Según informó Infobae, ellos habían alquilado ese barco para recorrer la zona.
Ninguno de los dos imaginó que su viaje iba a terminar en tragedia.
La mujer registra el momento exacto en el que salta su pareja, sin embargo, desde arriba del acantilado, el hombro no calculó con exactitud la distancia con unas rocas que se encontraba en la parte inferior de la formación rocosa, apenas unos metros sobre el nivel del agua.
Cuando el holandés saltó al vacío terminó golpeando con los filosos bordes del acantilado antes de caer al mar.
Según informaron desde el GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil, la víctima nunca salió del agua luego de padecer el mortal golpe por lo que los buzos lograron extraer su cuerpo sin vida en el fondo del mar y luego de varias horas de trabajo ya que se encontraba a una profundidad considerable.
En las aterradoras imágenes puede escucharse un grito temerario que lanzó el turista en los últimos segundos de vida al ver que era inevitable la colisión con las afiladas y dentadas rocas del acantilado español.