Régimen norcoreano prohíbe el suicidio y castiga mirar porno
La dictadura de Corea del Norte hace oídos sordos, ante el clamor por más comida y mejores condiciones de vida para sus habitantes
Por Redacción
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, emitió una orden de acceso reservado que prohíbe el suicidio, catalogándolo de “traición al socialismo”. La medida se tomó ante el aumento de los ciudadanos norcoreanos que se quitan la vida por las casi insostenibles condiciones que atraviesa el país.
La información sería fruto del descubrimiento de una agencia de espionaje surcoreana, La misma sostuvo, también, que todo indica que los suicidios aumentaron 40 por ciento este año con respecto al 2022.
Altas tasas de hambre y suicidio
Por lo poco que se sabe, las muertes por inanición en los dominios del régimen se triplicaron desde el año pasado. El país sufre una grave escasez de alimentos debido a las sanciones internacionales, las sequías, y las inundaciones que destruyeron la agricultura de subsistencia.
Pese a este contexto tan desalentador, en una reunión presidida por funcionarios de Kim Jong-Un, se les dijo a los asistentes que el suicidio tiene un mayor impacto social que las necesidades, incluido el hambre.
Hablando en la reunión, un representante del partido comunista dijo: “A pesar de la política de prevención del suicidio ratificada por el Secretario General, los funcionarios no pudieron encontrar una solución adecuada. La mayoría de los suicidios fueron causados por la pobreza extrema y el hambre, por lo que nadie puede encontrar una contramedida en este momento, así que solo queda la prohibición”.
El régimen considera el suicidio como un acto egoísta y antipatriótico que socava la unidad nacional y la lealtad al líder supremo (Kim Jong-Un).
¡Nada de porno!
La pornografía también tiene su capítulo en el abanico de crímenes en contra del Estado. Kim Jong-Un habría vuelto a reafirmar una drástica decisión: crear un escuadrón secreto cuyo único objetivo es ejecutar a quienes miren producciones condicionadas.
Según lo estipulado, cualquier indicio de que un ciudadano pueda estar consumiendo productos o medios pornográficos y de entretenimiento occidentales o de Corea del Sur será víctima de unas consecuencias brutales.
Tal cual señala el informe del Centro de Base de Datos para los Derechos Humanos de Corea del Norte (NKDB), con sede en Seúl, Kim está ejerciendo más que nunca su control político interno a través de este grupo.
Por último, analistas consideran que la misión de este grupo de vigilancia es una fachada para justificar las persecuciones de disidentes políticos.