Macron aprobó por decreto la reforma de pensiones y se teme un estallido social
El mandatario galo se valió de un artículo constitucional ante la posibilidad del rechazo en la cámara de diputados. Las centrales sindicales prometieron tomar las calles y hundir el proyecto
Por Redacción
El mandatario galo Emmanuel Macron impuso por decreto este jueves 16 de marzo la cuestionada reforma de pensiones. La misma no fue sometida al voto de la Cámara de Diputados.
La impopular decisión podría poner en crisis al gabinete ministerial, debido a que se auguran encendidas movilizaciones en las calles parisinas.
Aprobación por decreto
Tras una reunión de urgencia, el Ejecutivo optó por recurrir al “artículo 49.3” de la Constitución, un instrumento que le permite al presidente aprobar la iniciativa, prescindiendo del voto legislativo. Esta determinación se suscitó ante el temor de no reunir el apoyo necesario en la Cámara baja, donde el oficialismo no cuenta con una mayoría absoluta para imponer la medida a través del tratamiento de costumbre.
“No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones”, argumentó la primera ministra, Élisabeth Borne, mientras los legisladores opositores que agitaban carteles con el lema “64 años es no”, reclamaban su renuncia a viva voz y cantaban el himno como signo de protesta.
“El curso asignado a esta reforma es con el acuerdo del texto parlamentario”, consensuado por una comisión paritaria conjunta y “estoy dispuesta a comprometer mi responsabilidad”, sentenció Borne, que con estas palabras activó el controvertido procedimiento.
En consecuencia, el esperado debate legislativo quedó suspendido y el texto se consideró aprobado, salvo que los diputados presenten y aprueben una moción de censura contra el gobierno, la que sería votada el próximo lunes 20 de marzo.
Fuerte repudio
El descontento general se extendió incluso a legisladores de la alianza oficialista y del propio partido de Macron: “Deberíamos haber ido a la votación. Derrota o victoria, la democracia habría hablado”, publicó a través de un tweet el diputado de la coalición gobernante Eric Bothorel.
Tras conocerse la adopción por decreto, varios miles de manifestantes se congregaron al grito de “huelga general” en la plaza de la Concordia, a cientos de metros de la sede de la Asamblea, para protestar contra el uso de este mecanismo legal del Ejecutivo, cuyos detractores consideran antidemocrático.
“Hay una voluntad del gobierno de pasar a la fuerza. Más allá de lo que pase en el Parlamento, la calle puede darlo vuelta y va a darlo vuelta”, dijo un joven manifestante a un medio francés.
Más manifestaciones
La central de sindicatos, que el pasado 7 de marzo logró reunir a casi 2 millones de personas, en la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas, ya advirtió que se convocarán “nuevas manifestaciones”.
“Obvio que habrá más movilizaciones porque la manifestación es muy fuerte. Lo decidiremos juntos en una reunión intersindical”, dijo Laurent Berger, líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), quien denunció “un vicio democrático” del presidente.
“La movilización y las huelgas deben amplificarse”, afirmó, por su parte, Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT).
En este contexto, el Gobierno prepara un plan de medidas de seguridad, en caso de que se susciten revueltas violentas.