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Biden sigue sin dar a conocer la Revisión de Postura Nuclear

La comunidad mundial y los aliados de Washington esperan con incertidumbre y preocupación los lineamientos sobre el uso de armas de destrucción masiva

01 de septiembre, 2022 - 22:34

La comunidad internacional se encuentra a la espera del informe público de la “Revisión de Postura Nuclear” (NPR) de 2022, que elabora cada administración de la “oficina oval” al tomar la conducción de Estados Unidos y que cada año es objeto de una actualización o reafirmación de sus ejes centrales.

 

Lineamientos desconocidos

El Departamento de Defensa envió una versión clasificada del documento, el pasado mes de marzo, al Congreso y se sabe que un texto acotado de pocos párrafos ha tenido conocimiento público. El mismo, poco dice sobre los lineamientos de “disuasión nuclear” de la primera potencia mundial.

Conocer los aspectos procedimentales del “protocolo de uso y respuesta de armas y vectores estratégicos” es esencial, tanto para  las naciones aliadas como también para los países adversarios de Washington. Tras 18 meses de presidencia, Joe Biden todavía no da a conocer los parámetros que maneja su gobierno en caso de tener que recurrir al uso de dispositivos bélicos nucleares.

 

El activo disuasivo

Los conceptos tradicionales sobre “la disuasión” se rigen en base a un postulado común: el paradigma de esta visión estratégica de defensa radica en la capacidad de convencer a los líderes de un país o grupo adversario que las represalias, tras recibir el llamado “primer golpe”, supondrían un costo mayor e inadmisible; en comparación con cualquier beneficio, ventaja o victoria que se espere obtener a través de una agresión, que implique el empleo de ingenios de destrucción masiva.

La perspectiva actual se maneja dentro de los estándares de una “respuesta medida y con perjuicio calculado”, que se traduce en no hacer un daño desmesurado al oponente y que, consecuentemente, decante en una nueva agresión del rival a mayor escala.

 

 

Por otra parte, existe un distanciamiento de la mirada disuasoria durante la Guerra Fría, donde, en un contexto de masividad de dispositivos nucleares y ante una latencia conflagratoria constante, primaba la doctrina MAD (mutually assured destruction) o “destrucción mutua asegurada”, que implicaba que el nivel de agresión recíproca se desarrolla en un marco de escalonamiento ascendente el cual es muy difícil de detener y podría llevar a una aniquilación de todas las partes enfrentadas.

 

Fuerzas Modernas y Ataque Preventivo

Expertos, afirman que poseer una fuerza de respuesta moderna y polivalente es la única garantía para imponer de forma inobjetable los costos que trae aparejado una agresión. También se considera relevante estudiar las capacidades de un posible enemigo y analizar qué vectores nucleares consideran intimidantes para desistir de cualquier intento de ataque.

A diferencia de Rusia, que en múltiples ocasiones amenazó con usar su arsenal atómico si la OTAN trataba de incidir más en el conflicto con Ucrania, Estados Unidos no contempla la doctrina del “ataque preventivo”, o sea, sin receptar agresión previa. Allí, se suscitaron arduos debates públicos y políticos, motivados por las intimidaciones de Moscú, sobre esta perspectiva y la “Casa Blanca” ha quedado bajo una “postura pantanosa y desfigurada” sobre un “no primer uso y uso preventivo”. Según la carilla informativa, la política estadounidense de compromiso y utilización responsable que se desprende de la NPR es:

“El papel fundamental de las armas nucleares estadounidenses es disuadir de un ataque nuclear a Estados Unidos, nuestros aliados y socios. Estados Unidos sólo consideraría el uso de armas nucleares en circunstancias extremas para defender los intereses vitales de Estados Unidos o de sus aliados y socios.”

…de sus aliados y socios...sería entender que si, hipotéticamente hablando, China invade Taiwán...¿Washington consideraría justificado el argumento del primer uso o golpe?

 

 

Reducción vs Modernización de los arsenales

Otro efecto colateral del conflicto en Ucrania ha sido debilitar la intención de Biden por avanzar en la profundización de los acuerdos de reducción de misiles intercontinentales y de rango intermedio, como son los Acuerdos SALT y START y la pérdida de efecto de los tratados vigentes.

Lo que si se ha confirmado es que los programas de modernización nuclear que la oficina de Biden heredó de sus dos predecesores (Obama y Trump), seguirán adelante. La punta de lanza será el nuevo ICBM, (misil balístico intercontinental), Sentinel ; un mínimo de puesta operativa de 12 submarinos de misiles balísticos de la clase Columbia y la actualización de los misiles Trident II a través de un programa de vida extendida. El vector aéreo será el bombardero B-21 y un abanico de nuevos misiles crucero de alta penetración, con capacidad de transportar una amplia gama de ojivas nucleares.

 

Así, la incertidumbre planteada sobre los protocolos de uso de armas de destrucción masiva y el marco de tensión reinante en el concierto internacional, reviste de carácter urgente el hecho de conocer las directivas del NPR. En tanto, la interpretación por parte del club de naciones con capacidad bélica atómica es, en sí mismo, una forma de garantizar la disuasión y un resguardo a los que se vean tentados por apretar el fatídico “botón rojo”.