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Perú: así reaccionaron los gobiernos de la región por el encarcelamiento de Castillo

Luego del fallido autogolpe, presidentes y cancillerías de países de América Latina se expresaron al respecto

Por Redacción

08 de diciembre, 2022 - 10:30

Luego de que el presidente peruano Pedro Castillo, anunciara sorpresivamente la disolución del Congreso -en una escalada de una crisis política que acabaría con su destitución a manos de legisladores- hubo una tibia reacción de sus socios de la región.

El más renuente a la maniobra que terminó haciendo caer al maestro rural de Cajamarca, fue el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Obrador se mostró claramente como el principal defensor del peruano acorralado por investigaciones contra la corrupción y por la pulseada contra el Congreso

Ver también: Castillo disolvió el Congreso ante un "posible golpe de estado"

El presidente mexicano apostó por trasladar la celebración de la Cumbre de la Alianza del Pacífico desde Ciudad de México a Lima para dar un espaldarazo a Castillo, ya que aseguraba que este era una víctima del “racismo” de sus opositores políticos.

López Obrador se basó en el “principio fundamental de nuestra política exterior de no intervención y autodeterminación de los pueblos”, como prólogo para considerar “lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”.

Por otro lado, el presidente chileno, Gabriel Boric, que había anunciado su viaje a Lima para asistir a la cumbre de la semana que viene, pidió que se respete el estado de derecho.

 

“Nuestro país hace un llamado enfático a que se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales y reafirma su compromiso con la democracia y el diálogo”, agregó el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno.

Desde Colombia, se expresaron en la misma línea que en Chile y la cancillería del país cafetero, condenó “todo atentado contra la democracia”, aunque también agregó que “la democracia requiere el reconocimiento de la voluntad popular expresada tanto en las elecciones para presidente como para el Congreso”.

Evo Morales, fiel a su amigo Castillo también mostró su “profunda preocupación por la crisis política”. Sin embargo, se mantuvo distante de condenar el autogolpe sin militares de Castillo.

Por otro lado, Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), definió lo sucedido como una alteración del orden constitucional. Precisamente la misión evadida por el excanciller uruguayo a Lima concluyó su trabajo en Perú con un controvertido informe, en el que se solicitaba una tregua política de 100 días.

Desde la Casa Blanca tampoco dudaron en denominar a Castillo como expresidente, luego de todo lo acontecido.

Los aliados ‘izquierdistas’ de la región prefirieron mirar para otro lado o emitir mensajes apáticos contra los ocurrido con su ‘socio intelectual’ de América Latina.